/ sábado 23 de febrero de 2019

El linchamiento mediático está lleno de hipocresía

Recientemente el actor Sergio Goyri fue condenado totalmente por un comentario que salió en redes sociales, así como él, muchos personajes han sido duramente señalados por una audiencia ansiosa de desquitar sus frustraciones y problema. Muchos de los que hacen un juicio de reproche, despliegan conductas peores en comparación a lo que critican.


El tema de Yalitza Aparicio está llegando al tope, más que centrarnos en la profesora oaxaqueña, debemos estar atentos de las reacciones que provocó y darnos cuenta que el problema de la discriminación tiene fuertes raíces y millones de culpables.

Me gustaría tratar acerca de otro asunto, pero creo que es un deber manifestarme acerca de las opiniones tan poco fundadas acerca del hecho. Hace unos días hubo una especie de linchamiento mediático para el intérprete del “Cumbias” en Pedro Navajas, quien en una plática de café hizo un comentario que incluyó una ofensa, pero también algo cierto en alguna medida.

En primer lugar hay que evidenciar la manía que tienen muchas personas por estar diciendo el lugar a donde están en las redes sociales, situación que es de exclusiva incumbencia de quien lo hace. El problema es que se “coló” un comentario del actor, situación que desencadenó la condena pública.

Desde luego que el haber dicho “pinche india” es algo reprobable, pero esa expresión es usada por millones de personas, tanto mexicanos como extranjeros, para denostar a alguien por su origen étnico. Ahora bien, eso no quita que Yalitza no sepa actuar, eso no es ninguna ofensa, aunque muchos se indignen por ello.

Lo importante de esto es que se evidencia un fenómeno muy común en las redes y que data de hace siglos: el ataque colectivo. Hace muchísimo tiempo, una persona era apedreada hasta la muerte por haber infringido gravemente una norma. Pienso ahora en las supuestas brujas quemadas, los herejes, los enemigos de la revolución y tantas otras excusas que se toman como axiomas indiscutibles y que conducen a la violencia.

En ese entonces, la gente se reunía y desquitaba su furia en contra de alguien considerado como el enemigo público. Así como sucede ahora cuando muestran a alguien lastimando un perro o realizando un acto heterodoxo, inmediatamente se convierte en un objetivo de la recriminación pública, cuando en realidad sus atacantes pueden cometer acciones aún más graves.

Por ejemplo, muchos criticaron a Goyri, pero son muy pocos los que señalan la discriminación en cuanto al perfil que piden los publicistas o productores de cine o novela. También vimos la portada de la revista Hola, en la cual la oriunda de Tlaxiaco luce más blanca y delgada. Si se presume el origen mixteca de la actriz, no veo por qué se le tiene que cambiar la apariencia, sin embargo, esto es una constante en muchas mujeres, quienes abusan de los filtros con el fin de verse más caucásicas.

Jesús algún día dijo: quien esté libre de pecados que arroje la primera piedra, afirmación que es ad hoc para este caso, en el cual muchos denostan a quien solo replicó lo que piensan millones de personas, quienes a diario discriminan con sus acciones.

Creo que hay cosas mucho más importantes que un simple comentario de café, el cual obedece a elemental derecho de la libre expresión, así que las voces que piden un castigo ejemplar solo contribuyen a una simulación de procesos, ya que millones de personas son discriminadas a diario en nuestro país, casi tantas como las que tienen doble moral, censurando y fomentando el racismo al mismo tiempo, para muestra, tenemos la enorme cantidad de fotos retocadas, en donde las personas quieren ser más esbeltas y de piel clara, aludiendo a un prototipo de belleza que dista mucho de ser el originario de nuestro país, al menos en un aspecto general. Hasta la próxima.


Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Recientemente el actor Sergio Goyri fue condenado totalmente por un comentario que salió en redes sociales, así como él, muchos personajes han sido duramente señalados por una audiencia ansiosa de desquitar sus frustraciones y problema. Muchos de los que hacen un juicio de reproche, despliegan conductas peores en comparación a lo que critican.


El tema de Yalitza Aparicio está llegando al tope, más que centrarnos en la profesora oaxaqueña, debemos estar atentos de las reacciones que provocó y darnos cuenta que el problema de la discriminación tiene fuertes raíces y millones de culpables.

Me gustaría tratar acerca de otro asunto, pero creo que es un deber manifestarme acerca de las opiniones tan poco fundadas acerca del hecho. Hace unos días hubo una especie de linchamiento mediático para el intérprete del “Cumbias” en Pedro Navajas, quien en una plática de café hizo un comentario que incluyó una ofensa, pero también algo cierto en alguna medida.

En primer lugar hay que evidenciar la manía que tienen muchas personas por estar diciendo el lugar a donde están en las redes sociales, situación que es de exclusiva incumbencia de quien lo hace. El problema es que se “coló” un comentario del actor, situación que desencadenó la condena pública.

Desde luego que el haber dicho “pinche india” es algo reprobable, pero esa expresión es usada por millones de personas, tanto mexicanos como extranjeros, para denostar a alguien por su origen étnico. Ahora bien, eso no quita que Yalitza no sepa actuar, eso no es ninguna ofensa, aunque muchos se indignen por ello.

Lo importante de esto es que se evidencia un fenómeno muy común en las redes y que data de hace siglos: el ataque colectivo. Hace muchísimo tiempo, una persona era apedreada hasta la muerte por haber infringido gravemente una norma. Pienso ahora en las supuestas brujas quemadas, los herejes, los enemigos de la revolución y tantas otras excusas que se toman como axiomas indiscutibles y que conducen a la violencia.

En ese entonces, la gente se reunía y desquitaba su furia en contra de alguien considerado como el enemigo público. Así como sucede ahora cuando muestran a alguien lastimando un perro o realizando un acto heterodoxo, inmediatamente se convierte en un objetivo de la recriminación pública, cuando en realidad sus atacantes pueden cometer acciones aún más graves.

Por ejemplo, muchos criticaron a Goyri, pero son muy pocos los que señalan la discriminación en cuanto al perfil que piden los publicistas o productores de cine o novela. También vimos la portada de la revista Hola, en la cual la oriunda de Tlaxiaco luce más blanca y delgada. Si se presume el origen mixteca de la actriz, no veo por qué se le tiene que cambiar la apariencia, sin embargo, esto es una constante en muchas mujeres, quienes abusan de los filtros con el fin de verse más caucásicas.

Jesús algún día dijo: quien esté libre de pecados que arroje la primera piedra, afirmación que es ad hoc para este caso, en el cual muchos denostan a quien solo replicó lo que piensan millones de personas, quienes a diario discriminan con sus acciones.

Creo que hay cosas mucho más importantes que un simple comentario de café, el cual obedece a elemental derecho de la libre expresión, así que las voces que piden un castigo ejemplar solo contribuyen a una simulación de procesos, ya que millones de personas son discriminadas a diario en nuestro país, casi tantas como las que tienen doble moral, censurando y fomentando el racismo al mismo tiempo, para muestra, tenemos la enorme cantidad de fotos retocadas, en donde las personas quieren ser más esbeltas y de piel clara, aludiendo a un prototipo de belleza que dista mucho de ser el originario de nuestro país, al menos en un aspecto general. Hasta la próxima.


Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.