El mundo exige a los países competitivos migrar a una educación digital como reflejo de su desarrollo, y México no puede quedarse atrás. Antes de la pandemia de COVID-19, México ya enfrentaba grandes retos en su sistema educativo, situación que la pandemia aceleró, empujando a una transición global hacia la educación digital. Las limitaciones para acceder a la educación son significativas para los niños y niñas en poblaciones pobres, rurales o indígenas, a pesar de ser un Derecho: la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en su Artículo 3º, establece que "Todo individuo tiene derecho a recibir educación. El Estado - Federación, Estados y Municipios impartirá educación preescolar, primaria y secundaria".
En cuanto a los indicadores de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa las últimas posiciones en escolaridad promedio, gasto gubernamental en educación y resultados en el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA). Estos resultados evidencian el bajo rendimiento de los estudiantes mexicanos en matemáticas, comprensión lectora y ciencias, situándolos por debajo de la media global.
De acuerdo con la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), en 2021, 37 países contaban con más del 90% de su población con acceso a Internet. Entre estos, Corea del Sur (98%), Reino Unido (97%), Suiza (96%), España (94%), Canadá (93%) y Estados Unidos (92%). Sin embargo, México no está en los primeros lugares del ranking de la OCDE ni en estos 37 países. Chile y Uruguay ocupan las posiciones 37 y 39 con un 90% de acceso a Internet. México se encuentra en el lugar 91, con un acceso del 78% de su población en 2022. Lo preocupante es que, en tres años, de 2019 a 2022, México solo incrementó en un 9% su población con acceso a Internet. Existe una brecha de 21.5 puntos porcentuales entre el acceso a Internet en áreas rurales (62.3%) y urbanas (83.8%), además de disparidades de género, con los hombres teniendo mayor acceso que las mujeres, según la Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información (ENDUTIH) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Para incorporar nuevas tecnologías en la educación, los maestros son fundamentales. Ellos deben desarrollar competencias en el uso de nuevas tecnologías y plataformas digitales antes que los alumnos. La UNESCO afirma que "una verdadera transformación educativa empieza por mejorar las condiciones laborales de los docentes, asegurar una plantilla capaz e incluirlos en el diálogo sociopolítico". Esto implica que la educación en México debe evolucionar hacia un modelo más competitivo, un reto complejo y preocupante dado que el nivel educativo de un país está estrechamente ligado a su desarrollo general.
El nuevo gobierno federal enfrenta el desafío de implementar programas que permitan a México salir de la posición 91 en acceso a Internet y alcanzar al menos un 90% de cobertura en la población, además de poner especial cuidado en los estados con mayor rezago educativo: Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Guerrero y Veracruz. Es esencial capacitar a los docentes en nuevas tecnologías y trabajar en el nuevo plan de estudios de la Secretaría de Educación Pública (SEP), que debe incluir nuevas tecnologías, inteligencia artificial y plataformas digitales. Solo así se podrá asegurar una educación de calidad y competitiva en la era digital. México no puede quedar atrás en esta carrera hacia la digitalización educativa; es una necesidad imperante para su desarrollo y competitividad.