/ sábado 27 de febrero de 2021

El valor de estudiar una buena licenciatura

Muchos de los problemas de nuestro país parten de una mala educación, o la simulación respecto a distintos programas. Muchos hablan de maestrías, doctorados o intercambios en el extranjero, pero no debemos olvidar que todo parte del primer grado académico profesional, el cual lamentablemente se ha banalizado o mercantilizado por algunas instituciones de educación superior.

El próximo 3 de marzo se conmemora la fundación de la Universidad Autónoma de Guadalajara, la primera casa de estudios privada del país en su tipo que hoy goza de un gran prestigio, representando una corriente de pensamiento en todo el país, cuya creación fue un parteaguas educativo que inspiró a la conformación de diversos centros de estudio que también hoy tienen fama y calidad innegables.

En anteriores ocasiones he señalado lo estéril que puede resultar la discusión respecto a determinar si son mejores las universidades públicas o las privadas, todo depende del grado, programa y desde luego la institución como tal.

Lo que es indubitable es la gran importancia que tiene estudiar una buena licenciatura, situación que se puede encontrar en algunos programas de instituciones dependientes del erario, pero tampoco podemos negar que las mejores opciones, después del bachillerato, las encontramos en las universidades privadas de prestigio.

El acudir joven, saliendo de la prepa, a un centro educativo de esta naturaleza, representa algo tan importante como tener una buena nutrición, ya que determina muchos aspectos de la vida futura.

No dudo que haya gente que alcance dinero y fama sin contar con una formación universitaria o que haya estudiado con posterioridad o de forma modesta, pero unos buenos años universitarios difícilmente se pueden compensar.

También hay que señalar que una buena formación cuesta mucho dinero, instituciones como la Ibero, el Tec o la Udla tienen colegiaturas caras y no accesibles a la mayoría, eso es una brecha socioeconómica que hay en todo el mundo, sin embargo, siempre puede haber un modo de planear y financiar los estudios. Además de esto, tenemos instituciones prestigiadas que cobran colegiaturas accesibles o simbólicas, pero cuyo rigor académico es alto y cuya permanencia es para quien demuestra ser estudioso, como es el caso de la Escuela Libre de Derecho, sita en la capital del país o el Colegio de México.

Hablemos de los factores que forjan una buena licenciatura, en un principio tenemos que hablar de una modalidad escolarizada y presencial, con esta se adquiere una disciplina y un estudio profundo de la profesión a desarrollar, hay que decir que lo aprendido en las aulas siempre será insuficiente para la vida real, así que el contenido debe ser el más extenso posible, lo cual se limita en las modalidades semiescolarizada, abierta o a distancia. Esta pandemia nos ha enseñado que las clases en línea, aun con todas las herramientas tecnológicas, no podrán substituir la calidad de lo visto en un aula, quizá a nivel posgrado pueden darse casos favorables, pero también tenemos a quien solo estudia una maestría o doctorado por una apariencia, sin tener un mínimo de cultura o amplitud de vida.

Otro aspecto importante es el referente a las relaciones que se adquieren, tanto con los compañeros como con los docentes, quienes son los que pueden prestar una gran ayuda en la vida profesional. No es un secreto que en nuestro país el compadrazgo o las amistades determinan muchas de las posiciones laborales.

Los equipos deportivos, la amplitud de un campus o el ambiente de fiesta también influye mucho, todas esas emociones que vive un veinteañero se recuerdan toda la vida, inclusive esto trasciende a la vida personal, ya que en muchas ocasiones la profesión determina el perfil de la pareja.

Las diferencias sociales no solo afectan gravemente al país, sino a los enamorados, ya que una disparidad cultural o económica dan lugar a grandes conflictos o al dominio de una sola de las partes, lo cual es contrario al imaginario actual de equidad de género.

Al final, la educación es un factor que incide en la felicidad y el éxito, no lo es todo, pero sí puede dar la visión y el conocimiento para poder consolidarse en la vida. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.

Muchos de los problemas de nuestro país parten de una mala educación, o la simulación respecto a distintos programas. Muchos hablan de maestrías, doctorados o intercambios en el extranjero, pero no debemos olvidar que todo parte del primer grado académico profesional, el cual lamentablemente se ha banalizado o mercantilizado por algunas instituciones de educación superior.

El próximo 3 de marzo se conmemora la fundación de la Universidad Autónoma de Guadalajara, la primera casa de estudios privada del país en su tipo que hoy goza de un gran prestigio, representando una corriente de pensamiento en todo el país, cuya creación fue un parteaguas educativo que inspiró a la conformación de diversos centros de estudio que también hoy tienen fama y calidad innegables.

En anteriores ocasiones he señalado lo estéril que puede resultar la discusión respecto a determinar si son mejores las universidades públicas o las privadas, todo depende del grado, programa y desde luego la institución como tal.

Lo que es indubitable es la gran importancia que tiene estudiar una buena licenciatura, situación que se puede encontrar en algunos programas de instituciones dependientes del erario, pero tampoco podemos negar que las mejores opciones, después del bachillerato, las encontramos en las universidades privadas de prestigio.

El acudir joven, saliendo de la prepa, a un centro educativo de esta naturaleza, representa algo tan importante como tener una buena nutrición, ya que determina muchos aspectos de la vida futura.

No dudo que haya gente que alcance dinero y fama sin contar con una formación universitaria o que haya estudiado con posterioridad o de forma modesta, pero unos buenos años universitarios difícilmente se pueden compensar.

También hay que señalar que una buena formación cuesta mucho dinero, instituciones como la Ibero, el Tec o la Udla tienen colegiaturas caras y no accesibles a la mayoría, eso es una brecha socioeconómica que hay en todo el mundo, sin embargo, siempre puede haber un modo de planear y financiar los estudios. Además de esto, tenemos instituciones prestigiadas que cobran colegiaturas accesibles o simbólicas, pero cuyo rigor académico es alto y cuya permanencia es para quien demuestra ser estudioso, como es el caso de la Escuela Libre de Derecho, sita en la capital del país o el Colegio de México.

Hablemos de los factores que forjan una buena licenciatura, en un principio tenemos que hablar de una modalidad escolarizada y presencial, con esta se adquiere una disciplina y un estudio profundo de la profesión a desarrollar, hay que decir que lo aprendido en las aulas siempre será insuficiente para la vida real, así que el contenido debe ser el más extenso posible, lo cual se limita en las modalidades semiescolarizada, abierta o a distancia. Esta pandemia nos ha enseñado que las clases en línea, aun con todas las herramientas tecnológicas, no podrán substituir la calidad de lo visto en un aula, quizá a nivel posgrado pueden darse casos favorables, pero también tenemos a quien solo estudia una maestría o doctorado por una apariencia, sin tener un mínimo de cultura o amplitud de vida.

Otro aspecto importante es el referente a las relaciones que se adquieren, tanto con los compañeros como con los docentes, quienes son los que pueden prestar una gran ayuda en la vida profesional. No es un secreto que en nuestro país el compadrazgo o las amistades determinan muchas de las posiciones laborales.

Los equipos deportivos, la amplitud de un campus o el ambiente de fiesta también influye mucho, todas esas emociones que vive un veinteañero se recuerdan toda la vida, inclusive esto trasciende a la vida personal, ya que en muchas ocasiones la profesión determina el perfil de la pareja.

Las diferencias sociales no solo afectan gravemente al país, sino a los enamorados, ya que una disparidad cultural o económica dan lugar a grandes conflictos o al dominio de una sola de las partes, lo cual es contrario al imaginario actual de equidad de género.

Al final, la educación es un factor que incide en la felicidad y el éxito, no lo es todo, pero sí puede dar la visión y el conocimiento para poder consolidarse en la vida. Hasta la próxima.

Dudas o comentarios: 22 25 64 75 05; vicente_leopoldo@hotmail.com; síganme en facebook por mi nombre y en twitter: @vicente_aven.