/ martes 2 de marzo de 2021

El peligro de la Semana Santa

La estridencia de una banda de música retumba a lo lejos, mientras los automovilistas que toman la Federal Atlixco salen de ese municipio con dirección a Puebla van a vuelta de rueda.

Lo que supone ser el tráfico por un accidente carretero, poco a poco se desvela en un congestionamiento vehicular debido a que decenas de automovilistas buscan un espacio para estacionarse en los diferentes restaurantes y fondas que se encuentran a pie de carretera.

los llamados viene, viene, algunos de ellos sin cubrebocas, no se dan abasto acomodando los autos que saturan los lados de la vialidad.

Aquí los días solidarios, esos que suponen que los negocios, incluidos restaurantes, no abran los días domingos y lunes, como una medida para contener los contagios por la nueva cepa del coronavirus, parecen no existir.

Tampoco eso del 30 por ciento de capacidad máxima de los restaurantes como otra medida en medio de la contingencia.

Los visitantes provienen en su gran mayoría de la ciudad de Puebla, donde los contagios, según las autoridades, se mantienen en alerta roja con tendencia ascendente y corresponden al 63 por ciento del total del estado.

La estampa corresponde a este domingo 28 de febrero por ahí de las 16:00 horas sin que autoridad alguna impidiera las actividades.

Esto es muestra del relajamiento social y la causa puede ir desde el hartazgo por el encierro, el suponer que el inicio de la vacunación tiene cerca el fin de la pandemia o el clásico valemadrismo del que nos jactamos como mexicanos ante cualquier eventualidad.

Sea lo que sea, el peligro de contagio es el mismo y frente a un nuevo periodo vacacional en puerta el riesgo de que los poblanos bajen más la guardia está más que latente.

La experiencia reciente, sobre los días feriados, no nos permiten ser muy optimistas; desde los días de muertos, el llamado Buen Fin y las fiestas de fin de año no hemos escuchado cifras distintas al incremento de fallecidos y contagiados en una segunda curva durante la pandemia.

Hoy en día, las cifras hablan de que nos encontramos en una tendencia estable pero alta, lo que implicaría que si nos descontrolamos en las próximas semanas alcanzaremos una nueva cresta para mediados o finales de abril.

Este nuevo reto, para controlarnos como sociedad se enmarcará del 29 de marzo al 9 de abril y aunque, en teoría, se debería de utilizar para fines de reflexión entre los creyentes del catolicismo, la realidad es que es buen pretexto para disfrutes vacacionales.

Si la esperanza está en que ya comenzaron a ser aplicadas las vacunas, basta con recordar el desorden con el que la federación se ha conducido apenas para la aplicación de 89, mil 929 poblanos, entre adultos mayores y personal médico. es decir, apenas el 1.3 por ciento de los habitantes del estado.

Y las expectativas de que mejore el flujo de distribución no son las mejores que digamos para el caso mexicano.

Así que estamos en tiempo de pensar qué es mejor si vacacionar o rezar.

Y hasta la próxima.

La estridencia de una banda de música retumba a lo lejos, mientras los automovilistas que toman la Federal Atlixco salen de ese municipio con dirección a Puebla van a vuelta de rueda.

Lo que supone ser el tráfico por un accidente carretero, poco a poco se desvela en un congestionamiento vehicular debido a que decenas de automovilistas buscan un espacio para estacionarse en los diferentes restaurantes y fondas que se encuentran a pie de carretera.

los llamados viene, viene, algunos de ellos sin cubrebocas, no se dan abasto acomodando los autos que saturan los lados de la vialidad.

Aquí los días solidarios, esos que suponen que los negocios, incluidos restaurantes, no abran los días domingos y lunes, como una medida para contener los contagios por la nueva cepa del coronavirus, parecen no existir.

Tampoco eso del 30 por ciento de capacidad máxima de los restaurantes como otra medida en medio de la contingencia.

Los visitantes provienen en su gran mayoría de la ciudad de Puebla, donde los contagios, según las autoridades, se mantienen en alerta roja con tendencia ascendente y corresponden al 63 por ciento del total del estado.

La estampa corresponde a este domingo 28 de febrero por ahí de las 16:00 horas sin que autoridad alguna impidiera las actividades.

Esto es muestra del relajamiento social y la causa puede ir desde el hartazgo por el encierro, el suponer que el inicio de la vacunación tiene cerca el fin de la pandemia o el clásico valemadrismo del que nos jactamos como mexicanos ante cualquier eventualidad.

Sea lo que sea, el peligro de contagio es el mismo y frente a un nuevo periodo vacacional en puerta el riesgo de que los poblanos bajen más la guardia está más que latente.

La experiencia reciente, sobre los días feriados, no nos permiten ser muy optimistas; desde los días de muertos, el llamado Buen Fin y las fiestas de fin de año no hemos escuchado cifras distintas al incremento de fallecidos y contagiados en una segunda curva durante la pandemia.

Hoy en día, las cifras hablan de que nos encontramos en una tendencia estable pero alta, lo que implicaría que si nos descontrolamos en las próximas semanas alcanzaremos una nueva cresta para mediados o finales de abril.

Este nuevo reto, para controlarnos como sociedad se enmarcará del 29 de marzo al 9 de abril y aunque, en teoría, se debería de utilizar para fines de reflexión entre los creyentes del catolicismo, la realidad es que es buen pretexto para disfrutes vacacionales.

Si la esperanza está en que ya comenzaron a ser aplicadas las vacunas, basta con recordar el desorden con el que la federación se ha conducido apenas para la aplicación de 89, mil 929 poblanos, entre adultos mayores y personal médico. es decir, apenas el 1.3 por ciento de los habitantes del estado.

Y las expectativas de que mejore el flujo de distribución no son las mejores que digamos para el caso mexicano.

Así que estamos en tiempo de pensar qué es mejor si vacacionar o rezar.

Y hasta la próxima.