/ domingo 9 de mayo de 2021

El principio de universalidad y una senectud digna

La vejez es una etapa de la vida maravillosa con un estupendo tiempo existencial y no cronológico. Se deja de ser dramático, todo pasa y pasará y nada es último ni definitivo, las presiones de llegar a ser, las ansias de estabilidad y de riqueza o en su caso de poder ya han pasado, los sentimientos son más firmes que nunca…La vida se disfruta, la vida se saborea, además, los recuerdos viven y hacen feliz. La diaria aventura de vivir se manifiesta, como nunca”Dr. Leoncio Severino Lara Sáenz.

Las personas senectas en nuestro país, han sido las más vulnerables ante la pandemia de Covid-19, debido a patologías crónicas, sobre todo de tipo cardiovascular o bien por factores de riesgo como son: hipertensión, diabetis, obesidad, problemas respiratorios crónicos, cáncer, VIH, entre otros. En relación, al Sistema de Información para la Región de las Américas, a la fecha se han registrado 218,007 muertes por COVID-19, de las cuales, un poco más de 124,101 eran personas mayores de 60 años. México, se encuentra entre los 15 países con mayor tasa de mortalidad por COVID-19. Las vulnerabilidades que presentan los adultos mayores se deben entre otros factores a su fragilidad económica y a los limitados servicios médicos a los que pueden acceder.

Los adultos mayores, como grupo en situación de vulnerabilidad requieren más atención del sector público para alcanzar mejores niveles de vida, si bien es cierto, se les ha dado prioridad para inmunizarlos con la vacuna contra la COVID-19, también lo es, que los programas dirigidos a este sector de la población son precarios, con poca o nula inversión para dignificar su vida, por lo que se debe advertir que en consideración al principio de universalidad de los derechos humanos, previsto en el artículo 1º Constitucional y en tratados internacionales de observancia obligatoria para nuestro país; “todas las personas son titulares de los mismos, sin discriminación, entre otras causas por motivos de edad”.

De acuerdo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el promedio nacional de las entidades en la armonización legislativa en relación a los derechos de los adultos mayores es del 63.32%, atendiendo los siguientes rubros: igualdad de derechos para hombres y mujeres 61.25%, Igualdad y no discriminación por razones de edad 62.5%, derecho al trabajo 78.75%, derecho a la seguridad social 70%, derecho de protección de la familia 66.25%, derecho a un nivel de vida adecuado 62.5%, derecho a la salud física y mental 73.75%, derecho a la educación y la cultura 75%, empoderamiento económico 18.13%, derecho a la seguridad y a una vida sin ningún tipo de violencia 71.25%, derecho a la vida y a la dignidad en la vejez 60%, derecho a la propiedad 57.5% . Sin embargo, hasta el día de hoy, el gobierno de nuestro país no ha ratificado la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, aprobada en 2015, que entre otros elementos en su artículo 4, inciso c), señala: “Adoptarán y fortalecerán todas las medidas legislativas, administrativas, judiciales, presupuestarias y de cualquier otra índole, incluido un adecuado acceso a la justicia a fin garantizar a la persona mayor un trato diferenciado y preferencial en todos los ámbitos”

El envejecimiento poblacional en América Latina y en el caso de México, obliga a los gobiernos a invertir recursos económicos, crear infraestructura, generar actividades ocupacionales bien remuneradas, mejorar y modernizar los servicios de salud en consulta, abastecimiento de medicamentos, chequeos permanentes presenciales y a distancia, contar con un censo de salud de personas senectas, mejorar la atención urgente por complicaciones de salud, como lo es, por enfermedades crónicas y terminales con la finalidad de no dejar a los adultos mayores en segundo o último lugar, todo lo anterior cumpliendo con el principio de universalidad de los derechos humanos y propiciando una senectud digna.

*Es Doctor en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como: Defensor Adjunto en la Defensoría de los Derechos Universitarios y Profesor en la Facultad de Derecho y C.S.

Comentarios: jorgepinto_9@hotmail.com / Twitter: @apjorge/ Facebook: Jorge Pinto/ Instagram: jorgepinto_9

La vejez es una etapa de la vida maravillosa con un estupendo tiempo existencial y no cronológico. Se deja de ser dramático, todo pasa y pasará y nada es último ni definitivo, las presiones de llegar a ser, las ansias de estabilidad y de riqueza o en su caso de poder ya han pasado, los sentimientos son más firmes que nunca…La vida se disfruta, la vida se saborea, además, los recuerdos viven y hacen feliz. La diaria aventura de vivir se manifiesta, como nunca”Dr. Leoncio Severino Lara Sáenz.

Las personas senectas en nuestro país, han sido las más vulnerables ante la pandemia de Covid-19, debido a patologías crónicas, sobre todo de tipo cardiovascular o bien por factores de riesgo como son: hipertensión, diabetis, obesidad, problemas respiratorios crónicos, cáncer, VIH, entre otros. En relación, al Sistema de Información para la Región de las Américas, a la fecha se han registrado 218,007 muertes por COVID-19, de las cuales, un poco más de 124,101 eran personas mayores de 60 años. México, se encuentra entre los 15 países con mayor tasa de mortalidad por COVID-19. Las vulnerabilidades que presentan los adultos mayores se deben entre otros factores a su fragilidad económica y a los limitados servicios médicos a los que pueden acceder.

Los adultos mayores, como grupo en situación de vulnerabilidad requieren más atención del sector público para alcanzar mejores niveles de vida, si bien es cierto, se les ha dado prioridad para inmunizarlos con la vacuna contra la COVID-19, también lo es, que los programas dirigidos a este sector de la población son precarios, con poca o nula inversión para dignificar su vida, por lo que se debe advertir que en consideración al principio de universalidad de los derechos humanos, previsto en el artículo 1º Constitucional y en tratados internacionales de observancia obligatoria para nuestro país; “todas las personas son titulares de los mismos, sin discriminación, entre otras causas por motivos de edad”.

De acuerdo a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, el promedio nacional de las entidades en la armonización legislativa en relación a los derechos de los adultos mayores es del 63.32%, atendiendo los siguientes rubros: igualdad de derechos para hombres y mujeres 61.25%, Igualdad y no discriminación por razones de edad 62.5%, derecho al trabajo 78.75%, derecho a la seguridad social 70%, derecho de protección de la familia 66.25%, derecho a un nivel de vida adecuado 62.5%, derecho a la salud física y mental 73.75%, derecho a la educación y la cultura 75%, empoderamiento económico 18.13%, derecho a la seguridad y a una vida sin ningún tipo de violencia 71.25%, derecho a la vida y a la dignidad en la vejez 60%, derecho a la propiedad 57.5% . Sin embargo, hasta el día de hoy, el gobierno de nuestro país no ha ratificado la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, aprobada en 2015, que entre otros elementos en su artículo 4, inciso c), señala: “Adoptarán y fortalecerán todas las medidas legislativas, administrativas, judiciales, presupuestarias y de cualquier otra índole, incluido un adecuado acceso a la justicia a fin garantizar a la persona mayor un trato diferenciado y preferencial en todos los ámbitos”

El envejecimiento poblacional en América Latina y en el caso de México, obliga a los gobiernos a invertir recursos económicos, crear infraestructura, generar actividades ocupacionales bien remuneradas, mejorar y modernizar los servicios de salud en consulta, abastecimiento de medicamentos, chequeos permanentes presenciales y a distancia, contar con un censo de salud de personas senectas, mejorar la atención urgente por complicaciones de salud, como lo es, por enfermedades crónicas y terminales con la finalidad de no dejar a los adultos mayores en segundo o último lugar, todo lo anterior cumpliendo con el principio de universalidad de los derechos humanos y propiciando una senectud digna.

*Es Doctor en Derecho por la BUAP, donde se desempeña como: Defensor Adjunto en la Defensoría de los Derechos Universitarios y Profesor en la Facultad de Derecho y C.S.

Comentarios: jorgepinto_9@hotmail.com / Twitter: @apjorge/ Facebook: Jorge Pinto/ Instagram: jorgepinto_9

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