/ viernes 7 de agosto de 2020

El poder no se comparte

El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una prioridad para lo que resta de este año y 2021.

Quiere y busca ganar y mantener la mayoría contundente en la Cámara de Diputados federal, lo que pase en los estados no es su prioridad por ahora, quizá algunas gubernaturas pero en el caso de las presidencias municipales y diputaciones locales, que también estarán en juego, es tema de los políticos de cada entidad.

Su trabajo proselitista es cotidiano, sus giras al interior del país no son una causalidad, para que su proyecto de la Cuarta Transformación prospere más allá de su sexenio, requiere tener a su favor al Poder Legislativo, otro escenario sería una catástrofe para sus aspiraciones de trascender y colocar su nombre en letras de oro en la historia de México.

Puebla no será un bombón para López Obrador, Morena y sus aliados.

Los cientos de miles de votos que obtuvo en las boletas en 2018 eran para él, no para los candidatos que fueron por otras posiciones en esa elección histórica y hoy el presidente no estará jugando personalmente.

El caso de Emilio Lozoya, ex director de Petróleos Mexicanos, se trasladó a petición de la Fiscalía General de la República para febrero de 2021, pidieron seis meses el último día de julio para integrar la carpeta de investigación, término que le concedió el juez.

Empezarán a unos días de que empiecen las campañas y en plena registro de candidatos a puestos de elección popular. Sus declaraciones, en especial contra panistas y priistas, serán un elemento a favor del presidente y sus candidatos a diputados federales. Un arma letal de propaganda política.

La actual oposición, ningún partido incluidos los panistas poblanos, puede decir que van en caballo de hacienda. Si las recientes encuestas muestran tendencias a su favor, hay que esperar los dardos envenenados que les lancen la federación y el gobierno estatal, que también prepara su arsenal.

Lo que tienen que hacer los dirigentes partidistas y de grupos al interior de Acción Nacional, Revolucionario Institucional, y de la Revolución Democrática es conseguir su cohesión y unidad internas, para después pensar en sumarse en coaliciones.

Fragmentados serán en 2021 más vulnerables ante ellos mismos, la sociedad y Morena y sus aliados, que quieren repetir en las presidencias municipales y la mayoría en el Congreso Local.

Los viejos estilos de las cuotas están rebasados, las campañas tradicionales no volverán más y menos en tiempos de Covid-19, los políticos sin capital social, sin recursos ni estructura electoral no tendrán nada que hacer para competir con posibilidades de éxito. Llámese como se llame y así tengan respaldos nacionales y aspiraciones legítimas.

Las del próximo año serán unas elecciones inéditas en el fondo y con un presidente de la República ávido de poder y deseos de pasar a la historia.

Para ninguno de los contendientes será sencillo ganar. Tendrán que conseguir su nominación al interior de su partido y si integran una coalición, ser representante de ésta.

Las elecciones se consiguen en las urnas y peleando voto por voto y casilla por casilla, que no le quede a nadie duda.

El poder se gana, no se comparte, y el siguiente objetivo de los políticos es mantenerlo.

A esa realidad se enfrentan, desde ahora, los aspirantes poblanos.

De las anécdotas que se cuentan

Corría el otoño de 2006, Rafael Moreno Valle era un flamante senador de la República y tenía clara su aspiración de ser gobernador de Puebla.

Aquella ocasión en una cena confió a dos amigos su ruta y el trabajo que iba a empezar visitando todo el estado y construyendo una red de compadres, él estaba dispuesto para todo el que lo quisiera como padrino de sus hijos.

Tenía una duda ¿quién lo postularía?

Quedaba claro se iba a afiliar a Acción Nacional, partido que lo nómino como candidato ciudadano al Senado.

En Puebla era claro que necesitaba al PAN, pero los panistas no estaban o estarían con él en su momento, faltaba algo más.

En ese momento tomó la decisión de trabajar políticamente con las dirigencias nacionales de otros partidos para integrar un frente amplio contra el PRI, pero sobre todo al gobernador Mario Marín.

Iba a buscarlos a todos, al PRD, PT, Convergencia y al Verde.

Necesitaba al PAN, pero solo no le servía.

Esa noche salió convencido de lo que necesitaba políticamente y a eso se dedicó todos los días siguientes, hasta rendir protesta como gobernador de la alternancia en febrero de 2011.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto

El presidente Andrés Manuel López Obrador tiene una prioridad para lo que resta de este año y 2021.

Quiere y busca ganar y mantener la mayoría contundente en la Cámara de Diputados federal, lo que pase en los estados no es su prioridad por ahora, quizá algunas gubernaturas pero en el caso de las presidencias municipales y diputaciones locales, que también estarán en juego, es tema de los políticos de cada entidad.

Su trabajo proselitista es cotidiano, sus giras al interior del país no son una causalidad, para que su proyecto de la Cuarta Transformación prospere más allá de su sexenio, requiere tener a su favor al Poder Legislativo, otro escenario sería una catástrofe para sus aspiraciones de trascender y colocar su nombre en letras de oro en la historia de México.

Puebla no será un bombón para López Obrador, Morena y sus aliados.

Los cientos de miles de votos que obtuvo en las boletas en 2018 eran para él, no para los candidatos que fueron por otras posiciones en esa elección histórica y hoy el presidente no estará jugando personalmente.

El caso de Emilio Lozoya, ex director de Petróleos Mexicanos, se trasladó a petición de la Fiscalía General de la República para febrero de 2021, pidieron seis meses el último día de julio para integrar la carpeta de investigación, término que le concedió el juez.

Empezarán a unos días de que empiecen las campañas y en plena registro de candidatos a puestos de elección popular. Sus declaraciones, en especial contra panistas y priistas, serán un elemento a favor del presidente y sus candidatos a diputados federales. Un arma letal de propaganda política.

La actual oposición, ningún partido incluidos los panistas poblanos, puede decir que van en caballo de hacienda. Si las recientes encuestas muestran tendencias a su favor, hay que esperar los dardos envenenados que les lancen la federación y el gobierno estatal, que también prepara su arsenal.

Lo que tienen que hacer los dirigentes partidistas y de grupos al interior de Acción Nacional, Revolucionario Institucional, y de la Revolución Democrática es conseguir su cohesión y unidad internas, para después pensar en sumarse en coaliciones.

Fragmentados serán en 2021 más vulnerables ante ellos mismos, la sociedad y Morena y sus aliados, que quieren repetir en las presidencias municipales y la mayoría en el Congreso Local.

Los viejos estilos de las cuotas están rebasados, las campañas tradicionales no volverán más y menos en tiempos de Covid-19, los políticos sin capital social, sin recursos ni estructura electoral no tendrán nada que hacer para competir con posibilidades de éxito. Llámese como se llame y así tengan respaldos nacionales y aspiraciones legítimas.

Las del próximo año serán unas elecciones inéditas en el fondo y con un presidente de la República ávido de poder y deseos de pasar a la historia.

Para ninguno de los contendientes será sencillo ganar. Tendrán que conseguir su nominación al interior de su partido y si integran una coalición, ser representante de ésta.

Las elecciones se consiguen en las urnas y peleando voto por voto y casilla por casilla, que no le quede a nadie duda.

El poder se gana, no se comparte, y el siguiente objetivo de los políticos es mantenerlo.

A esa realidad se enfrentan, desde ahora, los aspirantes poblanos.

De las anécdotas que se cuentan

Corría el otoño de 2006, Rafael Moreno Valle era un flamante senador de la República y tenía clara su aspiración de ser gobernador de Puebla.

Aquella ocasión en una cena confió a dos amigos su ruta y el trabajo que iba a empezar visitando todo el estado y construyendo una red de compadres, él estaba dispuesto para todo el que lo quisiera como padrino de sus hijos.

Tenía una duda ¿quién lo postularía?

Quedaba claro se iba a afiliar a Acción Nacional, partido que lo nómino como candidato ciudadano al Senado.

En Puebla era claro que necesitaba al PAN, pero los panistas no estaban o estarían con él en su momento, faltaba algo más.

En ese momento tomó la decisión de trabajar políticamente con las dirigencias nacionales de otros partidos para integrar un frente amplio contra el PRI, pero sobre todo al gobernador Mario Marín.

Iba a buscarlos a todos, al PRD, PT, Convergencia y al Verde.

Necesitaba al PAN, pero solo no le servía.

Esa noche salió convencido de lo que necesitaba políticamente y a eso se dedicó todos los días siguientes, hasta rendir protesta como gobernador de la alternancia en febrero de 2011.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto