/ miércoles 16 de junio de 2021

El escenario nacional, estatal y municipal de Morena hacia el 2024

Si bien la alianza trinitaria PRI-PAN-PRD logró quitarle la mayoría calificada en la Cámara de Diputados a Morena, no logró en cambio arrebatarle la mayoría relativa con la que mantendrá el manejo del presupuesto de gasto público. Cierto que Morena perdió la mayoría de las alcaldías de la Ciudad de México, pero territorial y poblacionalmente aumenta, amplía sus posiciones al sumar 11 gubernaturas a las 6 que tenía; y continua con la mayoría de diputados locales en 19 congresos estatales.

El voto popular desvaneció las versiones de que el gobernador Miguel Barbosa perdería la mayoría de diputaciones estatales. El mandatario confirma su liderazgo político, seguirá proponiendo y empujando sus reformas legislativas, punto esencial en su proyecto sexenal.

Morena obtuvo la mayoría de alcaldías en el Estado, pero en la capital y ayuntamientos de la zona metropolitana el voto popular le fue adverso. La alianza PRI-PAN-PRD dio un paso adelante en sus futuras pretensiones electorales, abrió la puerta a Eduardo Rivera, alcalde electo de la ciudad por segunda ocasión, para competir por la gubernatura en 2024. Sin olvidar que Morena sigue siendo la fuerza mayoritaria en el interior del estado.

Con este escenario, números, posiciones de gobierno, Morena fue ratificado por el pueblo mexicano. No cedió, no perdió terreno, no dio pasos hacia atrás, se pinta como el partido favorito para los comicios presidenciales del 2024.

La alianza PRI-PAN-PRD jugó en la reciente elección a sacar de la Cámara de Diputados a Morena, igual de los ayuntamientos y congresos estatales, sin embargo, no pudo proyectar en el ánimo popular la idea de un cambio en el poder federal, estatal y municipal.

Es muy temprano para un cambio político radical, de fondo, casi milagroso, como se lo proponían. Históricamente se necesitaron casi 80 años para derribar al PRI del poder. Y el PAN tuvo dos sexenios de oportunidad en los que se dedicó a gobernar en la línea de derecha conservadora, de acuerdo a los patrones neoliberales que el consenso de Washington le había impuesto a México, que significaron el arrinconamiento, el empobrecimiento de las clases populares.

Luego de 12 años de gobiernos panistas, de decepción popular, la gente volvió la mirada nuevamente hacia el PRI, y lo que hizo Enrique Peña Nieto fue seguir precipitando la entrega del patrimonio nacional: Pemex y CFE, al capital extranjero, con su reforma energética.

Andrés Manuel López Obrador ha hecho varias reformas, anuncia otras en materia energética para rescatar a Pemex y CFE, incluso de las decisiones de los jueces federales que siguen favoreciendo a las empresas extranjeras como Iberdrola, concediéndoles amparos que van en contra del interés nacional, al amparo de la reforma energética de Peña Nieto.

Como se verá, la ruidosa y desesperada alianza entre dos partidos que durante casi cien años fueron antagónicos y gobernaron al país, no fue suficientemente fuerte y convincente para sacar a Morena del poder. Son muy pocos tres años de resistencia partidista, de golpeteo tenaz a través de la mayoría de los medios de comunicación, de lucha feroz de la recalcitrante derecha mexicana decidida a cortarle el paso a las reformas sociales de la V-Transformación, para cambiar la voluntad de la mayoría de los mexicanos.

Morena adquirió en la reciente elección la fortaleza, los medios, la proyección popular para presentarse como favorita en los comicios presidenciales del 2024. Andrés Manuel se consolida como un mandatario confiable y fuerte. La sociedad ha ratificado la oportunidad de que continúe realizando el proyecto de nación que lo impulsó a la presidencia.

No ha surgido, luego de los comicios intermedios del 6 de junio de 2021, ninguna otra fuerza partidista, ningún liderazgo individual visible, capaz de superar a Morena en el 2024, con excepción de lo que dicte entonces la soberana voluntad popular.

Esta nueva realidad de la madurez en la diversidad política, partidista e ideológica de los mexicanos, la definió el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, al concluir el cómputo y recuento de votos de la elección: “por más que se quiera polarizar la conversación pública y descalificar a quienes piensan diferente, el pluralismo ya está enraizado en nuestra sociedad y expresa la diversidad política que nos caracteriza”. NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas, en ABC Radio 1280 de AM.

Si bien la alianza trinitaria PRI-PAN-PRD logró quitarle la mayoría calificada en la Cámara de Diputados a Morena, no logró en cambio arrebatarle la mayoría relativa con la que mantendrá el manejo del presupuesto de gasto público. Cierto que Morena perdió la mayoría de las alcaldías de la Ciudad de México, pero territorial y poblacionalmente aumenta, amplía sus posiciones al sumar 11 gubernaturas a las 6 que tenía; y continua con la mayoría de diputados locales en 19 congresos estatales.

El voto popular desvaneció las versiones de que el gobernador Miguel Barbosa perdería la mayoría de diputaciones estatales. El mandatario confirma su liderazgo político, seguirá proponiendo y empujando sus reformas legislativas, punto esencial en su proyecto sexenal.

Morena obtuvo la mayoría de alcaldías en el Estado, pero en la capital y ayuntamientos de la zona metropolitana el voto popular le fue adverso. La alianza PRI-PAN-PRD dio un paso adelante en sus futuras pretensiones electorales, abrió la puerta a Eduardo Rivera, alcalde electo de la ciudad por segunda ocasión, para competir por la gubernatura en 2024. Sin olvidar que Morena sigue siendo la fuerza mayoritaria en el interior del estado.

Con este escenario, números, posiciones de gobierno, Morena fue ratificado por el pueblo mexicano. No cedió, no perdió terreno, no dio pasos hacia atrás, se pinta como el partido favorito para los comicios presidenciales del 2024.

La alianza PRI-PAN-PRD jugó en la reciente elección a sacar de la Cámara de Diputados a Morena, igual de los ayuntamientos y congresos estatales, sin embargo, no pudo proyectar en el ánimo popular la idea de un cambio en el poder federal, estatal y municipal.

Es muy temprano para un cambio político radical, de fondo, casi milagroso, como se lo proponían. Históricamente se necesitaron casi 80 años para derribar al PRI del poder. Y el PAN tuvo dos sexenios de oportunidad en los que se dedicó a gobernar en la línea de derecha conservadora, de acuerdo a los patrones neoliberales que el consenso de Washington le había impuesto a México, que significaron el arrinconamiento, el empobrecimiento de las clases populares.

Luego de 12 años de gobiernos panistas, de decepción popular, la gente volvió la mirada nuevamente hacia el PRI, y lo que hizo Enrique Peña Nieto fue seguir precipitando la entrega del patrimonio nacional: Pemex y CFE, al capital extranjero, con su reforma energética.

Andrés Manuel López Obrador ha hecho varias reformas, anuncia otras en materia energética para rescatar a Pemex y CFE, incluso de las decisiones de los jueces federales que siguen favoreciendo a las empresas extranjeras como Iberdrola, concediéndoles amparos que van en contra del interés nacional, al amparo de la reforma energética de Peña Nieto.

Como se verá, la ruidosa y desesperada alianza entre dos partidos que durante casi cien años fueron antagónicos y gobernaron al país, no fue suficientemente fuerte y convincente para sacar a Morena del poder. Son muy pocos tres años de resistencia partidista, de golpeteo tenaz a través de la mayoría de los medios de comunicación, de lucha feroz de la recalcitrante derecha mexicana decidida a cortarle el paso a las reformas sociales de la V-Transformación, para cambiar la voluntad de la mayoría de los mexicanos.

Morena adquirió en la reciente elección la fortaleza, los medios, la proyección popular para presentarse como favorita en los comicios presidenciales del 2024. Andrés Manuel se consolida como un mandatario confiable y fuerte. La sociedad ha ratificado la oportunidad de que continúe realizando el proyecto de nación que lo impulsó a la presidencia.

No ha surgido, luego de los comicios intermedios del 6 de junio de 2021, ninguna otra fuerza partidista, ningún liderazgo individual visible, capaz de superar a Morena en el 2024, con excepción de lo que dicte entonces la soberana voluntad popular.

Esta nueva realidad de la madurez en la diversidad política, partidista e ideológica de los mexicanos, la definió el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, al concluir el cómputo y recuento de votos de la elección: “por más que se quiera polarizar la conversación pública y descalificar a quienes piensan diferente, el pluralismo ya está enraizado en nuestra sociedad y expresa la diversidad política que nos caracteriza”. NOS ESCUCHAMOS DIARIAMENTE de 13 a 14 horas, en ABC Radio 1280 de AM.