/ sábado 3 de julio de 2021

El triunfo de las libertades puede ser el triunfo de la irresponsabilidad

Hace unos días, miles de ingleses festejaron con gran júbilo el triunfo de su selección frente a los alemanes, las sonrisas se desbordaron totalmente; de igual manera, muchas personas también tuvieron expresiones semejantes al ser despenalizado el aborto en Hidalgo y frente a la declaración de la Suprema Corte respecto al consumo legal de la mariguana, sin embargo, estos hechos son totalmente diferentes y considero que algunos de ellos no deberían ser motivo alguno de un magnánimo festejo.

Recientemente nuestro máximo tribunal declaró inconstitucional la prohibición al uso lúdico de la mariguana, con lo cual se abre la puerta a una actividad sumamente polémica y sobre la cual hay un debate interminable.

Hay quienes se envuelven en la bandera de la libertad y señalan que el consumo de esta droga debe ser abierto, aludiendo a algunos argumentos que más bien son sofismas, especialmente en México. Ya en otros espacios he mencionado por qué no debe ser permitido el consumo de esta substancia en nuestro país, especialmente por dos cosas: la mariguana es la puerta que abre el consumo a otras drogas, además de que los cárteles buscarían otras actividades delictivas al ya no ser un gran negocio, pero más allá de esto, el conflicto radica en el nivel de madurez de la ciudadanía, juicio que se presta a un subjetivismo obvio, pero que en las estadísticas delincuenciales es inobjetable.

Son muchos los autores y ejemplos de personas que consumen alguna droga y tienen una trayectoria profesional exitosa y una vida personal responsable, pero vayamos a las realidades: estos sujetos son una muy pequeña mayoría. En un país donde el Covid, el VIH y los embarazos no deseados (primer lugar mundial), creo que es muy tonto pensar que la gente tendrá responsabilidad al consumir la hierba verde.

Vivimos en una sociedad que cree más en influencers, youtubers y brujos que en una vacuna, así que debemos aceptar que buena parte de los ciudadanos son manipulables y viven en la ignorancia, así que abrir la puerta al consumo de la mariguana es aumentar la problemática que de por sí es grave.

En el caso de Hidalgo, vimos campamentos afuera del Congreso de Hidalgo, en donde varias mujeres celebraron con un extremo júbilo la despenalización del aborto, como si se hubieran obtenido un grado doctoral con aval de Conacyt, o como si estuvieran en Times Square cuando Estados Unidos ganó la Segunda Guerra Mundial, cuando realmente creo que no hay algo grande que motive a estar alegres.

Está de sobra mencionar las formas de evitar un embarazo, lo cual es responsabilidad de dos, en igual medida, por lo que no hay que victimizar o criminalizar a alguna de las dos partes que intervienen en este proceso.

La legalización del aborto es la consecuencia social, en cuanto a una circunstancia no deseada, es decir, el embarazo, ya sea por descuido o abuso, a la cual hay que darle una solución que es el último “remedio” para algo que no se quiere, hecho que no creo que tenga motivos para sentirse orgulloso o pensar que es una victoria de esa misma sociedad.

Vivimos en un entorno que se precia mucho de las libertades y juicios que hacen los ciudadanos, es más, cada vez que salimos de un local comercial o usamos algún servicio se nos pide hacer una calificación, pero ¿quién nos califica a nosotros?

Desde hace milenios se ha establecido que la libertad solo puede existir en el marco de la responsabilidad, y ésta es lo menos que tenemos hoy en día, es entonces que el celebrar con bombo y platillo la posibilidad de consumir mariguana y matar a un feto legalmente creo que es algo equivocado. Debemos sentirnos orgullosos de terminar algún plan de estudios, de ser responsables en cuanto a nuestras obligaciones, de decir verdades con base en argumentos y no pensar que validar estas acciones, esencialmente negativas, es una victoria de la sociedad.

Desgraciadamente en nuestro país y en el mundo vamos para atrás y este tipo de expresiones creo que fomentan aún más la descomposición, dentro del tejido social, que vive, en sí misma y a diario, las consecuencias de una idiosincrasia y una corrupción que puede terminar por destruirnos. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y twitter @vicente_aven

Hace unos días, miles de ingleses festejaron con gran júbilo el triunfo de su selección frente a los alemanes, las sonrisas se desbordaron totalmente; de igual manera, muchas personas también tuvieron expresiones semejantes al ser despenalizado el aborto en Hidalgo y frente a la declaración de la Suprema Corte respecto al consumo legal de la mariguana, sin embargo, estos hechos son totalmente diferentes y considero que algunos de ellos no deberían ser motivo alguno de un magnánimo festejo.

Recientemente nuestro máximo tribunal declaró inconstitucional la prohibición al uso lúdico de la mariguana, con lo cual se abre la puerta a una actividad sumamente polémica y sobre la cual hay un debate interminable.

Hay quienes se envuelven en la bandera de la libertad y señalan que el consumo de esta droga debe ser abierto, aludiendo a algunos argumentos que más bien son sofismas, especialmente en México. Ya en otros espacios he mencionado por qué no debe ser permitido el consumo de esta substancia en nuestro país, especialmente por dos cosas: la mariguana es la puerta que abre el consumo a otras drogas, además de que los cárteles buscarían otras actividades delictivas al ya no ser un gran negocio, pero más allá de esto, el conflicto radica en el nivel de madurez de la ciudadanía, juicio que se presta a un subjetivismo obvio, pero que en las estadísticas delincuenciales es inobjetable.

Son muchos los autores y ejemplos de personas que consumen alguna droga y tienen una trayectoria profesional exitosa y una vida personal responsable, pero vayamos a las realidades: estos sujetos son una muy pequeña mayoría. En un país donde el Covid, el VIH y los embarazos no deseados (primer lugar mundial), creo que es muy tonto pensar que la gente tendrá responsabilidad al consumir la hierba verde.

Vivimos en una sociedad que cree más en influencers, youtubers y brujos que en una vacuna, así que debemos aceptar que buena parte de los ciudadanos son manipulables y viven en la ignorancia, así que abrir la puerta al consumo de la mariguana es aumentar la problemática que de por sí es grave.

En el caso de Hidalgo, vimos campamentos afuera del Congreso de Hidalgo, en donde varias mujeres celebraron con un extremo júbilo la despenalización del aborto, como si se hubieran obtenido un grado doctoral con aval de Conacyt, o como si estuvieran en Times Square cuando Estados Unidos ganó la Segunda Guerra Mundial, cuando realmente creo que no hay algo grande que motive a estar alegres.

Está de sobra mencionar las formas de evitar un embarazo, lo cual es responsabilidad de dos, en igual medida, por lo que no hay que victimizar o criminalizar a alguna de las dos partes que intervienen en este proceso.

La legalización del aborto es la consecuencia social, en cuanto a una circunstancia no deseada, es decir, el embarazo, ya sea por descuido o abuso, a la cual hay que darle una solución que es el último “remedio” para algo que no se quiere, hecho que no creo que tenga motivos para sentirse orgulloso o pensar que es una victoria de esa misma sociedad.

Vivimos en un entorno que se precia mucho de las libertades y juicios que hacen los ciudadanos, es más, cada vez que salimos de un local comercial o usamos algún servicio se nos pide hacer una calificación, pero ¿quién nos califica a nosotros?

Desde hace milenios se ha establecido que la libertad solo puede existir en el marco de la responsabilidad, y ésta es lo menos que tenemos hoy en día, es entonces que el celebrar con bombo y platillo la posibilidad de consumir mariguana y matar a un feto legalmente creo que es algo equivocado. Debemos sentirnos orgullosos de terminar algún plan de estudios, de ser responsables en cuanto a nuestras obligaciones, de decir verdades con base en argumentos y no pensar que validar estas acciones, esencialmente negativas, es una victoria de la sociedad.

Desgraciadamente en nuestro país y en el mundo vamos para atrás y este tipo de expresiones creo que fomentan aún más la descomposición, dentro del tejido social, que vive, en sí misma y a diario, las consecuencias de una idiosincrasia y una corrupción que puede terminar por destruirnos. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y twitter @vicente_aven