/ viernes 26 de marzo de 2021

El agua, un botín

Esta semana, en los últimos cuatro días, hemos sido testigos del bloqueo ciudadano a la empresa embotelladora de agua Bonafont en el municipio de Juan C: Bonilla a 18 kilómetros de la capital. Los vecinos acusan al consorcio de secar sus pozos caseros y agotar los mantos freáticos que llegan de los escurrimientos del Iztaccíhuatl y el Popocatépetl. Exigen que se vayan

Cuatro millones de litros de agua al día son algo así como cuarenta millones de pesos en ventas de agua embotellada, o 14 mil 600 millones de pesos al año. Es suficiente dinero para que un presidente municipal de Morena, Joel Lozano Alameda, se haya involucrado para que Bonafont mantenga la explotación diaria de tal cantidad de líquido en Juan C. Bonilla, cuando anteriores autoridades municipales se los endosaron, seguramente no de forma gratuita

Hay mucho dinero para que los caciques no se queden con el agua de ese municipio.

La lucha por el agua va más lejos que las reacciones y reclamos, incluso violentos, de esa comunidad.

Un antecedente de la revuelta de esta semana ocurrió el 15 de noviembre de 2019, cuando el presidente municipal, Lozano Alameda, optó por usar golpeadores para reabrir el Palacio Municipal que, desde el 30 de septiembre, fue tomado por pobladores de Santa María Zacatepec.

La toma de las instalaciones se debió al rechazo de la comunidad a la introducción de un colector pluvial de desechos tóxicos que verterá en el río Metlapanapa los residuos de la “Ciudad Textil” de Huejotzingo.

Dos son los problemas más graves en torno a Juan C. Bonilla, puntualiza en una investigación el doctor Mauricio Saldaña.

“El primero y más importante es el agua. En una lógica geopolítica, el municipio tiene todas las condiciones para convertirse en el garrafón de Puebla y de la zona conurbada. Sin pensarlo demasiado, seguramente hay proyectos para establecer uno industrial que lleve el agua de Juan C. Bonilla a otros municipios.

“Sin omitir el impacto ecológico que se producirá a mediano plazo, en dicha población se escalaría la ingobernabilidad al sujetar los intereses de los pobladores a las agendas de otros municipios; es decir, que la agenda de Juan C. Bonilla quede subordinada a las de San Pedro Cholula, San Andrés Cholula y claro, Puebla capital.

“El segundo problema es el convertir a ese municipio en el vertedero de Huejotzingo, de tal suerte que el desarrollo que reciba el poblado en donde reside el Aeropuerto, lo pague un municipio que no obtendrá beneficio alguno”.

La población está enardecida, su principal recurso natural, el agua, es explotado industrialmente por una empresa que no deja beneficios sino perjuicios, como secar sus pozos.

No es un asunto menor ni de intereses políticos o económicos de los pobladores -quienes están involucrados en los negocios son los caciques y las autoridades- sino un reclamo social que muestra que esos mexicanos ya no están dispuestos a que les prometan espejitos por su tesoro.

El agua es un recurso estratégico y de su cuidado y preservación depende el futuro de millones.

Es un tema, quiéranlo o no los políticos, de Seguridad Nacional.

De las anécdotas que se cuentan

Fue en 1995 cuando Charbel Estefan decidió ser poblano.

Para conseguirlo acudió al Congreso del Estado, como establecía la ley vigente.

Entregó sus documentos y luego en una sesión plenaria fue declarado ciudadano poblano.

Se casó con una poblana, sus hijos nacieron aquí y su residencia está en Puebla.

En unos meses regresará al mismo Congreso a ser un actor importante de la vida política.

La fracción priísta, que él coordinará, será la bisagra para darle viabilidad a la segunda mitad del gobierno, más allá de que algunos diputados de Morena se le rebelen al gobernador Barbosa.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto

Esta semana, en los últimos cuatro días, hemos sido testigos del bloqueo ciudadano a la empresa embotelladora de agua Bonafont en el municipio de Juan C: Bonilla a 18 kilómetros de la capital. Los vecinos acusan al consorcio de secar sus pozos caseros y agotar los mantos freáticos que llegan de los escurrimientos del Iztaccíhuatl y el Popocatépetl. Exigen que se vayan

Cuatro millones de litros de agua al día son algo así como cuarenta millones de pesos en ventas de agua embotellada, o 14 mil 600 millones de pesos al año. Es suficiente dinero para que un presidente municipal de Morena, Joel Lozano Alameda, se haya involucrado para que Bonafont mantenga la explotación diaria de tal cantidad de líquido en Juan C. Bonilla, cuando anteriores autoridades municipales se los endosaron, seguramente no de forma gratuita

Hay mucho dinero para que los caciques no se queden con el agua de ese municipio.

La lucha por el agua va más lejos que las reacciones y reclamos, incluso violentos, de esa comunidad.

Un antecedente de la revuelta de esta semana ocurrió el 15 de noviembre de 2019, cuando el presidente municipal, Lozano Alameda, optó por usar golpeadores para reabrir el Palacio Municipal que, desde el 30 de septiembre, fue tomado por pobladores de Santa María Zacatepec.

La toma de las instalaciones se debió al rechazo de la comunidad a la introducción de un colector pluvial de desechos tóxicos que verterá en el río Metlapanapa los residuos de la “Ciudad Textil” de Huejotzingo.

Dos son los problemas más graves en torno a Juan C. Bonilla, puntualiza en una investigación el doctor Mauricio Saldaña.

“El primero y más importante es el agua. En una lógica geopolítica, el municipio tiene todas las condiciones para convertirse en el garrafón de Puebla y de la zona conurbada. Sin pensarlo demasiado, seguramente hay proyectos para establecer uno industrial que lleve el agua de Juan C. Bonilla a otros municipios.

“Sin omitir el impacto ecológico que se producirá a mediano plazo, en dicha población se escalaría la ingobernabilidad al sujetar los intereses de los pobladores a las agendas de otros municipios; es decir, que la agenda de Juan C. Bonilla quede subordinada a las de San Pedro Cholula, San Andrés Cholula y claro, Puebla capital.

“El segundo problema es el convertir a ese municipio en el vertedero de Huejotzingo, de tal suerte que el desarrollo que reciba el poblado en donde reside el Aeropuerto, lo pague un municipio que no obtendrá beneficio alguno”.

La población está enardecida, su principal recurso natural, el agua, es explotado industrialmente por una empresa que no deja beneficios sino perjuicios, como secar sus pozos.

No es un asunto menor ni de intereses políticos o económicos de los pobladores -quienes están involucrados en los negocios son los caciques y las autoridades- sino un reclamo social que muestra que esos mexicanos ya no están dispuestos a que les prometan espejitos por su tesoro.

El agua es un recurso estratégico y de su cuidado y preservación depende el futuro de millones.

Es un tema, quiéranlo o no los políticos, de Seguridad Nacional.

De las anécdotas que se cuentan

Fue en 1995 cuando Charbel Estefan decidió ser poblano.

Para conseguirlo acudió al Congreso del Estado, como establecía la ley vigente.

Entregó sus documentos y luego en una sesión plenaria fue declarado ciudadano poblano.

Se casó con una poblana, sus hijos nacieron aquí y su residencia está en Puebla.

En unos meses regresará al mismo Congreso a ser un actor importante de la vida política.

La fracción priísta, que él coordinará, será la bisagra para darle viabilidad a la segunda mitad del gobierno, más allá de que algunos diputados de Morena se le rebelen al gobernador Barbosa.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto