El recuento de votos que inició ayer martes el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) tiene numéricamente una sola posibilidad, el de una mayoría de votos en favor de Martha Erika Alonso Hidalgo, la candidata de Por Puebla al Frente al gobierno del estado, aunque ello no implica, en automático, la ratificación de su triunfo.
Si atendemos a las tesis de los dos grupos que se disputan el poder en la entidad poblana, ambos concluyen que la esposa del exgobernador Rafael Moreno Valle Rosas tendrá más votos tras contarlos uno por uno.
Los panistas lo atribuyen a un voto diferenciado y mayoritario en favor de su candidata y los de Juntos Haremos Historia, encabezados por el candidato Luis Miguel Barbosa, suponen una elaborada manipulación de papelería electoral.
Mientras, en el máximo tribunal electoral coinciden en que la motivación de abrir toda la paquetería electoral no tiene un propósito cuantitativo sino cualitativo. Lo que pretenden es hurgar en el fondo del proceso y observar de qué tamaño son las inconsistencias que infieren.
Si hay boletas alteradas, mal contadas, de más o de menos o indebidamente anuladas, si las actas coinciden o no, si hay irregularidades en la papelería pero, además, indagar si se perdió (como parece) la cadena de custodia.
Así que si alguien asegura que con el mero resultado del recuento amarran la gubernatura estará haciendo propaganda en los mismos niveles de quien diga que lo encontrado en el primer día sirve para tener certeza de que se anulará la elección.
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Como si el Instituto Electoral del Estado (IEE) y su presidente, Jacinto Herrera, no tuvieran suficientes señalamientos sobre su actuar en este proceso electoral, ayer generó suspicacias que, mientras ocurrían las primeras horas del recuento, la página donde se aloja el Programa de Resultados Electorales preliminares no diera signos de vida.
Por ahí de las 13:00 horas era imposible consultar la página http://preppuebla2018.mx y no fue hasta que surgieron algunas voces reclamando en sus redes sociales que regresó a la normalidad poco antes de las 18:00 horas.
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Una muy mala señal estará enviando la presidenta municipal electa, Claudia Rivera Pérez, si mantiene como imagen institucional de su gobierno la dada a conocer ayer como ganadora del concurso correspondiente.
En redes sociales se comenzaron a hacer burlas sobre el diseño que se utilizará a partir del 15 de octubre, una vez que entre en funciones, y hasta cierto punto es natural. Prácticamente así les ha pasado a los últimos gobiernos.
Que si los colores que eligió Eduardo Rivera no fueron los mejores, que si la imagen utilizada por Blanca Alcalá se veía muy femenina al incorporar un beso, que si Luis Paredes optó por un logotipo muy abstracto y colorido.
Lo que salió de lo normal es que algún tuitero con conocimientos de diseño descubrió que el imagotipo ganador se construyó con una mezcla de otras imágenes para construir su propio logo, cosa que no fueron capaces de identificar los miembros del jurado a pesar de ser académicos de Diseño Gráfico.
Si bien las imágenes fueron retomadas de páginas de imágenes de libre acceso, un ayuntamiento no puede iniciar con el estigma de plagio y mantener al artífice de este como empleado del ayuntamiento durante el trienio, como considera parte del premio junto con los 30 mil pesos en efectivo.
Claudia Rivera está a tiempo de reconsiderar la utilización del logotipo que ayer presentó, darlo por descalificado y seleccionar otro de entre los finalistas.
Hasta la próxima.
salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx
Twitter: @elsalvadorrios
