/ viernes 9 de julio de 2021

El difícil escenario laboral en México

Los datos a nivel mundial respecto al empleo son verdaderamente alarmantes, dan cuenta que “la factura de la pandemia sobre el mercado laboral se tradujo en la pérdida de unos 114 millones de empleos en 2020 respecto del año anterior”.

Así, la OCDE señala en su informe 'Perspectiva del Empleo 2021' que al final del año pasado, países avanzados se encontraban aún a medio camino de la recuperación completa de los niveles de ocupación, ante lo cual destacó que "la recuperación de los niveles prepandemia no se logrará para finales de 2022".

En este informe la OCDE detecta el riesgo real de que la profundidad de la crisis de Covid-19 sea el factor que pueda contribuir a afianzar la desigualdad y la exclusión a menos que los gobiernos "pongan el empleo en el centro de la recuperación para asegurar una transición desde la exclusión a la inclusión"

Sobre este mismo tema, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala “Las crisis golpean más duramente a las personas más vulnerables. Uno de esos grupos es el de los jóvenes, que está particularmente expuesto al impacto socioeconómico de la pandemia provocada por el virus”

En estas condiciones, el empleo decente representa un gran desafío para personas jóvenes, incluso en prosperidad económica; previas al surgimiento del Covid-19; “una de cada cinco personas menores de 25 años (el equivalente a 267 millones de jóvenes a nivel mundial) se contaba entre los “nini”, esto es: quienes no trabajan, no estudian ni reciben formación”, son los más afectados por el actual modelo económico y hoy por la pandemia.

A su vez, ONU Mujeres estima que “47 millones de mujeres y niñas alrededor del mundo caerán por debajo del umbral de la pobreza como resultado de la pandemia, lo que ampliará aún más la brecha entre hombres y mujeres”.

Y que la carga de trabajos domésticos, que recaen sobre todo en mujeres, como el cuidado de niños y ancianos u otro tipo de trabajos no remunerados, se han incrementado; estos empleos sin remuneración, sin duda generan las desigualdades. Este mismo organismo considera que en México, se estima 21 millones de mujeres han quedado desempleadas en este periodo.

Lo cierto es que nuestro país, tenía desde 2018 una desaceleración económica, la cual se agravo en 2020 a consecuencia de la pandemia. El producto interno bruto (PIB) de México, es decir la suma de los bienes y servicios producidos en el país, registró una caída de 8.3 por ciento en 2020, la cual es considerada como la más profunda en la historia del país desde la gran depresión.

Como consecuencia del desempleo, una gran cantidad de trabajadores recurrió a su cuenta de Afore, De acuerdo a datos de la “Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), el año pasado un millón 700 mil trabajadores accedieron a sus recursos ahorrados en las Afores para hacer frente al desempleo, que en promedio fue de 11 mil 735 pesos”.

Situación que para México, en nada ayuda el señalamiento del gobierno federal de cubrirse con los errores del pasado para evadir su responsabilidad; ¿Cuánto tiempo vamos a seguir perdiendo el futuro de nuestro país viviendo y discutiendo la coyuntura de problemas irrelevantes?.

Los mexicanos seguimos esperando que el gobierno por medio de su estructura institucional asuma su tarea y, que refrende la vocación democrática de la sociedad mexicana sin manipuleos y sin lucrar con las carencias y la falta de oportunidades, incorporando a la sociedad a una vida digna.

Por supuesto que ningún empresario fuerte, pierde el ánimo ante los mercados, de cara a los cambios, el desarrollo tecnológico y ahora la pandemia, la enfrentarán a través de la innovación, siempre y cuando el Estado, otorgue las garantías y no cancele las oportunidades.

Transición y alternancia no han podido incorporar a la sociedad menos favorecida. El escenario es cada vez más complejo, la gente necesita volver a trabajar; o recuperar su empleo, el aumento del desempleo juvenil no solo perjudica a los interesados, sino que acarrea también un elevado costo en el largo plazo; la pobreza sin duda daña a los que menos tienen, pero afecta más a niñas y niños, lamentablemente esta situación acarreara un elevado costo social para el país, el cual podría prolongarse en décadas.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

Los datos a nivel mundial respecto al empleo son verdaderamente alarmantes, dan cuenta que “la factura de la pandemia sobre el mercado laboral se tradujo en la pérdida de unos 114 millones de empleos en 2020 respecto del año anterior”.

Así, la OCDE señala en su informe 'Perspectiva del Empleo 2021' que al final del año pasado, países avanzados se encontraban aún a medio camino de la recuperación completa de los niveles de ocupación, ante lo cual destacó que "la recuperación de los niveles prepandemia no se logrará para finales de 2022".

En este informe la OCDE detecta el riesgo real de que la profundidad de la crisis de Covid-19 sea el factor que pueda contribuir a afianzar la desigualdad y la exclusión a menos que los gobiernos "pongan el empleo en el centro de la recuperación para asegurar una transición desde la exclusión a la inclusión"

Sobre este mismo tema, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala “Las crisis golpean más duramente a las personas más vulnerables. Uno de esos grupos es el de los jóvenes, que está particularmente expuesto al impacto socioeconómico de la pandemia provocada por el virus”

En estas condiciones, el empleo decente representa un gran desafío para personas jóvenes, incluso en prosperidad económica; previas al surgimiento del Covid-19; “una de cada cinco personas menores de 25 años (el equivalente a 267 millones de jóvenes a nivel mundial) se contaba entre los “nini”, esto es: quienes no trabajan, no estudian ni reciben formación”, son los más afectados por el actual modelo económico y hoy por la pandemia.

A su vez, ONU Mujeres estima que “47 millones de mujeres y niñas alrededor del mundo caerán por debajo del umbral de la pobreza como resultado de la pandemia, lo que ampliará aún más la brecha entre hombres y mujeres”.

Y que la carga de trabajos domésticos, que recaen sobre todo en mujeres, como el cuidado de niños y ancianos u otro tipo de trabajos no remunerados, se han incrementado; estos empleos sin remuneración, sin duda generan las desigualdades. Este mismo organismo considera que en México, se estima 21 millones de mujeres han quedado desempleadas en este periodo.

Lo cierto es que nuestro país, tenía desde 2018 una desaceleración económica, la cual se agravo en 2020 a consecuencia de la pandemia. El producto interno bruto (PIB) de México, es decir la suma de los bienes y servicios producidos en el país, registró una caída de 8.3 por ciento en 2020, la cual es considerada como la más profunda en la historia del país desde la gran depresión.

Como consecuencia del desempleo, una gran cantidad de trabajadores recurrió a su cuenta de Afore, De acuerdo a datos de la “Comisión Nacional del Sistema de Ahorro para el Retiro (Consar), el año pasado un millón 700 mil trabajadores accedieron a sus recursos ahorrados en las Afores para hacer frente al desempleo, que en promedio fue de 11 mil 735 pesos”.

Situación que para México, en nada ayuda el señalamiento del gobierno federal de cubrirse con los errores del pasado para evadir su responsabilidad; ¿Cuánto tiempo vamos a seguir perdiendo el futuro de nuestro país viviendo y discutiendo la coyuntura de problemas irrelevantes?.

Los mexicanos seguimos esperando que el gobierno por medio de su estructura institucional asuma su tarea y, que refrende la vocación democrática de la sociedad mexicana sin manipuleos y sin lucrar con las carencias y la falta de oportunidades, incorporando a la sociedad a una vida digna.

Por supuesto que ningún empresario fuerte, pierde el ánimo ante los mercados, de cara a los cambios, el desarrollo tecnológico y ahora la pandemia, la enfrentarán a través de la innovación, siempre y cuando el Estado, otorgue las garantías y no cancele las oportunidades.

Transición y alternancia no han podido incorporar a la sociedad menos favorecida. El escenario es cada vez más complejo, la gente necesita volver a trabajar; o recuperar su empleo, el aumento del desempleo juvenil no solo perjudica a los interesados, sino que acarrea también un elevado costo en el largo plazo; la pobreza sin duda daña a los que menos tienen, pero afecta más a niñas y niños, lamentablemente esta situación acarreara un elevado costo social para el país, el cual podría prolongarse en décadas.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com