/ viernes 13 de marzo de 2020

El despertar social ante una nueva realidad

Las recientes expresiones sociales, marcan la nueva realidad por la que transitaremos en México; me refiero a la impecable manifestación de los estudiantes en Puebla, la marcha en el día internacional de la mujer y, el inédito paro del nueve de marzo.

Sin embargo y aunque en sentido estricto estas manifestaciones o protestas no son contra el gobierno, si manifiestan la exigencia sobre la atención que debe prestarles sus funcionarios en los tres niveles; pero, también exige el cambio que como sociedad debemos tener.

El maltrato a las mujeres y el incremento desmedido de los feminicidios, es la consecuencia de no atender la exigencia femenina, por eso las mujeres alzaron la voz con la marcha del 8 de marzo y la de no moverse el día 9, es tal vez el inicio de un movimiento que perdurará, mientras no se atienda este justo reclamo.

A pesar de que en las últimas tres décadas ha habido avances importantes, tales como: tener elecciones libres, una mayor cobertura en el sistema de salud, apertura y estabilidad económica, mayor libertad de expresión, avance significativo en materia de derechos humanos; entre otros y sin duda, la exigencia ciudadana no solo señala que se mantengan, o´ en su caso, si los sustituyen mejoren su operación, lo cual no ha ocurrido.

Dos temas centrales utilizados durante la campaña de López Obrador, se centraban en la lucha contra la corrupción y el incremento en la inseguridad, los cuáles durante su mandato, siguen incrementándose, así como la crisis en el sector salud y al estancamiento de la economía, situaciones que han generado de manera interna.

Lamentablemente esta situación se agrava con la caída en la inversión y la crisis del Covid-19; aunado al denominado lunes negro, donde la crisis petrolera mundial, origino la caída en el precio de los hidrocarburos y las perdidas de las bolsas de valores en los principales mercados mundiales, arrastrando a la mexicana, donde el principal saldo negativo se reflejó en la depreciación del peso mexicano, en cerca del 11%, pasando de 19 a 21 pesos por dólar estadounidense.

Cada vez que le cuestionan al Presidente López Obrador, sobre la situación económica del país, señala que se encuentra requeté bien y, lamentablemente nuestra moneda ha llegado a cotizarse en 21.45 pesos por dólar, lo cual refleja el peor momento para la economía mexicana.

Momento que coincidió cuando millones de mujeres en varias ciudades del país salieron dispuestas a tomar la calle para exigir mayor seguridad ante el incremento de la violencia, al ganar la calle, mostraron su indignación y rechazo a la creciente violencia.

La reacción de las mujeres es digna de reconocerse, pues ante la falta de empatía del gobierno con las víctimas, el problema de la inseguridad escala cada vez más, lo cual evidencia la falta de interés por resolverlo.

Ante el incremento de los feminicidios, esta concientización ha sido bien aceptada, tanto en el ámbito gubernamental como en el plano social, pues se escucho fuertemente esta demanda largamente desoída. Ahora se debe actuar con inteligencia y mesura, debido a que no debe tomarse como un movimiento político, sino más bien como el inicio de un nuevo despertar social.

Sin embargo y de cara a estas expresiones sociales, aunado al lunes negro como lo denominaron los economistas, se avizora una crisis en diversos países, lo cual sin duda, aumenta el riesgo de una posible recesión mundial, pues los analistas, inversionistas y empresarios, saben que cuando existe desestabilización en diversos mercados mundiales las noticias económicas no son buenas.

En México, el Ejecutivo Federal, conjuntamente con expertos y su gabinete, de manera inmediata, deben establecer políticas claras que generen confianza en el sector privado, a inversionistas y a los mercados; al tiempo de diseñar acciones y estrategias que permitan enfrentar una posible crisis económica.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

Las recientes expresiones sociales, marcan la nueva realidad por la que transitaremos en México; me refiero a la impecable manifestación de los estudiantes en Puebla, la marcha en el día internacional de la mujer y, el inédito paro del nueve de marzo.

Sin embargo y aunque en sentido estricto estas manifestaciones o protestas no son contra el gobierno, si manifiestan la exigencia sobre la atención que debe prestarles sus funcionarios en los tres niveles; pero, también exige el cambio que como sociedad debemos tener.

El maltrato a las mujeres y el incremento desmedido de los feminicidios, es la consecuencia de no atender la exigencia femenina, por eso las mujeres alzaron la voz con la marcha del 8 de marzo y la de no moverse el día 9, es tal vez el inicio de un movimiento que perdurará, mientras no se atienda este justo reclamo.

A pesar de que en las últimas tres décadas ha habido avances importantes, tales como: tener elecciones libres, una mayor cobertura en el sistema de salud, apertura y estabilidad económica, mayor libertad de expresión, avance significativo en materia de derechos humanos; entre otros y sin duda, la exigencia ciudadana no solo señala que se mantengan, o´ en su caso, si los sustituyen mejoren su operación, lo cual no ha ocurrido.

Dos temas centrales utilizados durante la campaña de López Obrador, se centraban en la lucha contra la corrupción y el incremento en la inseguridad, los cuáles durante su mandato, siguen incrementándose, así como la crisis en el sector salud y al estancamiento de la economía, situaciones que han generado de manera interna.

Lamentablemente esta situación se agrava con la caída en la inversión y la crisis del Covid-19; aunado al denominado lunes negro, donde la crisis petrolera mundial, origino la caída en el precio de los hidrocarburos y las perdidas de las bolsas de valores en los principales mercados mundiales, arrastrando a la mexicana, donde el principal saldo negativo se reflejó en la depreciación del peso mexicano, en cerca del 11%, pasando de 19 a 21 pesos por dólar estadounidense.

Cada vez que le cuestionan al Presidente López Obrador, sobre la situación económica del país, señala que se encuentra requeté bien y, lamentablemente nuestra moneda ha llegado a cotizarse en 21.45 pesos por dólar, lo cual refleja el peor momento para la economía mexicana.

Momento que coincidió cuando millones de mujeres en varias ciudades del país salieron dispuestas a tomar la calle para exigir mayor seguridad ante el incremento de la violencia, al ganar la calle, mostraron su indignación y rechazo a la creciente violencia.

La reacción de las mujeres es digna de reconocerse, pues ante la falta de empatía del gobierno con las víctimas, el problema de la inseguridad escala cada vez más, lo cual evidencia la falta de interés por resolverlo.

Ante el incremento de los feminicidios, esta concientización ha sido bien aceptada, tanto en el ámbito gubernamental como en el plano social, pues se escucho fuertemente esta demanda largamente desoída. Ahora se debe actuar con inteligencia y mesura, debido a que no debe tomarse como un movimiento político, sino más bien como el inicio de un nuevo despertar social.

Sin embargo y de cara a estas expresiones sociales, aunado al lunes negro como lo denominaron los economistas, se avizora una crisis en diversos países, lo cual sin duda, aumenta el riesgo de una posible recesión mundial, pues los analistas, inversionistas y empresarios, saben que cuando existe desestabilización en diversos mercados mundiales las noticias económicas no son buenas.

En México, el Ejecutivo Federal, conjuntamente con expertos y su gabinete, de manera inmediata, deben establecer políticas claras que generen confianza en el sector privado, a inversionistas y a los mercados; al tiempo de diseñar acciones y estrategias que permitan enfrentar una posible crisis económica.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com