/ sábado 23 de octubre de 2021

El terror es una construcción social

En vísperas del Halloween y ante tantos miedos que tiene la sociedad, vale la pena analizar cuál es el motivo por el que surgen los temores, el verdadero riesgo que implican y así comprender mejor la naturaleza de algo que nos puede afectar, pero que quizá sea inofensivo.

Una construcción social es una entidad institucionalizada por una comunidad, inventada o edificada por los integrantes de una sociedad que la toman como cierta, solo por el hecho de creer que en realidad existe.

En este sentido podemos encontrar conceptos como conciencia (en el sentido moral), cualquier deidad o la brujería, elementos que son muy comunes y que tienen grandes templos, en el caso religioso; y hasta programas enteros de televisión abierta, en el caso de los esotéricos.

Inclusive el amor a la patria es un convencionalismo que todos imaginamos, el cual dista mucho de las prácticas corruptas de la mayoría de los políticos, amén de que no existe un verdadero proyecto de nación.

En el caso de los personajes propios de esta temporada y las creencias en lo sobrenatural, partimos de un temor a la muerte y un elemental instinto de supervivencia, situación que nos ha hecho ver el fallecimiento como algo negativo, al menos desde una perspectiva occidental.

Hay muchos programas, series y relatos que mencionan cosas resultan interesantes, tales como apariciones, fantasmas, ruidos o maldiciones referentes a personas o lugares, esto resulta hasta natural por la curiosidad que tenemos hacia lo desconocido, la cual proviene de lo que nos han enseñado y de nuestro inconciente colectivo, es decir, toda la carga de pensamientos acumulamos de nuestros ascendientes.

Ahora bien, hay que preguntarnos por qué nos asusta un gato negro, la obscuridad, la imagen de un Drácula o un cementerio por la noche, no hay más motivo que el hecho de que nos han enseñado a temer a esos elementos, simple y sencillamente.

Pondré un ejemplo personal, muchos familiares afirmaron con total certeza que se aparecían y se oían cosas extrañas en casa de mi abuela, hecho al cual no fui ajeno, sin embargo, en diversas ocasiones me acercaba a la fuente de lo considerado extraño y simplemente percibía con mis sentidos algo sumamente extraño, pero intrascendente, o sea, el hecho de que se conjugaran luces con crujidos no afectaba el rumbo de mi vida, mis ideales u objetivos. Debemos entender que hay cosas que no puede comprender la mente humana y que existen, asumiendo que no es correcto temen a lo desconocido, ya que eso ha traído muerte y discriminación, históricamente hablando.

Las convicciones religiosas también tienen mucho que ver en los temores, iniciando con el concepto del temor a dios y a su ira, muy usado en el medievo para dominar a la población. El punto es que, si alguien asume que puede existir una deidad, con igual facilidad puede aceptar la existencia de un demonio, vampiro u hombre lobo, es más, recordemos el diablo es un invento para legitimar la existencia de dios.

Considero que para los que carecen de profesiones de fe, igualmente dejan de sentir miedo por seres de ultratumba, esto lo digo por mí en específico.

Ahora bien, como un elemento de entretenimiento o de ficción, resulta muy atractivo el pensar en estos elementos terroríficos, dando lugar a un ejercicio interesante de imaginación. Recuerdo que nuestro país algún día hizo buenas películas de terror, inclusive series, como Hora Marcada, la cual tuvo mucho éxito durante años.

Personalmente creo que hay cosas que pueden dar más miedo a un ser humano, como la desaparición de un hijo, una invalidez prematura, ser víctima del delito o no conseguir los objetivos planteados, en un caso individual; respecto a un país podríamos mencionar algo pavoroso: no tener proyecto de nación, identidad consolidada o vivir con atavismos como el de la concepción negativa de la Conquista, eso sí es para quedarse petrificado del miedo.

El ser humano es capaz de crear diversos mundos, algunos maravillosos y algunos catastróficos, así que la capacidad de asustarse depende exclusivamente de lo que nosotros consideremos como un elemento que provoque miedo, claro está, dentro de los dinteles de la racionalidad y la reflexión, sin caer en una actitud temeraria y recordando que el único miedo natural del hombre es al ruido fuerte.

Para finalizar señalaré que algunos de los personajes de terror corresponden a ideales centenarios, por ejemplo: el Drácula es sensual, elegante, vive en un castillo y es inmortal, condiciones que pueden parecer atractivas a muchos, personalmente prefiero ser un humano, con finitud y valorando cada instante de vida porque sé que es único e irrepetible. Hasta la próxima.


Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.


En vísperas del Halloween y ante tantos miedos que tiene la sociedad, vale la pena analizar cuál es el motivo por el que surgen los temores, el verdadero riesgo que implican y así comprender mejor la naturaleza de algo que nos puede afectar, pero que quizá sea inofensivo.

Una construcción social es una entidad institucionalizada por una comunidad, inventada o edificada por los integrantes de una sociedad que la toman como cierta, solo por el hecho de creer que en realidad existe.

En este sentido podemos encontrar conceptos como conciencia (en el sentido moral), cualquier deidad o la brujería, elementos que son muy comunes y que tienen grandes templos, en el caso religioso; y hasta programas enteros de televisión abierta, en el caso de los esotéricos.

Inclusive el amor a la patria es un convencionalismo que todos imaginamos, el cual dista mucho de las prácticas corruptas de la mayoría de los políticos, amén de que no existe un verdadero proyecto de nación.

En el caso de los personajes propios de esta temporada y las creencias en lo sobrenatural, partimos de un temor a la muerte y un elemental instinto de supervivencia, situación que nos ha hecho ver el fallecimiento como algo negativo, al menos desde una perspectiva occidental.

Hay muchos programas, series y relatos que mencionan cosas resultan interesantes, tales como apariciones, fantasmas, ruidos o maldiciones referentes a personas o lugares, esto resulta hasta natural por la curiosidad que tenemos hacia lo desconocido, la cual proviene de lo que nos han enseñado y de nuestro inconciente colectivo, es decir, toda la carga de pensamientos acumulamos de nuestros ascendientes.

Ahora bien, hay que preguntarnos por qué nos asusta un gato negro, la obscuridad, la imagen de un Drácula o un cementerio por la noche, no hay más motivo que el hecho de que nos han enseñado a temer a esos elementos, simple y sencillamente.

Pondré un ejemplo personal, muchos familiares afirmaron con total certeza que se aparecían y se oían cosas extrañas en casa de mi abuela, hecho al cual no fui ajeno, sin embargo, en diversas ocasiones me acercaba a la fuente de lo considerado extraño y simplemente percibía con mis sentidos algo sumamente extraño, pero intrascendente, o sea, el hecho de que se conjugaran luces con crujidos no afectaba el rumbo de mi vida, mis ideales u objetivos. Debemos entender que hay cosas que no puede comprender la mente humana y que existen, asumiendo que no es correcto temen a lo desconocido, ya que eso ha traído muerte y discriminación, históricamente hablando.

Las convicciones religiosas también tienen mucho que ver en los temores, iniciando con el concepto del temor a dios y a su ira, muy usado en el medievo para dominar a la población. El punto es que, si alguien asume que puede existir una deidad, con igual facilidad puede aceptar la existencia de un demonio, vampiro u hombre lobo, es más, recordemos el diablo es un invento para legitimar la existencia de dios.

Considero que para los que carecen de profesiones de fe, igualmente dejan de sentir miedo por seres de ultratumba, esto lo digo por mí en específico.

Ahora bien, como un elemento de entretenimiento o de ficción, resulta muy atractivo el pensar en estos elementos terroríficos, dando lugar a un ejercicio interesante de imaginación. Recuerdo que nuestro país algún día hizo buenas películas de terror, inclusive series, como Hora Marcada, la cual tuvo mucho éxito durante años.

Personalmente creo que hay cosas que pueden dar más miedo a un ser humano, como la desaparición de un hijo, una invalidez prematura, ser víctima del delito o no conseguir los objetivos planteados, en un caso individual; respecto a un país podríamos mencionar algo pavoroso: no tener proyecto de nación, identidad consolidada o vivir con atavismos como el de la concepción negativa de la Conquista, eso sí es para quedarse petrificado del miedo.

El ser humano es capaz de crear diversos mundos, algunos maravillosos y algunos catastróficos, así que la capacidad de asustarse depende exclusivamente de lo que nosotros consideremos como un elemento que provoque miedo, claro está, dentro de los dinteles de la racionalidad y la reflexión, sin caer en una actitud temeraria y recordando que el único miedo natural del hombre es al ruido fuerte.

Para finalizar señalaré que algunos de los personajes de terror corresponden a ideales centenarios, por ejemplo: el Drácula es sensual, elegante, vive en un castillo y es inmortal, condiciones que pueden parecer atractivas a muchos, personalmente prefiero ser un humano, con finitud y valorando cada instante de vida porque sé que es único e irrepetible. Hasta la próxima.


Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.