/ lunes 7 de diciembre de 2020

¡El BOA va!

“Hay que dejar de llorar por el México que se frustró, para empezar a construir el México que todavía puede y debe de ser”

Manuel Clouthier


La alianza que hoy es una realidad entre partidos políticos históricamente antagónicos como el PAN, PRI y PRD ha sido polémica. Las voces a favor y en contra no se han hecho esperar. Entre los críticos al pragmatismo de la alianza y los defensores de la misma al considerarla necesaria para ser competitivos en el proceso electoral de 2021.


A 2 años del Gobierno Federal el discurso ha sido reiterativo, como si existieran sólo dos Méxicos, dos grandes grupos sin espacio para los intermedios ni conciliación, la división entre el “pueblo” y los “conservadores”, la dialéctica de polarización diaria ha sido dictada desde Palacio Nacional, que ha permeado en familias enteras que hoy evitan hablar de política para no enemistarse.


El proyecto de la oposición era claro: unirse en un gran bloque que representara a todos los sectores excluidos y fuera competitivo en la elección del próximo año. Trabajar para volver a ser opción para los mexicanos sin etiquetas ni descalificativos, regresar a la democracia de contrapesos y diálogo en el Congreso Federal y los Congresos locales. En resumen: Detener la agenda de destrucción que pareciera no tener tregua, propuesta por el Ejecutivo y aprobada por la mayoría legislativa en San Lázaro.


¿Pragmatismo? El objetivo de los partidos políticos es “…hacer posible el acceso de los ciudadanos organizados al ejercicio del poder público” de acuerdo con la Constitución, es decir, la naturaleza de los partidos es ganar elecciones y obtener poder político para establecer un plan de gobierno de acuerdo a su plataforma electoral.


En México tenemos un sistema pluripartidista que fragmenta el voto de la mayoría y logra la victoria de una primera minoría, es decir, en 2021 competirán por el voto 10 partidos políticos, aunque en la práctica se decidirán por uno de 2 grandes proyectos de país, resumidos en dos coaliciones y 3 partidos nuevos que se jugarán el registro y que también forman parte del bloque oficialista.


El Presidente del PAN, Marko Cortés ha declarado que “México no es de un sólo hombre” y que se privilegia una agenda en común en circunstancias donde peligran las reglas del juego democrático. Alejandro Moreno Presidente del PRI, anunció que “el PRI busca alianza para ser contrapeso en San Lázaro” y finalmente, Jesús Zambrano, Presidente del PRD declaró que “Las alianzas son la mejor opción para sumar voluntades de fuerzas políticas y de sectores amplios de la sociedad civil con la intención de evitar que el país continúe en el deterioro y siga enfrentando el autoritarismo”. Además de la intención del extinto “México Libre” de sumarse al Bloque Opositor.


Pese al exhorto del INE (Instituto Nacional Electoral) al Presidente López Obrador de no realizar declaraciones con respecto al proceso electoral de 2021, el Presidente hizo caso omiso y se pronunció al respecto, descalificando la alianza como era previsible, y que ya venía anunciando desde junio de este año con el documento de procedencia no aclarada llamada “BOA” Bloque Opositor Amplio.


Igualmente el Presidente de MORENA Mario Delgado, reprobó la iniciativa de la oposición llenándola de epítetos y dividiendo a la sociedad mexicana una vez más entre el pueblo bueno y los neoliberales.


Tal parece que la campaña ya comenzó, porque siempre es más rentable descalificar a la oposición tildándolos de enemigos y traidores a la patria, negándoles el legítimo derecho a organizarse como mejor consideren, que hablar de lo que si le corresponde que son los verdaderos retos que vivimos los mexicanos, para salir de la crisis económica, de inseguridad y sanitaria que es responsabilidad resolver del Gobierno.

“Hay que dejar de llorar por el México que se frustró, para empezar a construir el México que todavía puede y debe de ser”

Manuel Clouthier


La alianza que hoy es una realidad entre partidos políticos históricamente antagónicos como el PAN, PRI y PRD ha sido polémica. Las voces a favor y en contra no se han hecho esperar. Entre los críticos al pragmatismo de la alianza y los defensores de la misma al considerarla necesaria para ser competitivos en el proceso electoral de 2021.


A 2 años del Gobierno Federal el discurso ha sido reiterativo, como si existieran sólo dos Méxicos, dos grandes grupos sin espacio para los intermedios ni conciliación, la división entre el “pueblo” y los “conservadores”, la dialéctica de polarización diaria ha sido dictada desde Palacio Nacional, que ha permeado en familias enteras que hoy evitan hablar de política para no enemistarse.


El proyecto de la oposición era claro: unirse en un gran bloque que representara a todos los sectores excluidos y fuera competitivo en la elección del próximo año. Trabajar para volver a ser opción para los mexicanos sin etiquetas ni descalificativos, regresar a la democracia de contrapesos y diálogo en el Congreso Federal y los Congresos locales. En resumen: Detener la agenda de destrucción que pareciera no tener tregua, propuesta por el Ejecutivo y aprobada por la mayoría legislativa en San Lázaro.


¿Pragmatismo? El objetivo de los partidos políticos es “…hacer posible el acceso de los ciudadanos organizados al ejercicio del poder público” de acuerdo con la Constitución, es decir, la naturaleza de los partidos es ganar elecciones y obtener poder político para establecer un plan de gobierno de acuerdo a su plataforma electoral.


En México tenemos un sistema pluripartidista que fragmenta el voto de la mayoría y logra la victoria de una primera minoría, es decir, en 2021 competirán por el voto 10 partidos políticos, aunque en la práctica se decidirán por uno de 2 grandes proyectos de país, resumidos en dos coaliciones y 3 partidos nuevos que se jugarán el registro y que también forman parte del bloque oficialista.


El Presidente del PAN, Marko Cortés ha declarado que “México no es de un sólo hombre” y que se privilegia una agenda en común en circunstancias donde peligran las reglas del juego democrático. Alejandro Moreno Presidente del PRI, anunció que “el PRI busca alianza para ser contrapeso en San Lázaro” y finalmente, Jesús Zambrano, Presidente del PRD declaró que “Las alianzas son la mejor opción para sumar voluntades de fuerzas políticas y de sectores amplios de la sociedad civil con la intención de evitar que el país continúe en el deterioro y siga enfrentando el autoritarismo”. Además de la intención del extinto “México Libre” de sumarse al Bloque Opositor.


Pese al exhorto del INE (Instituto Nacional Electoral) al Presidente López Obrador de no realizar declaraciones con respecto al proceso electoral de 2021, el Presidente hizo caso omiso y se pronunció al respecto, descalificando la alianza como era previsible, y que ya venía anunciando desde junio de este año con el documento de procedencia no aclarada llamada “BOA” Bloque Opositor Amplio.


Igualmente el Presidente de MORENA Mario Delgado, reprobó la iniciativa de la oposición llenándola de epítetos y dividiendo a la sociedad mexicana una vez más entre el pueblo bueno y los neoliberales.


Tal parece que la campaña ya comenzó, porque siempre es más rentable descalificar a la oposición tildándolos de enemigos y traidores a la patria, negándoles el legítimo derecho a organizarse como mejor consideren, que hablar de lo que si le corresponde que son los verdaderos retos que vivimos los mexicanos, para salir de la crisis económica, de inseguridad y sanitaria que es responsabilidad resolver del Gobierno.