/ martes 16 de enero de 2018

El caso evidente de Martha Erika Alonso

En caso de existir alguna duda para que Martha Erika Alonso se perfile como la próxima candidata del PAN a la gubernatura en 2018, debe tomarse en cuenta lo ocurrido ayer en el informe del gobernador, José Antonio Gali Fayad.

La exsecretaria general de la dirigencia estatal de Acción Nacional ocupó un lugar de privilegio entre los asistentes al evento protocolario celebrado en el Auditorio de la Reforma.

Estuvo rodeada de los dirigentes nacionales del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, además estuvo a su lado el precandidato presidencial panista, Ricardo Anaya Cortés.

Fue colocada en un lugar estratégico pese a no tener actualmente ninguna posición política o función dentro de la administración pública.

Lo lógico sería que fuera ubicada en un asiento distinto de los primeros lugares y sin embargo no fue así, por el contrario, recibió un trato privilegiado al estar en primera fila, junto a los “pesos pesados” nacionales.

Si bien no recibió abiertamente el espaldarazo de Anaya Cortés y del líder nacional del blanquiazul, Damián Zepeda, no quiere decir que no sea la aspirante número uno a esa posición.

Como políticos que son, manifestaron prudencia en el tema para “no alborotar el gallinero” ante los señalamientos de un pacto entre Anaya y el exgobernador, Rafael Moreno Valle, para que este amarre la candidatura a favor de su esposa con todos los cuestionamientos y puntos vulnerables que le pueda acarrear.

Desde luego la exsecretaria general del PAN estatal guardó prudencia en el tema sin dar entrevistas al respecto, con la finalidad de respetar el momento del mandatario poblano, José Antonio Gali Fayad.

El único que le dio el respaldo público fue Dante Delgado, presidente nacional de Movimiento Ciudadano, al considerarla como el perfil óptimo y mejor posicionado.

Así que todo cuadra para que la esposa de Rafael Moreno Valle sea la elegida con todos los pros y contras que le puede conllevar como el hecho que la mayor parte de la población rechaza que el poder sea trasladado a familiares directos.

Una vez que ha concluido el informe del mandatario poblano, se tiene previsto acelerar el paso para que Alonso tenga el aval oficial de lo que todos ya saben: la próxima abanderada del blanquiazul a la gubernatura del estado de Puebla.

EDUARDO RIVERA QUIERE GARANTÍAS

Aunque todo indica que Eduardo Rivera Pérez será el candidato a la presidencia municipal de Puebla –como lo dio a conocer este lunes Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada–, al interior de Palacio Municipal está todavía la esperanza porque la designación caiga en el aún edil Luis Banck Serrato.

Consideran que el actual alcalde sigue en la lista final de poder repetir el cargo pues su nivel de posicionamiento está en ascenso, además que tiene el respaldo del morenovallismo y es bien visto por Martha Erika Alonso.

Sin embargo, no debe olvidarse que esa posición forma parte de los amarres a nivel nacional donde los sacrificados a esa posición serían Luis Banck y Jorge Aguilar.

Mientras tanto, Eduardo Rivera Pérez aún sigue en la negociación para ser el abanderado.

Desde luego que está interesado en esa posición, pero quiere garantías para evitar que le pase lo mismo al final de su mandato municipal en 2014 cuando parte de los regidores se le voltearon, por no decir que lo traicionaron, para rechazar su cuenta pública 2013 y de enero 2014.

Necesita garantías y eso implica seleccionar a casi todo el grupo de candidatos a regidores. De esa manera descartar cualquier posibilidad de repetirse algún sobresalto como el ocurrido en enero de 2014 cuando el gasto financiero no fue aprobado en la comisión de Patrimonio y Hacienda Municipal.

Eduardo Rivera considera que no le sirve ser contendiente si no tiene detrás un grupo de “fieles” que estarán con él en esta posible nueva aventura política en los comicios de 2018.

Comentarios:

anaconda138@hotmail.com

marcomironc@gmail.com

@Marcomironc

En caso de existir alguna duda para que Martha Erika Alonso se perfile como la próxima candidata del PAN a la gubernatura en 2018, debe tomarse en cuenta lo ocurrido ayer en el informe del gobernador, José Antonio Gali Fayad.

La exsecretaria general de la dirigencia estatal de Acción Nacional ocupó un lugar de privilegio entre los asistentes al evento protocolario celebrado en el Auditorio de la Reforma.

Estuvo rodeada de los dirigentes nacionales del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, además estuvo a su lado el precandidato presidencial panista, Ricardo Anaya Cortés.

Fue colocada en un lugar estratégico pese a no tener actualmente ninguna posición política o función dentro de la administración pública.

Lo lógico sería que fuera ubicada en un asiento distinto de los primeros lugares y sin embargo no fue así, por el contrario, recibió un trato privilegiado al estar en primera fila, junto a los “pesos pesados” nacionales.

Si bien no recibió abiertamente el espaldarazo de Anaya Cortés y del líder nacional del blanquiazul, Damián Zepeda, no quiere decir que no sea la aspirante número uno a esa posición.

Como políticos que son, manifestaron prudencia en el tema para “no alborotar el gallinero” ante los señalamientos de un pacto entre Anaya y el exgobernador, Rafael Moreno Valle, para que este amarre la candidatura a favor de su esposa con todos los cuestionamientos y puntos vulnerables que le pueda acarrear.

Desde luego la exsecretaria general del PAN estatal guardó prudencia en el tema sin dar entrevistas al respecto, con la finalidad de respetar el momento del mandatario poblano, José Antonio Gali Fayad.

El único que le dio el respaldo público fue Dante Delgado, presidente nacional de Movimiento Ciudadano, al considerarla como el perfil óptimo y mejor posicionado.

Así que todo cuadra para que la esposa de Rafael Moreno Valle sea la elegida con todos los pros y contras que le puede conllevar como el hecho que la mayor parte de la población rechaza que el poder sea trasladado a familiares directos.

Una vez que ha concluido el informe del mandatario poblano, se tiene previsto acelerar el paso para que Alonso tenga el aval oficial de lo que todos ya saben: la próxima abanderada del blanquiazul a la gubernatura del estado de Puebla.

EDUARDO RIVERA QUIERE GARANTÍAS

Aunque todo indica que Eduardo Rivera Pérez será el candidato a la presidencia municipal de Puebla –como lo dio a conocer este lunes Jorge Rodríguez en su columna A Puerta Cerrada–, al interior de Palacio Municipal está todavía la esperanza porque la designación caiga en el aún edil Luis Banck Serrato.

Consideran que el actual alcalde sigue en la lista final de poder repetir el cargo pues su nivel de posicionamiento está en ascenso, además que tiene el respaldo del morenovallismo y es bien visto por Martha Erika Alonso.

Sin embargo, no debe olvidarse que esa posición forma parte de los amarres a nivel nacional donde los sacrificados a esa posición serían Luis Banck y Jorge Aguilar.

Mientras tanto, Eduardo Rivera Pérez aún sigue en la negociación para ser el abanderado.

Desde luego que está interesado en esa posición, pero quiere garantías para evitar que le pase lo mismo al final de su mandato municipal en 2014 cuando parte de los regidores se le voltearon, por no decir que lo traicionaron, para rechazar su cuenta pública 2013 y de enero 2014.

Necesita garantías y eso implica seleccionar a casi todo el grupo de candidatos a regidores. De esa manera descartar cualquier posibilidad de repetirse algún sobresalto como el ocurrido en enero de 2014 cuando el gasto financiero no fue aprobado en la comisión de Patrimonio y Hacienda Municipal.

Eduardo Rivera considera que no le sirve ser contendiente si no tiene detrás un grupo de “fieles” que estarán con él en esta posible nueva aventura política en los comicios de 2018.

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anaconda138@hotmail.com

marcomironc@gmail.com

@Marcomironc