/ sábado 5 de junio de 2021

El escenario nacional después del 6 de junio

A pesar de la difícil situación que vivimos en todo el territorio nacional, principalmente por los saldos negativos de la pandemia del covid-19, la cual, con base en datos oficiales se acerca a los 230 mil decesos y la crisis económica; configuran un escenario que frena el desarrollo del país, ha incrementado la pobreza, el desempleo, la informalidad y la inseguridad.

Claro que México no está exento de lo que ocurra en este mundo convulso, pero el mayor riesgo para nuestro país, es que se siga vulnerando aún más su deteriorada economía; al respecto, los especialistas señalan que su recuperación tardara cerca de cuatro años, para estar en el nivel al que teníamos en el 2018.

Y lamentablemente, la creciente inseguridad y violencia, son asumidas por una gran parte de la sociedad como parte de las dificultades que nos presenta la vida cotidiana; el control por parte de los órganos encargados es casi imperceptible o nula, la cual se ha extendido por todo el territorio nacional.

Esta problemática a una gran mayoría de candidatos no les importo y, se mostraron ante la ciudadanía con estridencias y manifestación de triunfalismo, siendo algunos verdaderamente impresentables, lo cual represento una ofensa para la ciudadanía que estaba esperanzada en conocer propuestas y proyectos que permitan revertir esta compleja situación.

Atrás quedaron las campañas políticas y sus promesas, ahora la esperanza ciudadana tiene que ir acompañada con la limpieza y pulcritud de la elección; este domingo 6 de junio, frente a la urna, cada ciudadano debe optar por lo que considere como la mejor opción; hacer a un lado el asedio y la mentira, evaluar a la hora de sufragar, la trayectoria de los candidatos, pues la lucha no solo debe darse para arribar al poder, sino para lograr que, en cada región del territorio nacional, el beneficio sea tangible.

Con un padrón en México, cercano a 95 millones de electores, se elegirán más de 20 mil cargos de elección popular en México, a distintas posiciones en los gobiernos municipales, 15 gobernaturas, legislaturas locales y federales.

Quienes resulten electos, tomarán las decisiones en un entorno difícil, de severas restricciones presupuestales, e incertidumbre por la pandemia y de constante amenaza por los embates del crimen organizado, entre otros grandes desafíos.

O como el plan, asistencialista del gobierno federal, que hará más dependientes, a quienes lo reciben, su implementación no ha mostrado su eficacia, e invariablemente ha incrementado la pobreza, que lamentablemente en el mediano plazo representara un alto costo, del cual difícilmente, podremos salir.

Vala la pena reconocer, que en México hemos transitado por décadas, para poder contar con una sólida institución como lo es el Instituto Nacional Electoral (INE) quien, sin duda es el principal garante en la renovación del poder público en la historia de México y, en esta jornada electoral, se pondrá a prueba no solo la institución, sino la democracia del país.

Por ello es importante que, pasado el proceso electoral, los habitantes exijamos a los políticos que resulten triunfadores, la construcción de una agenda viable, que permita construir iniciativas y políticas públicas que resuelvan los problemas que enfrentamos; gobernar y legislar para todos.

Es decir, que debemos hacer a un lado las promesas políticas y pasar a una acción tangible. Además de considerar las causas sanitarias de la pandemia en cada región, e incluirlas dentro de las prioridades en la agenda social y política. Al tiempo que permitirá focalizar y destinar de manera certera los recursos para educación, salud, seguridad, vivienda, integración física urbana e impulsar nuevas opciones para la generación de empleos, entre otras importantes acciones.

Cualquiera que sea el escenario del próximo domingo, el ejecutivo federal debe establecer acuerdos con todas las fuerzas políticas, lo cual dará una señal de un verdadero demócrata y del jefe del Estado Mexicano que debe garantizar la gobernabilidad, asumiendo la realidad que le permita fortalecer la segunda mitad de su administración.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

A pesar de la difícil situación que vivimos en todo el territorio nacional, principalmente por los saldos negativos de la pandemia del covid-19, la cual, con base en datos oficiales se acerca a los 230 mil decesos y la crisis económica; configuran un escenario que frena el desarrollo del país, ha incrementado la pobreza, el desempleo, la informalidad y la inseguridad.

Claro que México no está exento de lo que ocurra en este mundo convulso, pero el mayor riesgo para nuestro país, es que se siga vulnerando aún más su deteriorada economía; al respecto, los especialistas señalan que su recuperación tardara cerca de cuatro años, para estar en el nivel al que teníamos en el 2018.

Y lamentablemente, la creciente inseguridad y violencia, son asumidas por una gran parte de la sociedad como parte de las dificultades que nos presenta la vida cotidiana; el control por parte de los órganos encargados es casi imperceptible o nula, la cual se ha extendido por todo el territorio nacional.

Esta problemática a una gran mayoría de candidatos no les importo y, se mostraron ante la ciudadanía con estridencias y manifestación de triunfalismo, siendo algunos verdaderamente impresentables, lo cual represento una ofensa para la ciudadanía que estaba esperanzada en conocer propuestas y proyectos que permitan revertir esta compleja situación.

Atrás quedaron las campañas políticas y sus promesas, ahora la esperanza ciudadana tiene que ir acompañada con la limpieza y pulcritud de la elección; este domingo 6 de junio, frente a la urna, cada ciudadano debe optar por lo que considere como la mejor opción; hacer a un lado el asedio y la mentira, evaluar a la hora de sufragar, la trayectoria de los candidatos, pues la lucha no solo debe darse para arribar al poder, sino para lograr que, en cada región del territorio nacional, el beneficio sea tangible.

Con un padrón en México, cercano a 95 millones de electores, se elegirán más de 20 mil cargos de elección popular en México, a distintas posiciones en los gobiernos municipales, 15 gobernaturas, legislaturas locales y federales.

Quienes resulten electos, tomarán las decisiones en un entorno difícil, de severas restricciones presupuestales, e incertidumbre por la pandemia y de constante amenaza por los embates del crimen organizado, entre otros grandes desafíos.

O como el plan, asistencialista del gobierno federal, que hará más dependientes, a quienes lo reciben, su implementación no ha mostrado su eficacia, e invariablemente ha incrementado la pobreza, que lamentablemente en el mediano plazo representara un alto costo, del cual difícilmente, podremos salir.

Vala la pena reconocer, que en México hemos transitado por décadas, para poder contar con una sólida institución como lo es el Instituto Nacional Electoral (INE) quien, sin duda es el principal garante en la renovación del poder público en la historia de México y, en esta jornada electoral, se pondrá a prueba no solo la institución, sino la democracia del país.

Por ello es importante que, pasado el proceso electoral, los habitantes exijamos a los políticos que resulten triunfadores, la construcción de una agenda viable, que permita construir iniciativas y políticas públicas que resuelvan los problemas que enfrentamos; gobernar y legislar para todos.

Es decir, que debemos hacer a un lado las promesas políticas y pasar a una acción tangible. Además de considerar las causas sanitarias de la pandemia en cada región, e incluirlas dentro de las prioridades en la agenda social y política. Al tiempo que permitirá focalizar y destinar de manera certera los recursos para educación, salud, seguridad, vivienda, integración física urbana e impulsar nuevas opciones para la generación de empleos, entre otras importantes acciones.

Cualquiera que sea el escenario del próximo domingo, el ejecutivo federal debe establecer acuerdos con todas las fuerzas políticas, lo cual dará una señal de un verdadero demócrata y del jefe del Estado Mexicano que debe garantizar la gobernabilidad, asumiendo la realidad que le permita fortalecer la segunda mitad de su administración.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com