/ viernes 22 de mayo de 2020

El panorama de México ante la pérdida de empleos

A través del tiempo, las condiciones laborales en México, no han tenido una mejora y, por el contrario continúan siendo precarias, situación que incluso en el mediano plazo será difícil que mejoren, debido al panorama económico que transitaremos a nivel mundial.

En la segunda mitad del trimestre del 2020, se escucha la preocupación ciudadana, de poder tener una mejora notable en su economía personal y familiar, sin embargo, el incremento en la inseguridad y la violencia; ahora ante la pandemia, afectara proyectos futuros en la mayoría de mexicanos.

Y lamentablemente una gran cantidad de trabajadores se verán afectados, debido a que los empleos que se perderán, no van a recuperarse de manera automática cuando se reabra la economía; la pérdida de empleos formales, debilitará inevitablemente el consumo de las familias mexicanas.

Al respecto es pertinente señalar que “La Organización Internacional del Trabajo advirtió, que casi la mitad de la población activa mundial, unos 1600 millones de trabajadores que laboran en el sector informal, están en riesgo de perder sus medios de subsistencia debido al constante descenso del número de horas trabajadas a causa del brote del COVID-19”

En nuestro país el Banco de México estima que “para finales de mayo se habrán perdido 1 millón 423 mil 333.33 empleos formales, lo que tendría un impacto de menos dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial del Trabajo”.

Lamentablemente la actitud del gobierno federal, no representa la realidad de ver que México es la 15ª economía del mundo, pues parece ser omiso; para instrumentar medidas anti cíclicas de cara a la realidad por la que atravesamos; de apoyar a familias que no tienen la más mínima posibilidad de enfrentar una contingencia, así como crear estímulos fiscales y programas que permitan sobrevivir a las empresas pequeñas medianas y grandes; pues todas en mayor o menor medida, resentirán esta lamentable crisis.

“En nuestro país, 67% de la fuerza laboral se concentra en una población económicamente activa de entre 20 y 49 años, y se ha registrado que 56% de trabajadores de 30 a 64 años no ganan lo suficiente como para comprar dos canastas básicas.

En México preexisten condiciones laborales precarias que se agravarán por la situación económica. Según datos del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, se requieren casi 720,840 millones de pesos, es decir, 3.5% del Producto Interno Bruto, para detener la caída de empleos y la disminución de ingresos”.

Y dadas las condiciones actuales, los jóvenes, son los más afectados ante la pérdida de empleos, debido a que ante sus competencias adquiridas que podrían aplicarlas fundamentalmente para elevar la productividad, verán truncadas esas posibilidades, al no poder incorporarse al mercado laboral.

Pero sin duda, la crisis económica provocada por el Covid-19 afectará de manera significativa a un importante número de personas que trabajan en el sector informal, los cuales verán disminuidos de manera significativa sus ingresos.

El director general de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, considera que la evolución en paralelo de la pandemia y la crisis de empleo provoca que sea más urgente la necesidad de proteger a las capas de población más vulnerables.

Finalmente, el confinamiento ha sido necesario para evitar la expansión del contagio, pero la ausencia de ingresos colapsa la situación de las personas que carecen de ahorros para subsistir, así como también de las empresas que no cuentan con flujo de efectivo o por la falta de acceso a créditos; en ambos casos se requiere del apoyo decidido del gobierno para su rescate.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com

A través del tiempo, las condiciones laborales en México, no han tenido una mejora y, por el contrario continúan siendo precarias, situación que incluso en el mediano plazo será difícil que mejoren, debido al panorama económico que transitaremos a nivel mundial.

En la segunda mitad del trimestre del 2020, se escucha la preocupación ciudadana, de poder tener una mejora notable en su economía personal y familiar, sin embargo, el incremento en la inseguridad y la violencia; ahora ante la pandemia, afectara proyectos futuros en la mayoría de mexicanos.

Y lamentablemente una gran cantidad de trabajadores se verán afectados, debido a que los empleos que se perderán, no van a recuperarse de manera automática cuando se reabra la economía; la pérdida de empleos formales, debilitará inevitablemente el consumo de las familias mexicanas.

Al respecto es pertinente señalar que “La Organización Internacional del Trabajo advirtió, que casi la mitad de la población activa mundial, unos 1600 millones de trabajadores que laboran en el sector informal, están en riesgo de perder sus medios de subsistencia debido al constante descenso del número de horas trabajadas a causa del brote del COVID-19”

En nuestro país el Banco de México estima que “para finales de mayo se habrán perdido 1 millón 423 mil 333.33 empleos formales, lo que tendría un impacto de menos dos por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con estimaciones de la Organización Mundial del Trabajo”.

Lamentablemente la actitud del gobierno federal, no representa la realidad de ver que México es la 15ª economía del mundo, pues parece ser omiso; para instrumentar medidas anti cíclicas de cara a la realidad por la que atravesamos; de apoyar a familias que no tienen la más mínima posibilidad de enfrentar una contingencia, así como crear estímulos fiscales y programas que permitan sobrevivir a las empresas pequeñas medianas y grandes; pues todas en mayor o menor medida, resentirán esta lamentable crisis.

“En nuestro país, 67% de la fuerza laboral se concentra en una población económicamente activa de entre 20 y 49 años, y se ha registrado que 56% de trabajadores de 30 a 64 años no ganan lo suficiente como para comprar dos canastas básicas.

En México preexisten condiciones laborales precarias que se agravarán por la situación económica. Según datos del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, se requieren casi 720,840 millones de pesos, es decir, 3.5% del Producto Interno Bruto, para detener la caída de empleos y la disminución de ingresos”.

Y dadas las condiciones actuales, los jóvenes, son los más afectados ante la pérdida de empleos, debido a que ante sus competencias adquiridas que podrían aplicarlas fundamentalmente para elevar la productividad, verán truncadas esas posibilidades, al no poder incorporarse al mercado laboral.

Pero sin duda, la crisis económica provocada por el Covid-19 afectará de manera significativa a un importante número de personas que trabajan en el sector informal, los cuales verán disminuidos de manera significativa sus ingresos.

El director general de la Organización Internacional del Trabajo, Guy Ryder, considera que la evolución en paralelo de la pandemia y la crisis de empleo provoca que sea más urgente la necesidad de proteger a las capas de población más vulnerables.

Finalmente, el confinamiento ha sido necesario para evitar la expansión del contagio, pero la ausencia de ingresos colapsa la situación de las personas que carecen de ahorros para subsistir, así como también de las empresas que no cuentan con flujo de efectivo o por la falta de acceso a créditos; en ambos casos se requiere del apoyo decidido del gobierno para su rescate.

Sus comentarios jrobertofl@hotmail.com