/ domingo 18 de agosto de 2019

¡El derecho a la alimentación también es un derecho humano!

Amables lectores, ¡Les saludo con el gusto de siempre! Uno de los derechos humanos más vulnerados, es el derecho a la alimentación. Este derecho es fundamental para el derecho a la vida, lamentablemente, nos hemos acostumbrado a ver en las calles a niños, jóvenes y adultos mayores con serios problemas de desnutrición, sin que nos genere intranquilidad. Y quizás, pensemos que el hambre es un caso particular de países como Sudan del Sur, Somalia, Yemen o Nigeria, (Cuerno de África), sin embargo, no es así, ya que el problema del hambre es una crisis que afecta a todo el mundo y que se va agudizando día con día y pone en peligro la vida de millones de seres humanos.

De acuerdo al Informe de la Sociedad Mundial de la Alimentación, presentado en octubre de 2018, en el 45mo período de sesiones del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la ONU, 821 millones de personas siguen sufriendo inseguridad alimentaria en el planeta.

En México, de acuerdo a The Hunger Project México, el 23.3% de la población vive en pobreza alimentaria y el 12.5% sufre desnutrición crónica. http://gastrorama.mx/2019/02/11/desnutricion-obesidad-mexico-alimentacion/

La pobreza alimentaria se refiere a la incapacidad que tienen los individuos para adquirir una canasta básica alimentaria. Mientras que la desnutrición crónica hace referencia al retraso de crecimiento en los niños por ausencia de reservas orgánicas atribuidas en los alimentos.

Algunas de las principales causas que explican el hambre, son los conflictos armados, la ausencia de programas de salud alimentaria, los millones de toneladas de comida que se desperdician en las centrales de abastos, en los supermercados y en los restaurantes.

En esta reflexión no podemos dejar de lado a los grupos delictivos que también contribuyen a la escasez de alimentos; al monopolizar la venta de determinadas frutas y legumbres que hacen en muchas ocasiones imposible su consumo. El cambio climático, también genera problemas de hambre, ya que las sequías no solo perjudica a las cosechas, sino que, también reduce la disponibilidad de agua potable, y con ello, el riesgo de padecer diarreas al beber de fuentes contaminadas.

Ahora bien, a pesar de esta problemática del hambre que padecen los sectores más vulnerables, el derecho a la alimentación, está salvaguardado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el artículo 25.1.- que a letra dice “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios…”

Asimismo los Principales instrumentos vinculantes que recogen el derecho a la alimentación son: - El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966) – La Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (1979) – La Convención de los Derechos del Niño (1989) – La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (1951) – El Convención sobre el Derecho de las Personas con Discapacidad (2006) –y Diversos instrumentos regionales de derechos humanos.

En México, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece, en su artículo 4to, tercer párrafo, que “Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad”.

Teniendo este marco jurídico, los gobiernos deben destinar los recursos necesarios para atender los problemas de desnutrición, asimismo, deben dar prioridad a la supervisión de los precios y ampliar los alimentos de la canasta básica, quitar los monopolios de alimentos al crimen organizado (el aguacate, entre otros), crear más bancos de alimentos, comprometer a las centrales de abastos y a las empresas transnacionales (supermercados) para que donen alimentos en lugar de desecharlos, crear un censo de grupos vulnerables que tengan acceso a bancos de alimentos, concientizar a la población a participar en donaciones permanentes de alimentos en sus comunidades, fomentar el consumo responsable de ellos (no desperdiciarlos). .

*Es Doctor en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como: Defensor Adjunto en la Defensoría de los Derechos Universitarios y Profesor en la Facultad de Derecho y C.S.

Comentarios:jorgepinto_9@hotmail.com / Twitter: @apjorge/ facebook: Jorge Pinto

Amables lectores, ¡Les saludo con el gusto de siempre! Uno de los derechos humanos más vulnerados, es el derecho a la alimentación. Este derecho es fundamental para el derecho a la vida, lamentablemente, nos hemos acostumbrado a ver en las calles a niños, jóvenes y adultos mayores con serios problemas de desnutrición, sin que nos genere intranquilidad. Y quizás, pensemos que el hambre es un caso particular de países como Sudan del Sur, Somalia, Yemen o Nigeria, (Cuerno de África), sin embargo, no es así, ya que el problema del hambre es una crisis que afecta a todo el mundo y que se va agudizando día con día y pone en peligro la vida de millones de seres humanos.

De acuerdo al Informe de la Sociedad Mundial de la Alimentación, presentado en octubre de 2018, en el 45mo período de sesiones del Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de la ONU, 821 millones de personas siguen sufriendo inseguridad alimentaria en el planeta.

En México, de acuerdo a The Hunger Project México, el 23.3% de la población vive en pobreza alimentaria y el 12.5% sufre desnutrición crónica. http://gastrorama.mx/2019/02/11/desnutricion-obesidad-mexico-alimentacion/

La pobreza alimentaria se refiere a la incapacidad que tienen los individuos para adquirir una canasta básica alimentaria. Mientras que la desnutrición crónica hace referencia al retraso de crecimiento en los niños por ausencia de reservas orgánicas atribuidas en los alimentos.

Algunas de las principales causas que explican el hambre, son los conflictos armados, la ausencia de programas de salud alimentaria, los millones de toneladas de comida que se desperdician en las centrales de abastos, en los supermercados y en los restaurantes.

En esta reflexión no podemos dejar de lado a los grupos delictivos que también contribuyen a la escasez de alimentos; al monopolizar la venta de determinadas frutas y legumbres que hacen en muchas ocasiones imposible su consumo. El cambio climático, también genera problemas de hambre, ya que las sequías no solo perjudica a las cosechas, sino que, también reduce la disponibilidad de agua potable, y con ello, el riesgo de padecer diarreas al beber de fuentes contaminadas.

Ahora bien, a pesar de esta problemática del hambre que padecen los sectores más vulnerables, el derecho a la alimentación, está salvaguardado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el artículo 25.1.- que a letra dice “toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación, el vestido, la vivienda, la asistencia médica y los servicios sociales necesarios…”

Asimismo los Principales instrumentos vinculantes que recogen el derecho a la alimentación son: - El Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966) – La Convención sobre la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (1979) – La Convención de los Derechos del Niño (1989) – La Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (1951) – El Convención sobre el Derecho de las Personas con Discapacidad (2006) –y Diversos instrumentos regionales de derechos humanos.

En México, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos establece, en su artículo 4to, tercer párrafo, que “Toda persona tiene derecho a la alimentación nutritiva, suficiente y de calidad”.

Teniendo este marco jurídico, los gobiernos deben destinar los recursos necesarios para atender los problemas de desnutrición, asimismo, deben dar prioridad a la supervisión de los precios y ampliar los alimentos de la canasta básica, quitar los monopolios de alimentos al crimen organizado (el aguacate, entre otros), crear más bancos de alimentos, comprometer a las centrales de abastos y a las empresas transnacionales (supermercados) para que donen alimentos en lugar de desecharlos, crear un censo de grupos vulnerables que tengan acceso a bancos de alimentos, concientizar a la población a participar en donaciones permanentes de alimentos en sus comunidades, fomentar el consumo responsable de ellos (no desperdiciarlos). .

*Es Doctor en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como: Defensor Adjunto en la Defensoría de los Derechos Universitarios y Profesor en la Facultad de Derecho y C.S.

Comentarios:jorgepinto_9@hotmail.com / Twitter: @apjorge/ facebook: Jorge Pinto

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