/ viernes 4 de octubre de 2019

El discurso de la inseguridad en el Club de Empresarios

Antonio Yitani Maccise consiguió el aplauso unánime de los invitados a la comida anual del Club de Empresarios de Puebla cuando denunció al micrófono, y de frente al gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, las condiciones de inseguridad que padecen los hombres de negocios en el estado.

“Señor gobernador, hay que poner orden en Puebla”, demandó, después de lamentar que la delincuencia haya frenado el crecimiento económico y ahuyentado a inversionistas nacionales y extranjeros que ya se encontraban asentados en la entidad.

Sin darle vueltas al tema ni mostrarse extremadamente cuidadoso para no dañar la susceptibilidad del gobernador, pidió un programa institucional que permita hacerle frente a la inseguridad, mejorar el trabajo de la Fiscalía General del Estado y de los ministerios públicos, para impedir que los delincuentes salgan, así la llamó, por una “puerta giratoria”.

Yitani recibió un segundo reconocimiento sonoro por adoptar como propio el problema que más aqueja a los empresarios.

Estuvo ahí para hablar por ellos, en representación de ellos, y lo hizo bien, en una comida que sirvió para celebrar los 51 años del Club de Empresarios y que contó con la asistencia especial de Antonio del Valle Perochea, presidente del Consejo Mexicano de Negocios.

Después del presidente de la asociación civil y anfitrión del evento habló del Valle Perochea.

Más adelante tocó el turno al gobernador.

Barbosa aclaró que sabía bien dónde estaba parado; hizo un repaso por las situaciones de crisis en que recibió la entidad y reiteró aquella frase ya conocida de que en su gobierno no habrá ni perdón ni olvido.

Subrayó que mostrará los actos de corrupción que se cometieron en el pasado y advirtió que evidenciará a los responsables de ellos.

Y no solo a servidores públicos, según dijo, sino también a los empresarios que sacaron provecho de ello.

Luego vino la respuesta a Yitani.

Hizo una breve descripción de las condiciones de precariedad en que recibió las fuerzas de seguridad pública para prevenir y combatir la delincuencia, se comprometió a mejorar en todos los rubros y al final lanzó un reto a sus interlocutores.

“Me gustaría ver de su solidaridad con el gobierno en los temas de seguridad pública, nos hace falta. Nos hace falta que nos donaran patrullas, que nos donaran para la compra de tecnología”, soltó.

El comentario no agradó a los comensales de la misma manera que gustaron las palabras de Yitani.

Reaccionaron ante él con una sonrisa fría, casi sarcástica, pero lo registraron.

Tras un breve silencio Barbosa volvió a abrir su discurso a las generalidades.

Invitó a los miembros del Club de Empresarios a derramar su dinero en Puebla y les conminó a llevarle ya, lo más pronto posible, sus portafolios de inversiones con proyectos claros y concretos.

El mandatario fue sentado en la mesa principal, en medio de Mario Bracamonte González, lo que no debió ser de su agrado, ni remotamente, y de Antonio del Valle Perochea.

Lo acompañaron las secretarias de Economía y de Turismo, Olivia Salomón Vibaldo y Fabiana Briseño Suárez, en ese orden.

En la mesa principal también estuvieron el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, el ex gobernador Melquiades Morales Flores y el ex diputado local José Chedraui Budib, entre otros personajes de la iniciativa privada.

Antes estuvo la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, que llegó solo un rato y se fue, sin probar los alimentos.

Al término de los discursos los empresarios y el gobernador se enfrascaron en una buena plática informal que selló el encuentro.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx

Antonio Yitani Maccise consiguió el aplauso unánime de los invitados a la comida anual del Club de Empresarios de Puebla cuando denunció al micrófono, y de frente al gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, las condiciones de inseguridad que padecen los hombres de negocios en el estado.

“Señor gobernador, hay que poner orden en Puebla”, demandó, después de lamentar que la delincuencia haya frenado el crecimiento económico y ahuyentado a inversionistas nacionales y extranjeros que ya se encontraban asentados en la entidad.

Sin darle vueltas al tema ni mostrarse extremadamente cuidadoso para no dañar la susceptibilidad del gobernador, pidió un programa institucional que permita hacerle frente a la inseguridad, mejorar el trabajo de la Fiscalía General del Estado y de los ministerios públicos, para impedir que los delincuentes salgan, así la llamó, por una “puerta giratoria”.

Yitani recibió un segundo reconocimiento sonoro por adoptar como propio el problema que más aqueja a los empresarios.

Estuvo ahí para hablar por ellos, en representación de ellos, y lo hizo bien, en una comida que sirvió para celebrar los 51 años del Club de Empresarios y que contó con la asistencia especial de Antonio del Valle Perochea, presidente del Consejo Mexicano de Negocios.

Después del presidente de la asociación civil y anfitrión del evento habló del Valle Perochea.

Más adelante tocó el turno al gobernador.

Barbosa aclaró que sabía bien dónde estaba parado; hizo un repaso por las situaciones de crisis en que recibió la entidad y reiteró aquella frase ya conocida de que en su gobierno no habrá ni perdón ni olvido.

Subrayó que mostrará los actos de corrupción que se cometieron en el pasado y advirtió que evidenciará a los responsables de ellos.

Y no solo a servidores públicos, según dijo, sino también a los empresarios que sacaron provecho de ello.

Luego vino la respuesta a Yitani.

Hizo una breve descripción de las condiciones de precariedad en que recibió las fuerzas de seguridad pública para prevenir y combatir la delincuencia, se comprometió a mejorar en todos los rubros y al final lanzó un reto a sus interlocutores.

“Me gustaría ver de su solidaridad con el gobierno en los temas de seguridad pública, nos hace falta. Nos hace falta que nos donaran patrullas, que nos donaran para la compra de tecnología”, soltó.

El comentario no agradó a los comensales de la misma manera que gustaron las palabras de Yitani.

Reaccionaron ante él con una sonrisa fría, casi sarcástica, pero lo registraron.

Tras un breve silencio Barbosa volvió a abrir su discurso a las generalidades.

Invitó a los miembros del Club de Empresarios a derramar su dinero en Puebla y les conminó a llevarle ya, lo más pronto posible, sus portafolios de inversiones con proyectos claros y concretos.

El mandatario fue sentado en la mesa principal, en medio de Mario Bracamonte González, lo que no debió ser de su agrado, ni remotamente, y de Antonio del Valle Perochea.

Lo acompañaron las secretarias de Economía y de Turismo, Olivia Salomón Vibaldo y Fabiana Briseño Suárez, en ese orden.

En la mesa principal también estuvieron el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa, el ex gobernador Melquiades Morales Flores y el ex diputado local José Chedraui Budib, entre otros personajes de la iniciativa privada.

Antes estuvo la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, que llegó solo un rato y se fue, sin probar los alimentos.

Al término de los discursos los empresarios y el gobernador se enfrascaron en una buena plática informal que selló el encuentro.

Twitter: @jorgerdzc

jrodriguez@elsoldepuebla.com.mx