/ domingo 26 de julio de 2020

El rescate de la economía depende de la voluntad política de López Obrador

Para múltiples instituciones financieras y organismos internacionales la contracción económica ha sido tan profunda y estructural (de 9 a 12% del PIB) que, para que la economía alcance los niveles que tuvo en 2019, tendrán que pasar de seis a 10 años. Será un sexenio o una década perdida, si el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador continua impasible, sin asumir compromisos y riesgos, sin poner en marcha medidas extraordinarias, monetarias y fiscales, para reactivar la economía y el empleo.

La posición del gobierno federal es la misma de abril, mayo, junio y julio: no cambia, no contrae ningún compromiso crediticio y de endeudamiento de emergencia, no sale de sus limitadas y atadas estrategias presupuestales, lo que le falta en realidad es voluntad política para entrar con decisión al rescate de la economía en esta emergencia nacional.

Como si México no estuviera sumido, atascado en una crisis extraordinaria de la que va a ser muy costoso y prolongado salir, aún si el gobierno federal asumiera compromisos monetarios y hacendarios, como se lo recomiendan y repiten periódica y frecuentemente, el Banco Mundial (BM), Fondo Monetarios internacional (FMI), Organización Para la Cooperación Económica (OCDE) , Comisión Económica Para América Latina, (CEPAL), e infinidad de analistas de las agencias calificadoras e instituciones financieros de México.

El martes pasado, el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera Gutiérrez, salió a echarle agua fría, una vez más, a las propuestas del coro nacional e internacional que sugieren y recomiendan, al gobierno lopezobradorista, realizar el rescate del aparato productivo nacional, con medidas extraordinarias: fiscales y financieras, como lo hacen los gobiernos europeos, asiáticos, latinoamericanos y estadunidense. Son más de 11 billones de dólares los que se inyectan a las economías para reactivarlas.

México –puntualizó Herrera- no cuenta con el suficiente margen de maniobra para aplicar medidas de estímulos, dado que se recaudan impuestos por un monto equivalente a 13 por ciento del producto interno bruto, nivel inferior al de Nicaragua. Adicionalmente, las tasas de interés son muy elevadas, comparadas con los países desarrollados.

Las tasas de referencia en México - explicó el funcionario- después de una serie de caídas (que las ubican en 5 por ciento anual), es 20 veces más alta que la de Canadá. Si diéramos un impulso fiscal de 20 por ciento como proporción del PIB, es decir, 5 billones de pesos, a una tasa ponderada a la que se levanta el dinero cercana a 6 por ciento, quiere decir que sólo en pago de intereses, el año que entra, tendríamos que cubrir alrededor 300 mil millones de pesos.

Este monto, señaló el titular de Hacienda, representaría un paquete de estímulo fiscal que es más o menos el costo de todos los programas sociales que tiene nuestro país. La cifra es muy ilustrativa porque si diéramos el impulso hoy, seguramente tendríamos que cancelar proyectos por ese monto para este o el año próximo.

Arturo Herrera enterró toda posibilidad de ayuda, como la ha negado tantas veces el presidente durante estos meses desde que inició la crisis sanitaria, el desplome de la economía nacional y el derrumbe de los precios y de la demanda del petróleo.

El ejemplo que describió Herrera es rotundo, paralizante, pero para efectos prácticos y realistas de la crisis, resulta exagerado. Nadie le ha pedido al gobierno de López Obrador un rescate de esa magnitud, equivalente al 20% del producto interno bruto, por la cantidad de 5 billones de pesos, ni que sacrifique los programas sociales por el pago de intereses.

Lo que le han sugerido, propuesto analistas de algunos sectores, es apenas un rescate de entre 600 y 750 mil millones de pesos para el sector industrial, la micro, pequeña y mediana empresa del país. Un rescate que no equivale ni a un billón de pesos, que alcanza el 3% del producto interno bruto nacional, no el 20% que exageradamente menciona el Secretario de Hacienda.

En dicho rescate no se incluyeron a los gigantes industriales y comerciales trasnacionales y nacionales, como son las automotrices, y las cadenas de Walmart, Soriana, Chedraui, Comercial Mexicana y las empresas digitales que fueron las grandes ganadoras en esta crisis económica. Y que incluso en tiempos normales son empresas con suficientes recursos de capital para hacer frente a cualquier crisis.

Por tal rescate el gobierno tendría que pagar la sexta parte de los intereses que menciona Arturo Herrera. En lugar de 300 mil millones, se cubrirían 50 mil millones de pesos que, para evitar no haya crecimiento durante todo el sexenio lopezobradorista, bien vale la pena invertirlos. No cruzarse de brazos, negarse reiteradamente a rescatar el aparato productivo. No dedicarse a ver cómo se derrumba la economía. Como lo ha hecho durante todo este tiempo el presidente de México. NOS ESCUCHAMOS diariamente de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.

Para múltiples instituciones financieras y organismos internacionales la contracción económica ha sido tan profunda y estructural (de 9 a 12% del PIB) que, para que la economía alcance los niveles que tuvo en 2019, tendrán que pasar de seis a 10 años. Será un sexenio o una década perdida, si el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador continua impasible, sin asumir compromisos y riesgos, sin poner en marcha medidas extraordinarias, monetarias y fiscales, para reactivar la economía y el empleo.

La posición del gobierno federal es la misma de abril, mayo, junio y julio: no cambia, no contrae ningún compromiso crediticio y de endeudamiento de emergencia, no sale de sus limitadas y atadas estrategias presupuestales, lo que le falta en realidad es voluntad política para entrar con decisión al rescate de la economía en esta emergencia nacional.

Como si México no estuviera sumido, atascado en una crisis extraordinaria de la que va a ser muy costoso y prolongado salir, aún si el gobierno federal asumiera compromisos monetarios y hacendarios, como se lo recomiendan y repiten periódica y frecuentemente, el Banco Mundial (BM), Fondo Monetarios internacional (FMI), Organización Para la Cooperación Económica (OCDE) , Comisión Económica Para América Latina, (CEPAL), e infinidad de analistas de las agencias calificadoras e instituciones financieros de México.

El martes pasado, el Secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera Gutiérrez, salió a echarle agua fría, una vez más, a las propuestas del coro nacional e internacional que sugieren y recomiendan, al gobierno lopezobradorista, realizar el rescate del aparato productivo nacional, con medidas extraordinarias: fiscales y financieras, como lo hacen los gobiernos europeos, asiáticos, latinoamericanos y estadunidense. Son más de 11 billones de dólares los que se inyectan a las economías para reactivarlas.

México –puntualizó Herrera- no cuenta con el suficiente margen de maniobra para aplicar medidas de estímulos, dado que se recaudan impuestos por un monto equivalente a 13 por ciento del producto interno bruto, nivel inferior al de Nicaragua. Adicionalmente, las tasas de interés son muy elevadas, comparadas con los países desarrollados.

Las tasas de referencia en México - explicó el funcionario- después de una serie de caídas (que las ubican en 5 por ciento anual), es 20 veces más alta que la de Canadá. Si diéramos un impulso fiscal de 20 por ciento como proporción del PIB, es decir, 5 billones de pesos, a una tasa ponderada a la que se levanta el dinero cercana a 6 por ciento, quiere decir que sólo en pago de intereses, el año que entra, tendríamos que cubrir alrededor 300 mil millones de pesos.

Este monto, señaló el titular de Hacienda, representaría un paquete de estímulo fiscal que es más o menos el costo de todos los programas sociales que tiene nuestro país. La cifra es muy ilustrativa porque si diéramos el impulso hoy, seguramente tendríamos que cancelar proyectos por ese monto para este o el año próximo.

Arturo Herrera enterró toda posibilidad de ayuda, como la ha negado tantas veces el presidente durante estos meses desde que inició la crisis sanitaria, el desplome de la economía nacional y el derrumbe de los precios y de la demanda del petróleo.

El ejemplo que describió Herrera es rotundo, paralizante, pero para efectos prácticos y realistas de la crisis, resulta exagerado. Nadie le ha pedido al gobierno de López Obrador un rescate de esa magnitud, equivalente al 20% del producto interno bruto, por la cantidad de 5 billones de pesos, ni que sacrifique los programas sociales por el pago de intereses.

Lo que le han sugerido, propuesto analistas de algunos sectores, es apenas un rescate de entre 600 y 750 mil millones de pesos para el sector industrial, la micro, pequeña y mediana empresa del país. Un rescate que no equivale ni a un billón de pesos, que alcanza el 3% del producto interno bruto nacional, no el 20% que exageradamente menciona el Secretario de Hacienda.

En dicho rescate no se incluyeron a los gigantes industriales y comerciales trasnacionales y nacionales, como son las automotrices, y las cadenas de Walmart, Soriana, Chedraui, Comercial Mexicana y las empresas digitales que fueron las grandes ganadoras en esta crisis económica. Y que incluso en tiempos normales son empresas con suficientes recursos de capital para hacer frente a cualquier crisis.

Por tal rescate el gobierno tendría que pagar la sexta parte de los intereses que menciona Arturo Herrera. En lugar de 300 mil millones, se cubrirían 50 mil millones de pesos que, para evitar no haya crecimiento durante todo el sexenio lopezobradorista, bien vale la pena invertirlos. No cruzarse de brazos, negarse reiteradamente a rescatar el aparato productivo. No dedicarse a ver cómo se derrumba la economía. Como lo ha hecho durante todo este tiempo el presidente de México. NOS ESCUCHAMOS diariamente de 13 a 14 horas en ABC Radio 1280 de AM.