/ viernes 7 de junio de 2019

El triunfo de Barbosa a la luz de la metafísica

Son cuatro las principales lecciones que nos dejan los comicios del domingo: 1ª El gran ganador fue el ABSTENCIONISMO DE LA CIUDADANÍA; 4 de 10 poblanos votaron, esto es, votó alrededor del 40%; 2ª El triunfo del candidato Barbosa no fue lo contundente que se esperaba, es más, perdió en la capital y en la zona conurbada de las dos Cholulas; 3ª El PRI está acabado, y 4ª Aun cuando el candidato Enrique Cárdenas perdió, con la votación que logró (36%) evidenció la posibilidad futura de construir una candidatura ciudadana.

Ahora bien, de conformidad con el principio hermético de CORRESPONDENCIA, “Lo que es arriba es abajo y lo que es adentro es afuera” revelamos en nuestras vidas el interior que vivimos, ¿y qué vivimos los poblanos?, la respuesta es: división, miedo y discriminación (xenofobia).

En nuestras vidas existen momentos trascendentes que definen nuestro futuro y nos marcan como personas. Nuestra pírrica democracia “pueblerina” y la “educación” que los poblanos hemos recibido de nuestras experiencias políticas nos hacen girar en torno a nuestros gobernantes, para bien o para mal. Y el evento del domingo representa una confrontación con uno mismo y con nuestra realidad. Es un encuentro con nosotros, con nuestros miedos, con nuestros abismos, con nuestras frustraciones… con nuestro futuro.

Venimos de la imposición antidemocrática, y cuando vivimos “la alternancia”, haciéndonos creer que “lo mejor estaba por venir”, nos llegó la noche del absolutismo y de la tiranía. De momento, Puebla, creciste estéticamente, entraste a la modernidad urbana, pero también al derroche y al abandono en las comunidades; la justicia social nunca apareció y solo fue selectiva, para los poderosos como siempre. Esa actitud de prepotencia quiso perpetuarse, primero con un gobierno “corto” y luego con una monarquía disfrazada de democrática, y a costa de lo que fuera y como fuera, los poblanos íbamos a vivir otros seis años de absolutismo disfrazado. Pero el destino no lo quiso y fue indudablemente “por algo y para algo”, porque todo lo que sucede es lo que tiene que suceder.

Y ahora, aquí estamos en los dinteles de un nuevo gobierno, que si acaso lo único que tiene de cuestionable es su baja votación. Yo creo que todo esto que nos ha sucedido tiene mucho que ver con la espiritualidad, que en nada está relacionada con lo terrenal y lo material, no es una religión ni una doctrina, sino la ampliación de nuestra conciencia, dejando que nuestro corazón salte los abismos que crea nuestra mente, y cultivar humildemente nuestros verdaderos valores.

Una primera ley espiritual es entender que “La persona que llega a tu vida es la persona correcta”. Nadie llega por casualidad. Y la otra es que debemos aceptar y agradecer todo lo que nos sucede, porque así tuvo que ser para nuestro crecimiento personal, tarde o temprano. No todos somos siempre alumnos o siempre maestros. Jorge Luis Borges decía: “Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros, no habrá quien no nos deje nada.” Todo, absolutamente todo suma en la vida.

Los llamados “poblanos de cepa” tenemos que aprender a ser humildes, y este nuevo gobierno es una gran oportunidad para empezar a cambiar espiritualmente. Me encantó que Miguel Barbosa dijera que su primer acto sería darle un beso a su esposa, y el segundo llamar a la reconciliación. En otras palabras traducidas a la espiritualidad, empleó el AMOR y la COMPASIÓN como inicio de su gobierno. Ahora, ¿qué haremos los ciudadanos? Considero que tenemos que estar a la misma altura. De no ser así, seguiremos rumiando nuestra soberbia y eterna frustración.

Gracias Puebla. Te recuerdo, “LO QUE CUESTA DINERO VALE POCO”.

Son cuatro las principales lecciones que nos dejan los comicios del domingo: 1ª El gran ganador fue el ABSTENCIONISMO DE LA CIUDADANÍA; 4 de 10 poblanos votaron, esto es, votó alrededor del 40%; 2ª El triunfo del candidato Barbosa no fue lo contundente que se esperaba, es más, perdió en la capital y en la zona conurbada de las dos Cholulas; 3ª El PRI está acabado, y 4ª Aun cuando el candidato Enrique Cárdenas perdió, con la votación que logró (36%) evidenció la posibilidad futura de construir una candidatura ciudadana.

Ahora bien, de conformidad con el principio hermético de CORRESPONDENCIA, “Lo que es arriba es abajo y lo que es adentro es afuera” revelamos en nuestras vidas el interior que vivimos, ¿y qué vivimos los poblanos?, la respuesta es: división, miedo y discriminación (xenofobia).

En nuestras vidas existen momentos trascendentes que definen nuestro futuro y nos marcan como personas. Nuestra pírrica democracia “pueblerina” y la “educación” que los poblanos hemos recibido de nuestras experiencias políticas nos hacen girar en torno a nuestros gobernantes, para bien o para mal. Y el evento del domingo representa una confrontación con uno mismo y con nuestra realidad. Es un encuentro con nosotros, con nuestros miedos, con nuestros abismos, con nuestras frustraciones… con nuestro futuro.

Venimos de la imposición antidemocrática, y cuando vivimos “la alternancia”, haciéndonos creer que “lo mejor estaba por venir”, nos llegó la noche del absolutismo y de la tiranía. De momento, Puebla, creciste estéticamente, entraste a la modernidad urbana, pero también al derroche y al abandono en las comunidades; la justicia social nunca apareció y solo fue selectiva, para los poderosos como siempre. Esa actitud de prepotencia quiso perpetuarse, primero con un gobierno “corto” y luego con una monarquía disfrazada de democrática, y a costa de lo que fuera y como fuera, los poblanos íbamos a vivir otros seis años de absolutismo disfrazado. Pero el destino no lo quiso y fue indudablemente “por algo y para algo”, porque todo lo que sucede es lo que tiene que suceder.

Y ahora, aquí estamos en los dinteles de un nuevo gobierno, que si acaso lo único que tiene de cuestionable es su baja votación. Yo creo que todo esto que nos ha sucedido tiene mucho que ver con la espiritualidad, que en nada está relacionada con lo terrenal y lo material, no es una religión ni una doctrina, sino la ampliación de nuestra conciencia, dejando que nuestro corazón salte los abismos que crea nuestra mente, y cultivar humildemente nuestros verdaderos valores.

Una primera ley espiritual es entender que “La persona que llega a tu vida es la persona correcta”. Nadie llega por casualidad. Y la otra es que debemos aceptar y agradecer todo lo que nos sucede, porque así tuvo que ser para nuestro crecimiento personal, tarde o temprano. No todos somos siempre alumnos o siempre maestros. Jorge Luis Borges decía: “Cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros, no habrá quien no nos deje nada.” Todo, absolutamente todo suma en la vida.

Los llamados “poblanos de cepa” tenemos que aprender a ser humildes, y este nuevo gobierno es una gran oportunidad para empezar a cambiar espiritualmente. Me encantó que Miguel Barbosa dijera que su primer acto sería darle un beso a su esposa, y el segundo llamar a la reconciliación. En otras palabras traducidas a la espiritualidad, empleó el AMOR y la COMPASIÓN como inicio de su gobierno. Ahora, ¿qué haremos los ciudadanos? Considero que tenemos que estar a la misma altura. De no ser así, seguiremos rumiando nuestra soberbia y eterna frustración.

Gracias Puebla. Te recuerdo, “LO QUE CUESTA DINERO VALE POCO”.