/ miércoles 29 de septiembre de 2021

El país del revés: delincuentes en la calle, científicos a la cárcel

La comunidad científica del país se encuentra de pie, levantando la voz, reclamando sus derechos y no es para menos, ante las acusaciones imputadas a un grupo de 31 científicos mexicanos, a quienes se les acusa del desvío de recursos y delincuencia organizada. Incluso, se ha pedido prisión preventiva y su sentencia podría llegar a más de 80 años.

Algo inaudito, y no porque se crea que son inocentes o culpables, por el contrario, siempre se ha estado a favor de la transparencia y la rendición de cuentas, y se ha dicho con toda claridad, si alguien es culpable que pague por sus delitos, pero en este caso, es sorprendente la persecución contra los científicos cuando los delincuentes reales están en las calles, sin prisa ni preocupaciones.

En una misiva del Colegio de Directoras y Directores de Facultades y Escuelas de la UNAM, la comunidad científica reiteró su respaldo a los científicos acusado, lo cual es “un despropósito inconcebible acusar de asociación delictuosa a los académicos y funcionarios involucrados”, por lo que dijeron que confían en la correcta aplicación de las leyes, la impartición de justicia y el respeto a los derechos fundamentales de los académicos señalados.

Si hay alguien que ha sido crítico al gobierno federal actual ha sido la comunidad científica, quienes externaron su inconformidad ante la falta de apoyos para proyectos, estudios e investigaciones, pues a criterio del Presidente López Obrador, los miembros de la comunidad científica tenían demasiada influencia sobre los gobiernos anteriores para obtener dinero, usado en lujos y viajes al extranjero.

El Presidente ha señalado una y otra vez que su administración combate a la corrupción, pero ¿Este combate es parejo o selectivo? ¿Aplica para todos o solo a los incómodos? Porque en tres años solo hemos visto que se persigue a quienes no coinciden con él y a quienes sí, hasta salen premiados. La congruencia no es su mayor cualidad.

Y es que de acuerdo a la Plataforma Nacional de Transparencia del INAI, en 2019 el Conacyt otorgó más de 820 mil pesos a la hija de Claudia Sheinbaum por concepto de Subsidios para Capacitación y Becas, algo que definitivamente no tendría nada de malo, sino fuera porque Consejo canceló de manera arbitraria la beca de muchos jóvenes que se encontraban en el extranjero y casualmente la de ella no.

Palabras más, palabras menos, esta es una prueba más de que México es un país al revés en donde a la delincuencia organizada se le brindan abrazos y a los científicos se les da cárcel.

Diputada federal y presidenta estatal del PAN.


La comunidad científica del país se encuentra de pie, levantando la voz, reclamando sus derechos y no es para menos, ante las acusaciones imputadas a un grupo de 31 científicos mexicanos, a quienes se les acusa del desvío de recursos y delincuencia organizada. Incluso, se ha pedido prisión preventiva y su sentencia podría llegar a más de 80 años.

Algo inaudito, y no porque se crea que son inocentes o culpables, por el contrario, siempre se ha estado a favor de la transparencia y la rendición de cuentas, y se ha dicho con toda claridad, si alguien es culpable que pague por sus delitos, pero en este caso, es sorprendente la persecución contra los científicos cuando los delincuentes reales están en las calles, sin prisa ni preocupaciones.

En una misiva del Colegio de Directoras y Directores de Facultades y Escuelas de la UNAM, la comunidad científica reiteró su respaldo a los científicos acusado, lo cual es “un despropósito inconcebible acusar de asociación delictuosa a los académicos y funcionarios involucrados”, por lo que dijeron que confían en la correcta aplicación de las leyes, la impartición de justicia y el respeto a los derechos fundamentales de los académicos señalados.

Si hay alguien que ha sido crítico al gobierno federal actual ha sido la comunidad científica, quienes externaron su inconformidad ante la falta de apoyos para proyectos, estudios e investigaciones, pues a criterio del Presidente López Obrador, los miembros de la comunidad científica tenían demasiada influencia sobre los gobiernos anteriores para obtener dinero, usado en lujos y viajes al extranjero.

El Presidente ha señalado una y otra vez que su administración combate a la corrupción, pero ¿Este combate es parejo o selectivo? ¿Aplica para todos o solo a los incómodos? Porque en tres años solo hemos visto que se persigue a quienes no coinciden con él y a quienes sí, hasta salen premiados. La congruencia no es su mayor cualidad.

Y es que de acuerdo a la Plataforma Nacional de Transparencia del INAI, en 2019 el Conacyt otorgó más de 820 mil pesos a la hija de Claudia Sheinbaum por concepto de Subsidios para Capacitación y Becas, algo que definitivamente no tendría nada de malo, sino fuera porque Consejo canceló de manera arbitraria la beca de muchos jóvenes que se encontraban en el extranjero y casualmente la de ella no.

Palabras más, palabras menos, esta es una prueba más de que México es un país al revés en donde a la delincuencia organizada se le brindan abrazos y a los científicos se les da cárcel.

Diputada federal y presidenta estatal del PAN.