/ domingo 18 de marzo de 2018

El Estado de derecho

La semana pasada hablábamos de la importancia de la fortaleza institucional para el desarrollo de cualquier sociedad. Comentábamos qué instituciones fuertes eran el medio para que las personas tuvieran la garantía de que la retribución del Estado, a la aceptación de normas sociales, se vería reflejada en bienestar y medios para llevar a cabo las actividades que les permiten vivir. Sin embargo, hablar solo de fortaleza institucional sería dejar de lado el elemento que debe garantizar a la misma; hablamos de lo que se conoce como Estado de Derecho y que, en términos llanos, hace referencia al ejercicio de Gobierno que debe proteger en la vida cotidiana, es decir no solo en letra, los derechos fundamentales de sus gobernados: vida, propiedad y libertad, y castigue a todos los que atenten contra ellos. Podríamos tener muchos ejemplos de por qué, el Estado de derecho debe ser materia de preocupación para los gobernantes si quieren mantenerse dentro del control político de la sociedad, no obstante, baste decir que la impunidad quizá sea una palabra que englobe a todos ellos. El modelo de orden que hemos utilizado en este país hace años se observa agotado y hemos hecho un esfuerzo para renovarlo, recordemos las recientes reformas al sistema de justicia, sin embargo, en el proceso parece que no todos estamos del mismo lado. Es claro que los tres niveles de gobierno aceptaron los cambios, pero, la implementación de los mismos aún no es una realidad en todas las entidades del país y mucho menos, en los municipios que las conforman. Estas diferencias desafortunadamente se reflejan en una falta de impartición de justicia en este nivel que como ya se ha mencionado, es el que más duele y es el más olvidado a la vez que, es el que tiene que ver con el ciudadano común; es triste observar que en muchos de los casos, de pequeños delitos se pasa a grandes tragedias porque, no se castigó en su momento algo considerado como un hecho menor. Hoy ante los cambios sociales que atestiguamos por la revolución tecnológica es una obligación de todo Gobierno hacer valer el Estado de Derecho si se quiere mantener el contrato social que nos erige como sociedad. Por esto, considero que hoy más que nunca es necesario que se impulse un seguimiento a los cambios propuestos por las recientes reformas en materia penal y que, se observe por qué la impunidad sigue siendo el derrotero de la justicia en México ya que, lo ideal sería evitar los delitos no tratar de solucionarlos. Esto hace referencia a los lamentables hechos que vivimos esta semana con el asesinato del candidato de nuestro partido, PRI, a la alcaldía de Francisco Z. Mena, Gustavo Martín Gómez Álvarez, en la Sierra Norte del Estado de Puebla. Sabemos que esta parte del Estado desde hace un tiempo presenta situaciones que muestran un alza en la incidencia delictiva; desapariciones, asaltos, asesinatos, etc., por lo que es necesario considerar si esta región es un foco rojo que ya se manifestó en los asuntos políticos. Lamentamos mucho este hecho y esperamos que las autoridades del Estado puedan solucionar este caso que ha lastimado a todos los poblanos. Vaya un reconocimiento desde aquí al trabajo político de nuestro compañero y esperamos que la impunidad no ronde en esta región y se haga justicia, dando así consuelo a la familia del mismo. Puebla necesita paz y tranquilidad para legitimar el proceso que se avecina, trabajemos para lograrlas.

La semana pasada hablábamos de la importancia de la fortaleza institucional para el desarrollo de cualquier sociedad. Comentábamos qué instituciones fuertes eran el medio para que las personas tuvieran la garantía de que la retribución del Estado, a la aceptación de normas sociales, se vería reflejada en bienestar y medios para llevar a cabo las actividades que les permiten vivir. Sin embargo, hablar solo de fortaleza institucional sería dejar de lado el elemento que debe garantizar a la misma; hablamos de lo que se conoce como Estado de Derecho y que, en términos llanos, hace referencia al ejercicio de Gobierno que debe proteger en la vida cotidiana, es decir no solo en letra, los derechos fundamentales de sus gobernados: vida, propiedad y libertad, y castigue a todos los que atenten contra ellos. Podríamos tener muchos ejemplos de por qué, el Estado de derecho debe ser materia de preocupación para los gobernantes si quieren mantenerse dentro del control político de la sociedad, no obstante, baste decir que la impunidad quizá sea una palabra que englobe a todos ellos. El modelo de orden que hemos utilizado en este país hace años se observa agotado y hemos hecho un esfuerzo para renovarlo, recordemos las recientes reformas al sistema de justicia, sin embargo, en el proceso parece que no todos estamos del mismo lado. Es claro que los tres niveles de gobierno aceptaron los cambios, pero, la implementación de los mismos aún no es una realidad en todas las entidades del país y mucho menos, en los municipios que las conforman. Estas diferencias desafortunadamente se reflejan en una falta de impartición de justicia en este nivel que como ya se ha mencionado, es el que más duele y es el más olvidado a la vez que, es el que tiene que ver con el ciudadano común; es triste observar que en muchos de los casos, de pequeños delitos se pasa a grandes tragedias porque, no se castigó en su momento algo considerado como un hecho menor. Hoy ante los cambios sociales que atestiguamos por la revolución tecnológica es una obligación de todo Gobierno hacer valer el Estado de Derecho si se quiere mantener el contrato social que nos erige como sociedad. Por esto, considero que hoy más que nunca es necesario que se impulse un seguimiento a los cambios propuestos por las recientes reformas en materia penal y que, se observe por qué la impunidad sigue siendo el derrotero de la justicia en México ya que, lo ideal sería evitar los delitos no tratar de solucionarlos. Esto hace referencia a los lamentables hechos que vivimos esta semana con el asesinato del candidato de nuestro partido, PRI, a la alcaldía de Francisco Z. Mena, Gustavo Martín Gómez Álvarez, en la Sierra Norte del Estado de Puebla. Sabemos que esta parte del Estado desde hace un tiempo presenta situaciones que muestran un alza en la incidencia delictiva; desapariciones, asaltos, asesinatos, etc., por lo que es necesario considerar si esta región es un foco rojo que ya se manifestó en los asuntos políticos. Lamentamos mucho este hecho y esperamos que las autoridades del Estado puedan solucionar este caso que ha lastimado a todos los poblanos. Vaya un reconocimiento desde aquí al trabajo político de nuestro compañero y esperamos que la impunidad no ronde en esta región y se haga justicia, dando así consuelo a la familia del mismo. Puebla necesita paz y tranquilidad para legitimar el proceso que se avecina, trabajemos para lograrlas.