/ jueves 26 de marzo de 2020

El virus de la 4T y la desinformación

Altamente contagiosa resulta la visión simplista y relajada del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la pandemia del Covid-19 que está azotando a todo el mundo pero que con sus palabras pretende minimizar la inminente crisis sanitaria que se avecina.

El presidente de México, está visto, conserva altos índices de popularidad y la aceptación a sus decisiones en, por lo menos uno de cada dos mexicanos, lo debería de obligar a emitir declaraciones más responsables sobre los riesgos del coronavirus.

No somos un pueblo proveniente de una raza especial como para pensar que lo que se vio en China, se ve en Italia o España y se comienza a perfilar en Estados Unidos no llegue a nuestro país.

Y lo delicado del asunto es que se comience a aterrizar un mensaje clasista, de odio entre los ricos malvados que por su situación privilegiada pueden viajar a otros países y que por ello traen la enfermedad al pueblo bueno y pobre.

Esos discursos pudieran lastimar más a la ya de por sí polarizada sociedad que en parte mantiene alimentado un encono auspiciado por la repetición de que hay una sociedad dividida, con empresarios, conservadores y miembros de la derecha buscando lastimar al gobierno y su séquito de feligreses.

Bajo este contexto maniqueo de la realidad, se enmarcan las declaraciones del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, en las que insiste su visión de encuadrar en un asunto de clases sociales un tema que tiene que ver inminentemente con políticas de salud pública.

El mandatario estatal usa un mensaje que, si es procesado, tal cuál por aquellos seguidores de la Cuarta Transformación, pudiera distorsionar el riesgo y alejarlos de la atención a las múltiples recomendaciones preventivas que existen para afrontar la pandemia.

Tal vez por eso su equipo de comunicación optó por borrar de su cuenta oficial de Facebook el desliz del mandatario de la transmisión que se hace día con día.

Si el propio gobernador apeló ayer a que la gente no esté utilizando las aplicaciones, página de internet y número telefónico dispuestos para atender inquietudes sobre el coronavirus, debería replantear sus palabras que en el mejor de los casos pudo ser un intento de broma ante los representantes de los medios de comunicación.

Ya en otra ocasión, durante un acto oficial para a entrega de obras de rehabilitación de la unidad deportiva del municipio de Ajalpan soltó otra de sus frases. “Me dijeron que la vacuna que ya se diseñó en contra del coronavirus es un plato de mole de guajolote”, expresó ante unos asistentes que le respondieron con risas.

Si los pronósticos más conservadores hablan de que el 70 por ciento de los mexicanos se verán infectados por el coronavirus y frente a las experiencias de colapso hospitalario de los países que se ven afectados el día de hoy, bien valdría la pena que tuviéramos autoridades, cabezas de grupo, que empaten sus estrategias a lo que muy seguramente, especialistas y profesionales de la salud están realizando a ras de suelo y las más de las veces sin el equipamiento necesario.

Hasta la próxima.

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

@elsalvadorrios

Altamente contagiosa resulta la visión simplista y relajada del presidente Andrés Manuel López Obrador sobre la pandemia del Covid-19 que está azotando a todo el mundo pero que con sus palabras pretende minimizar la inminente crisis sanitaria que se avecina.

El presidente de México, está visto, conserva altos índices de popularidad y la aceptación a sus decisiones en, por lo menos uno de cada dos mexicanos, lo debería de obligar a emitir declaraciones más responsables sobre los riesgos del coronavirus.

No somos un pueblo proveniente de una raza especial como para pensar que lo que se vio en China, se ve en Italia o España y se comienza a perfilar en Estados Unidos no llegue a nuestro país.

Y lo delicado del asunto es que se comience a aterrizar un mensaje clasista, de odio entre los ricos malvados que por su situación privilegiada pueden viajar a otros países y que por ello traen la enfermedad al pueblo bueno y pobre.

Esos discursos pudieran lastimar más a la ya de por sí polarizada sociedad que en parte mantiene alimentado un encono auspiciado por la repetición de que hay una sociedad dividida, con empresarios, conservadores y miembros de la derecha buscando lastimar al gobierno y su séquito de feligreses.

Bajo este contexto maniqueo de la realidad, se enmarcan las declaraciones del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta, en las que insiste su visión de encuadrar en un asunto de clases sociales un tema que tiene que ver inminentemente con políticas de salud pública.

El mandatario estatal usa un mensaje que, si es procesado, tal cuál por aquellos seguidores de la Cuarta Transformación, pudiera distorsionar el riesgo y alejarlos de la atención a las múltiples recomendaciones preventivas que existen para afrontar la pandemia.

Tal vez por eso su equipo de comunicación optó por borrar de su cuenta oficial de Facebook el desliz del mandatario de la transmisión que se hace día con día.

Si el propio gobernador apeló ayer a que la gente no esté utilizando las aplicaciones, página de internet y número telefónico dispuestos para atender inquietudes sobre el coronavirus, debería replantear sus palabras que en el mejor de los casos pudo ser un intento de broma ante los representantes de los medios de comunicación.

Ya en otra ocasión, durante un acto oficial para a entrega de obras de rehabilitación de la unidad deportiva del municipio de Ajalpan soltó otra de sus frases. “Me dijeron que la vacuna que ya se diseñó en contra del coronavirus es un plato de mole de guajolote”, expresó ante unos asistentes que le respondieron con risas.

Si los pronósticos más conservadores hablan de que el 70 por ciento de los mexicanos se verán infectados por el coronavirus y frente a las experiencias de colapso hospitalario de los países que se ven afectados el día de hoy, bien valdría la pena que tuviéramos autoridades, cabezas de grupo, que empaten sus estrategias a lo que muy seguramente, especialistas y profesionales de la salud están realizando a ras de suelo y las más de las veces sin el equipamiento necesario.

Hasta la próxima.

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

@elsalvadorrios