/ domingo 12 de agosto de 2018

El príncipe Herodes y A.A.

Vinum bonum laetificet cor hominis (el vino bueno alegra el corazón del hombre). Así reza el aforismo latino. Entonces, el vino malo entristece el corazón, lo entenebrece, marchita su alegría, corrompe su amor por la vida y transforma al hombre en tumulencia fatídica.

Recordemos a Cristóbal González (“Discursos espirituales y predicables sobre doce lugares del Génesis”. Madrid 1603, en la Casa de Miguel Serrano de Vargas):

“El ayuno, hermanos, sabemos que es un alcázar de Dios, real fuerte de cristo, muro del espíritu, estandarte de la fe, señal de la castidad, trofeo de la santidad. (…) este hizo que Juan el Bautista, entre los nacidos de las mujeres fuese el mayor; cuando la tumulencia hizo homicida al príncipe Herodes, gobernado por el imperio y mando de las mujeres, la lujuria y la ebriedad”.

Del prolífico fragmento rescatemos únicamente la antinomia ayuno-ebriedad, personificada magistralmente en el dualismo Juan el Bautista –Herodes el Príncipe. Y asentemos que el ‘ayuno’ que tan alto pondera el fraile Mercedario Cristóbal González, es en la tradición pagana la abstinencia estoica (sustine et abstine). Soporta el dolor, renuncia al placer, conquista la soberanía, domina las pasiones y accede a la paz.

Desde esta perspectiva, recuerdo aquí que en una reciente conversación con mi amigo Eloy que es integrante de la organización Alcohólicos Anónimos surgió ante nosotros, después de mucho especular y ensayar preguntas y respuestas, la siguiente proposición: La creencia en Dios es el factor cognitivo básico pre-existente sine qua non para que el Programa de los Doce Pasos libere al ebrio contumaz de su servidumbre etílica. Escrito de otra manera: si el dipsómano, el tumulante, el intemperante, carece de fe nunca dejará de tomar alcohol. Y, ahora, utilizando, la persona alegórica de la dualidad ayuno-ebriedad: ¿Es posible que el príncipe Herodes sea miembro de Alcohólicos Anónimos?

Revisemos ahora el “Diccionario” de José Ferrater Mora:

Teísmo.- Propone la existencia de un Dios creador del universo que interviene en su evolución, con independencia de toda religión. Elementos del teísmo son la revelación, la fe y la tradición.

Deísmo.- Afirma la existencia de un Dios personal, creador y primera causa del mundo. Niega la providencia y la religión. El conocimiento de Dios se realiza a través de la razón. Esta tesis tiene relación con el Demiurgo o Alma Universal que es principio preexistente y ordenador de los elementos del mundo.

Esta enumeración: Ateos (adeos, adeísmo) militantes; filosóficos; por pereza; por lesión fisiológica; por adolescencia; conduce a la hipótesis: Así como la gramática es una estructura mental profunda e innata, así la teología. Y al corolario: el ateísmo es inhumano.

Richard Dawkins (zoólogo y etólogo), en “El espejismo de Dios” (2006): “El cuarto mensaje aumentador de conciencia postula que el ateísmo es prueba de una mente saludable e independiente.” La pregunta surge inmediatamente: ‘Dawkins en AA?

La formulación paradójica de la proposición teológica es: “Dios posiblemente existe pero Dios probablemente no existe. Es decir: Dios solo existe metafísicamente aunque su influencia se deje sentir físicamente”.

¿Por qué probar experimentalmente a Dios?, ¿por amor a la ciencia exacta?, ¿la verdad científica es la única?, ¿son inferiores las verdades ética, teológica y literaria?, ¿existe un estatuto epistemológico que ubique lo científico positivo en lo superior y lo metafísico en lo inferior?, ¿No es, acaso, la ciencia experimental el fundamento de las tecnologías energética, cibernética y militar?

Juan Herrero Brasas, en “El evolucionismo y sus ramificaciones” (2009), escribe: “La mayor hazaña del hombre es el viaje a la luna. Pero es pequeña comparada con el poder que ha creado la luna. Si es Inconmensurable, el hombre solo puede relacionarse con Él mediante la fe”.

Vinum bonum laetificet cor hominis (el vino bueno alegra el corazón del hombre). Así reza el aforismo latino. Entonces, el vino malo entristece el corazón, lo entenebrece, marchita su alegría, corrompe su amor por la vida y transforma al hombre en tumulencia fatídica.

Recordemos a Cristóbal González (“Discursos espirituales y predicables sobre doce lugares del Génesis”. Madrid 1603, en la Casa de Miguel Serrano de Vargas):

“El ayuno, hermanos, sabemos que es un alcázar de Dios, real fuerte de cristo, muro del espíritu, estandarte de la fe, señal de la castidad, trofeo de la santidad. (…) este hizo que Juan el Bautista, entre los nacidos de las mujeres fuese el mayor; cuando la tumulencia hizo homicida al príncipe Herodes, gobernado por el imperio y mando de las mujeres, la lujuria y la ebriedad”.

Del prolífico fragmento rescatemos únicamente la antinomia ayuno-ebriedad, personificada magistralmente en el dualismo Juan el Bautista –Herodes el Príncipe. Y asentemos que el ‘ayuno’ que tan alto pondera el fraile Mercedario Cristóbal González, es en la tradición pagana la abstinencia estoica (sustine et abstine). Soporta el dolor, renuncia al placer, conquista la soberanía, domina las pasiones y accede a la paz.

Desde esta perspectiva, recuerdo aquí que en una reciente conversación con mi amigo Eloy que es integrante de la organización Alcohólicos Anónimos surgió ante nosotros, después de mucho especular y ensayar preguntas y respuestas, la siguiente proposición: La creencia en Dios es el factor cognitivo básico pre-existente sine qua non para que el Programa de los Doce Pasos libere al ebrio contumaz de su servidumbre etílica. Escrito de otra manera: si el dipsómano, el tumulante, el intemperante, carece de fe nunca dejará de tomar alcohol. Y, ahora, utilizando, la persona alegórica de la dualidad ayuno-ebriedad: ¿Es posible que el príncipe Herodes sea miembro de Alcohólicos Anónimos?

Revisemos ahora el “Diccionario” de José Ferrater Mora:

Teísmo.- Propone la existencia de un Dios creador del universo que interviene en su evolución, con independencia de toda religión. Elementos del teísmo son la revelación, la fe y la tradición.

Deísmo.- Afirma la existencia de un Dios personal, creador y primera causa del mundo. Niega la providencia y la religión. El conocimiento de Dios se realiza a través de la razón. Esta tesis tiene relación con el Demiurgo o Alma Universal que es principio preexistente y ordenador de los elementos del mundo.

Esta enumeración: Ateos (adeos, adeísmo) militantes; filosóficos; por pereza; por lesión fisiológica; por adolescencia; conduce a la hipótesis: Así como la gramática es una estructura mental profunda e innata, así la teología. Y al corolario: el ateísmo es inhumano.

Richard Dawkins (zoólogo y etólogo), en “El espejismo de Dios” (2006): “El cuarto mensaje aumentador de conciencia postula que el ateísmo es prueba de una mente saludable e independiente.” La pregunta surge inmediatamente: ‘Dawkins en AA?

La formulación paradójica de la proposición teológica es: “Dios posiblemente existe pero Dios probablemente no existe. Es decir: Dios solo existe metafísicamente aunque su influencia se deje sentir físicamente”.

¿Por qué probar experimentalmente a Dios?, ¿por amor a la ciencia exacta?, ¿la verdad científica es la única?, ¿son inferiores las verdades ética, teológica y literaria?, ¿existe un estatuto epistemológico que ubique lo científico positivo en lo superior y lo metafísico en lo inferior?, ¿No es, acaso, la ciencia experimental el fundamento de las tecnologías energética, cibernética y militar?

Juan Herrero Brasas, en “El evolucionismo y sus ramificaciones” (2009), escribe: “La mayor hazaña del hombre es el viaje a la luna. Pero es pequeña comparada con el poder que ha creado la luna. Si es Inconmensurable, el hombre solo puede relacionarse con Él mediante la fe”.