Los diputados locales del PAN no respaldarán a Francisco José Romero Serrano para que se convierta en titular de la Auditoría Superior del Estado (ASE), como quiere el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, Gabriel Biestro, por culpa del propio Francisco José Romero Serrano.
Me explico.
Además de la animadversión natural que los blanquiazules puedan tener ahora en contra de todo lo que emane de Morena y la 4T, fue el mismo candidato a auditor quien se encargó de machacar la imagen que los panistas apostados en el Congreso tenían de él, confrontándose de manera innecesaria con la coordinadora de la bancada de ese partido el día de su comparecencia.
En medio del diálogo de auscultación que el aspirante sostuvo con los diputados integrantes de la junta de gobierno, en un encuentro obligado por el proceso establecido en la convocatoria para la designación del nuevo responsable de la ASE, Romero Serrano mostró una personalidad intolerante que les prendió la alarma a los panistas.
En el intercambio de preguntas y respuestas, Mónica Rodríguez Della Vecchia le cuestionó si era cierto que había sido expulsado del Colegio de Contadores Públicos del Estado de Puebla, del que fue presidente, como se manejaba en algunos medios, y por qué motivos había ocurrido eso, en caso de que la versión fuese correcta.
Romero Serrano, molesto, contestó con palabras que la panista tomó como una agresión y así se lo hizo saber después a sus compañeros de partido.
El aspirante respondió a Mónica Rodríguez que sabía que lo iba a atacar en la comparecencia pero que él tenía bien claro que actuaba así por miedo, porque estaba nerviosa al saber por anticipado que una vez llegado a la Auditoría Superior le iba a revisar sus cuentas a ella y al PAN.
El intercambio discursivo, que fue asumido como una amenaza muy clara, no fue del agrado de la legisladora ni de sus dirigentes, quienes a partir de ahí se pusieron como objetivo vetar el arribo de este personaje al cargo que ocupó durante siete años David Villanueva Lomelí.
Hasta ayer por la tarde en el Comité Directivo Estatal no decidían si darían su apoyo a alguno de los otros dos candidatos contenidos en la terna: Juan Carlos Díaz Carranza y Salvador Sánchez Ruanova, pero sí estaban seguros de que no transitarían con Romero Serrano.
Biestro, por su parte, que representa los intereses y los deseos del nuevo grupo en el poder, tiene el reto de conseguir al menos 27 de los 41 votos disponibles en el Congreso para lograr las dos terceras partes que exige la ley, y de ese modo ungir sin contratiempos a su ‘gallo’.
A la negativa del PAN para sumarse a Romero Serrano habrá que incluir, muy probablemente, los votos en contra de José Juan Espinosa, Héctor Alonso Granados y en una de esas hasta de los priistas Rocío García Olmedo, Nibardo Hernández, Javier Casique Zárate y Josefina García. Agregue a Armando García Avendaño, del PRD, y Carlos Morales, de Movimiento Ciudadano.
Será una votación dividida la de esta tarde.
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