/ lunes 1 de julio de 2019

El gobierno federal tiene en la quiebra técnica a decenas de constructoras

La industria de la construcción en el estado atraviesa por una severa crisis, un tanto porque el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento no arrancan sus programas de obra pública en toda forma, y porque el gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador, no los oye, no los escucha, no los atiende, no les paga los adeudos que tiene con decenas de contratistas poblanos que apostaron por Puebla, que invirtieron parte de sus capitales en el salvamento y reconstrucción de decenas de templos que se colapsaron con el gran sismo de septiembre de 2017.

Se van a cumplir dos años del sismo, y Rodrigo Abdala Dartiguez, el súper delegado en Puebla del gobierno federal, no se da tiempo, no se da abasto, no se las ingenia para atenderlos y resolverles un problema que para destrabarse requiere de la experiencia y preparación técnica de un director especial del Centro SCT que pueda estudiar, supervisar y evaluar a fondo el trabajo y la inversión que han realizado en la intervención y rescate de decenas de iglesias las constructoras poblanas.

De tal problema ya informamos esta semana al Gobernador Guillermo Pacheco Pulido, y el arzobispo Víctor Sánchez Espinoza conoce esta situación, está enterado del trabajo y el capital que se ha aplicado en la remodelación y reconstrucción de los templos que fueron semiderruidos en diversos municipios por el macrosismo de hace casi dos años, afirma el licenciado José Antonio Hernández Gonzales, Presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción en Puebla.

Afirma que muchas empresas medianas y pequeñas están al borde de la quiebra y algunas han quebrado por esta situación y porque la industria del ramo trabaja entre el 40 y 50% de su capacidad porque la obra pública se ha venido retrasando y escaseando, no así la inversión privada que sigue reactivando con la construcción de casas, fraccionamientos y centros comerciales; también el CAPCE este es el momento que no construye escuelas en el Estado.

Hay que observar que al gasto presupuestal previsto para este año está muy recortado, casi no lo está ejerciendo el gobierno federal. El Instituto Nacional de Contadores estima que al menos tiene en subejercicio 100 mil millones de pesos. Por eso no hay obra pública en ejecución del gobierno federal en Puebla, sólo 26 obras que se iniciaron en la administración interina de Guillermo Pacheco Pulido, pero que no serán concluidas por la brevedad de su periodo de 6 meses, aunque se sabe que serán continuadas y concluidas por el gobernador electo, Miguel Barbosa Huerta..

Sucede que a más de 6 meses de iniciado el gobierno federal, y a casi un año de que fue nombrado el súper Delegado en Puebla, Rodrigo Abdala no ha podido o no ha querido designar a un director o representante en el área de SCT, tal como se acostumbraba en gobiernos federales anteriores que, mediante delegados estatales en cada dependencia, destrababan, resolvían y daban curso a la problemática federal en Puebla.

Esa es una de las consecuencias negativas de la política del tabasqueño de desaparecer todas las delegaciones estatales y encargarle, cargarle a un solo hombre toda la responsabilidad. Entonces quién entiende y atiende los asuntos y problemas de la federación. Y Rodrigo Abdala permanece oculto, escondido, apartado de toda de toda esta conflictiva y sin ninguna comunicación hacia la sociedad y los medios de información. No ha informado, no informa lo que la hecho y lo que está haciendo en las delegaciones estatales como debiera hacerlo como parte de sus responsabilidades.

Ocurre también que la recaudación fiscal se le ha caído en el primer trimestre del año al gobierno lopezobradorista en 69 mil millones de pesos de acuerdo a sus estimaciones previstas, una baja atribuible a que los ingresos petroleros reales fueron de 86 mil millones menores a los programados, aun cuando los ingresos no petroleros recaudados fueron 17 mil millones superiores a los previstos.

Tal disminución de ingresos llevó a su vez a contraer el gasto programado en -87 mil millones más para seguir jugando y apostando a la austeridad en el ejercicio del gasto público y así alcanzar su meta de finanzas sanas y un superávit primario en el ejercicio fiscal, y no seguirle dando armas a las persecutorias y sádicas calificadoras trasnacionales para que le sigan bajando las calificaciones crediticias al gobierno.

Sin embargo ésta semiparálisis, este subejercicio en el gasto público tiene frenada la economía y a miles de empresas de todo el país, incluyendo las poblanas, les preocupa que no haya obra pública ni derrama económica. Aunque se anuncia que para julio empezará a liberarse el presupuesto, el gobierno lopezobradorista ha sembrado la desconfianza, el descontento y la incertidumbre y ha hecho grave y complejo el primer año de su gobierno.

Urge que la contracción, el subejercicio y la zozobra en el gasto y la inversión del sector público ya toquen piso, y que para julio despegue la reactivación de la economía pues un gran número de empresas están ya despidiendo personal. Y Rodrigo Abdala debe darle la cara a los empresarios poblanos y a los medios de comunicación.

La industria de la construcción en el estado atraviesa por una severa crisis, un tanto porque el Gobierno del Estado y el Ayuntamiento no arrancan sus programas de obra pública en toda forma, y porque el gobierno federal de Andrés Manuel López Obrador, no los oye, no los escucha, no los atiende, no les paga los adeudos que tiene con decenas de contratistas poblanos que apostaron por Puebla, que invirtieron parte de sus capitales en el salvamento y reconstrucción de decenas de templos que se colapsaron con el gran sismo de septiembre de 2017.

Se van a cumplir dos años del sismo, y Rodrigo Abdala Dartiguez, el súper delegado en Puebla del gobierno federal, no se da tiempo, no se da abasto, no se las ingenia para atenderlos y resolverles un problema que para destrabarse requiere de la experiencia y preparación técnica de un director especial del Centro SCT que pueda estudiar, supervisar y evaluar a fondo el trabajo y la inversión que han realizado en la intervención y rescate de decenas de iglesias las constructoras poblanas.

De tal problema ya informamos esta semana al Gobernador Guillermo Pacheco Pulido, y el arzobispo Víctor Sánchez Espinoza conoce esta situación, está enterado del trabajo y el capital que se ha aplicado en la remodelación y reconstrucción de los templos que fueron semiderruidos en diversos municipios por el macrosismo de hace casi dos años, afirma el licenciado José Antonio Hernández Gonzales, Presidente de la Cámara de la Industria de la Construcción en Puebla.

Afirma que muchas empresas medianas y pequeñas están al borde de la quiebra y algunas han quebrado por esta situación y porque la industria del ramo trabaja entre el 40 y 50% de su capacidad porque la obra pública se ha venido retrasando y escaseando, no así la inversión privada que sigue reactivando con la construcción de casas, fraccionamientos y centros comerciales; también el CAPCE este es el momento que no construye escuelas en el Estado.

Hay que observar que al gasto presupuestal previsto para este año está muy recortado, casi no lo está ejerciendo el gobierno federal. El Instituto Nacional de Contadores estima que al menos tiene en subejercicio 100 mil millones de pesos. Por eso no hay obra pública en ejecución del gobierno federal en Puebla, sólo 26 obras que se iniciaron en la administración interina de Guillermo Pacheco Pulido, pero que no serán concluidas por la brevedad de su periodo de 6 meses, aunque se sabe que serán continuadas y concluidas por el gobernador electo, Miguel Barbosa Huerta..

Sucede que a más de 6 meses de iniciado el gobierno federal, y a casi un año de que fue nombrado el súper Delegado en Puebla, Rodrigo Abdala no ha podido o no ha querido designar a un director o representante en el área de SCT, tal como se acostumbraba en gobiernos federales anteriores que, mediante delegados estatales en cada dependencia, destrababan, resolvían y daban curso a la problemática federal en Puebla.

Esa es una de las consecuencias negativas de la política del tabasqueño de desaparecer todas las delegaciones estatales y encargarle, cargarle a un solo hombre toda la responsabilidad. Entonces quién entiende y atiende los asuntos y problemas de la federación. Y Rodrigo Abdala permanece oculto, escondido, apartado de toda de toda esta conflictiva y sin ninguna comunicación hacia la sociedad y los medios de información. No ha informado, no informa lo que la hecho y lo que está haciendo en las delegaciones estatales como debiera hacerlo como parte de sus responsabilidades.

Ocurre también que la recaudación fiscal se le ha caído en el primer trimestre del año al gobierno lopezobradorista en 69 mil millones de pesos de acuerdo a sus estimaciones previstas, una baja atribuible a que los ingresos petroleros reales fueron de 86 mil millones menores a los programados, aun cuando los ingresos no petroleros recaudados fueron 17 mil millones superiores a los previstos.

Tal disminución de ingresos llevó a su vez a contraer el gasto programado en -87 mil millones más para seguir jugando y apostando a la austeridad en el ejercicio del gasto público y así alcanzar su meta de finanzas sanas y un superávit primario en el ejercicio fiscal, y no seguirle dando armas a las persecutorias y sádicas calificadoras trasnacionales para que le sigan bajando las calificaciones crediticias al gobierno.

Sin embargo ésta semiparálisis, este subejercicio en el gasto público tiene frenada la economía y a miles de empresas de todo el país, incluyendo las poblanas, les preocupa que no haya obra pública ni derrama económica. Aunque se anuncia que para julio empezará a liberarse el presupuesto, el gobierno lopezobradorista ha sembrado la desconfianza, el descontento y la incertidumbre y ha hecho grave y complejo el primer año de su gobierno.

Urge que la contracción, el subejercicio y la zozobra en el gasto y la inversión del sector público ya toquen piso, y que para julio despegue la reactivación de la economía pues un gran número de empresas están ya despidiendo personal. Y Rodrigo Abdala debe darle la cara a los empresarios poblanos y a los medios de comunicación.