/ sábado 18 de mayo de 2019

El petróleo, tan obsoleto como necesario

En los últimos días hemos sido testigos de un grado de contaminación que no habíamos visto nunca, al igual que nuestra Angelópolis, la Ciudad de México se ha visto envuelta en una nube de smog que solo es sobrepasada por Pekín en todo el mundo, situación que nos pone a pensar acerca de una substancia que provoca mucho daño al medio ambiente por sus diversos usos: el petróleo.


Si no fuera suficiente con los problemas que todos tenemos, ahora nos encontramos con uno que afecta lo más importante que puede tener un hombre: la salud. Es entonces que debemos poner en tela de juicio un tema sumamente discutido, pero al que no se le da solución efectiva, no porque no sea posible, sino simplemente porque quizá a muchos no les conviene.

La combustión interna revolucionó la industria y el transporte hace ya más de una centuria. El siglo XX no es entendible sin los motores a gasolina, diésel, turbosina y toda la serie de productos que se derivan de llamado oro negro.

No es un secreto que los procesos mencionados ya han sido superados tecnológicamente desde hace décadas, la gran pregunta es por qué no han hecho modificaciones substanciales en cuanto a los medios de transporte y los demás usos.

Empezaré con un ejemplo muy claro y actual: Los conflictos de Venezuela despiertan la atención de las grandes potencias, pero hay países que se encuentran en una situación más crítica y no reciben la misma atención.

El uso de los hidrocarburos va más allá de algo meramente tecnológico, su uso trasciende a la economía, a la política y hasta la guerra.

Por un momento pensemos qué sería de los países productores y refinadores de petróleo si se quedaran sin el producto fósil. Seguramente habría colapso que afectaría no solo a las finanzas, sino a la paz social de esos países, incluido el nuestro.

Pemex, aun con todos sus defectos y deudas, debe seguir operando y siendo parte del activo nacional. Lamentablemente la corrupción y los malos manejos han destruido a la quinta petrolera del mundo, eso es inverosímil, tanto como la ambición absoluta de líderes sindicales los directores generales de la paraestatal.

Pienso ahora en las autopistas alemanas, construidas después de la Primera Guerra Mundial, y el Golden Gate estadounidense, ambas obras fueron construidas prácticamente a mano y con el fin de dinamizar una economía que vivía sus horas más obscuras.

De igual manera la industria petrolera resulta fundamental para las finanzas globales, por lo que la inversión y desarrollo de las energías limpias, como los autos eléctricos es substancialmente más costosa que usar combustible fósil. El problema es que llegará un día en que ya no podamos respirar y solo así se cambiarán las cosas.

De poco sirve que ya existan autos híbridos o cero emisiones, cuando son pocos los que circulan por su altísimo costo, además de que vemos vehículos viejos que contaminan mucho sin que ninguna autoridad haga algo.

Si bien ya hay esfuerzos industriales y gubernamentales, será extraída hasta la última gota del hidrocarburo, por lo cual tendremos que esperar todavía varios años para ver calles sin smog y cielos despejados, como los que veían en la CDMX hace décadas o como los que veíamos los poblanos hace apenas unos meses.

Aunque ya pasó el día magisterial, felicito al mtro. Alfonso Barroeta Minutti, abogado destacado en los temas laborales y quien presentó exitosamente, conjuntamente con la firma Conjupro Legal Consulting, una opinión muy certera acerca de la reforma laboral. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

En los últimos días hemos sido testigos de un grado de contaminación que no habíamos visto nunca, al igual que nuestra Angelópolis, la Ciudad de México se ha visto envuelta en una nube de smog que solo es sobrepasada por Pekín en todo el mundo, situación que nos pone a pensar acerca de una substancia que provoca mucho daño al medio ambiente por sus diversos usos: el petróleo.


Si no fuera suficiente con los problemas que todos tenemos, ahora nos encontramos con uno que afecta lo más importante que puede tener un hombre: la salud. Es entonces que debemos poner en tela de juicio un tema sumamente discutido, pero al que no se le da solución efectiva, no porque no sea posible, sino simplemente porque quizá a muchos no les conviene.

La combustión interna revolucionó la industria y el transporte hace ya más de una centuria. El siglo XX no es entendible sin los motores a gasolina, diésel, turbosina y toda la serie de productos que se derivan de llamado oro negro.

No es un secreto que los procesos mencionados ya han sido superados tecnológicamente desde hace décadas, la gran pregunta es por qué no han hecho modificaciones substanciales en cuanto a los medios de transporte y los demás usos.

Empezaré con un ejemplo muy claro y actual: Los conflictos de Venezuela despiertan la atención de las grandes potencias, pero hay países que se encuentran en una situación más crítica y no reciben la misma atención.

El uso de los hidrocarburos va más allá de algo meramente tecnológico, su uso trasciende a la economía, a la política y hasta la guerra.

Por un momento pensemos qué sería de los países productores y refinadores de petróleo si se quedaran sin el producto fósil. Seguramente habría colapso que afectaría no solo a las finanzas, sino a la paz social de esos países, incluido el nuestro.

Pemex, aun con todos sus defectos y deudas, debe seguir operando y siendo parte del activo nacional. Lamentablemente la corrupción y los malos manejos han destruido a la quinta petrolera del mundo, eso es inverosímil, tanto como la ambición absoluta de líderes sindicales los directores generales de la paraestatal.

Pienso ahora en las autopistas alemanas, construidas después de la Primera Guerra Mundial, y el Golden Gate estadounidense, ambas obras fueron construidas prácticamente a mano y con el fin de dinamizar una economía que vivía sus horas más obscuras.

De igual manera la industria petrolera resulta fundamental para las finanzas globales, por lo que la inversión y desarrollo de las energías limpias, como los autos eléctricos es substancialmente más costosa que usar combustible fósil. El problema es que llegará un día en que ya no podamos respirar y solo así se cambiarán las cosas.

De poco sirve que ya existan autos híbridos o cero emisiones, cuando son pocos los que circulan por su altísimo costo, además de que vemos vehículos viejos que contaminan mucho sin que ninguna autoridad haga algo.

Si bien ya hay esfuerzos industriales y gubernamentales, será extraída hasta la última gota del hidrocarburo, por lo cual tendremos que esperar todavía varios años para ver calles sin smog y cielos despejados, como los que veían en la CDMX hace décadas o como los que veíamos los poblanos hace apenas unos meses.

Aunque ya pasó el día magisterial, felicito al mtro. Alfonso Barroeta Minutti, abogado destacado en los temas laborales y quien presentó exitosamente, conjuntamente con la firma Conjupro Legal Consulting, una opinión muy certera acerca de la reforma laboral. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.