/ viernes 21 de mayo de 2021

Elecciones sangrientas

Las del 6 de junio de 2021, pasarán a la historia de México como unas elecciones enmarcadas por la violencia política en la que están involucrados los intereses de los partidos y sus militantes y los de los criminales, juntos o cada uno por su lado, pero todos participan en la lucha por el poder.

Dirimir las diferencias políticas con armas y asesinatos es la peor forma de hacer política, la cual debe asumir diferencias y construir consensos.

Son las elecciones el método para que las mayorías elijan el rumbo, como sucedió en 2018 cuando millones de mexicanos llevaron a la presidencia de la República y al Congreso el proyecto de Andrés Manuel López Obrador.

En 2021 está a prueba la voluntad de los mexicanos y el país que quieren.

En ese contexto, se dieron hechos lamentables en la Sierra Norte de Puebla la tarde del miércoles pasado, el gobernador Miguel Barbosa Huerta señaló que se trató de un conflicto de narcomenudistas, aunque las protestas continuaron ayer y tuvo que llegar el Ejército y el subsecretario de Gobernación, Ardelio Vargas, para evitar más confrontaciones.

Mi compañero Heriberto Hernández publicó ayer jueves en El Sol de Puebla:

“Una patrulla quemada, decenas de vidrios quebrados y demás disturbios en el edificio de la Presidencia Municipal de Pahuatlán fue el resultado de la reacción de habitantes indígenas de San Pablito y Xochimilco tras el asesinato de cuatro personas que ´hablaban de política´ la mañana de este miércoles 19 de mayo.

“Los hechos se registraron cuando un grupo de al menos cuatro personas dialogaban sobre política en un establecimiento de reparación de llantas, lugar al que arribaron otras personas, al parecer contrarios políticos, y tras iniciar una discusión, uno de los que acaban de llegar abrió fuego contra ellos, dejando a tres fallecidos en el lugar, mientras que el cuarto perdió la vida camino a un hospital de la Sierra Norte”.

No es un secreto que la comunidad otomí no acepta las imposiciones de las actuales autoridades que buscan mantenerse en el gobierno municipal de Pahuatlán. La polarización política es real, más allá si fue la causa de la agresión, los hechos ocurrieron en ese contexto.

Resulta que, tras el homicidio, un grupo de la junta auxiliar de San Pablito, de origen otomí, se amotinaron en el centro de Pahuatlán. Con piedras y palos vandalizaron la fachada de la presidencia.

“También volcaron una patrulla municipal y conforme fueron pasando los minutos la incendiaron, mientras hombres y mujeres se plantaron con pancartas en las afueras de la alcaldía exigiendo justicia para sus vecinos ultimados.

“Recriminaron a la presidenta municipal, Guadalupe Ramírez Aparicio, que no haya reaccionado enviando a la policía municipal al lugar del homicidio para asegurar al o los culpables, también llegaron tarde elementos de la Policía Estatal y después se incorporaron elementos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano.

“Los inconformes rechazaron un diálogo con autoridades policiacas y pidieron llamar a la Secretaría de Gobernación del estado y personal de la Secretaría de Gobernación federal con el fin de asegurar que se haga justicia”.

Ayer jueves, la comunidad se Pahuatlán se inconformó porque destruyeron sus comercios y negocios. El ambiente obligó a que llegaran más elementos del Ejército y que autoridades estatales intervengan, pero el conflicto político es real.

Los indígenas otomíes no aceptan más lo que consideran una imposición desde la presidencia municipal y por eso su rabia por el homicidio de sus compañeros y responsabilizan de los hechos a la presidenta y a su esposo, caciques de Pahuatlán desde los tiempos de Moreno Valle.

Las elecciones se siguen calentando y la sangre empieza a llegar al río.

De las anécdotas que se cuentan

Algo debe saber Claudia Rivera Vivanco, cuando afirma que no la intimidan con las amenazas de que, gane o pierda las elecciones del 6 de junio, pisará la cárcel.

Quienes no la conocen, no saben que con esas advertencias sólo la fortalecen y va con todo por lo que quiere: el poder.

Por su edad y ahora trayectoria desea ser presidenta municipal una vez más y después, en 2024, candidata a gobernadora o por lo menos senadora.

Por supuesto, todo por Morena y con AMLO, al tiempo.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto

Las del 6 de junio de 2021, pasarán a la historia de México como unas elecciones enmarcadas por la violencia política en la que están involucrados los intereses de los partidos y sus militantes y los de los criminales, juntos o cada uno por su lado, pero todos participan en la lucha por el poder.

Dirimir las diferencias políticas con armas y asesinatos es la peor forma de hacer política, la cual debe asumir diferencias y construir consensos.

Son las elecciones el método para que las mayorías elijan el rumbo, como sucedió en 2018 cuando millones de mexicanos llevaron a la presidencia de la República y al Congreso el proyecto de Andrés Manuel López Obrador.

En 2021 está a prueba la voluntad de los mexicanos y el país que quieren.

En ese contexto, se dieron hechos lamentables en la Sierra Norte de Puebla la tarde del miércoles pasado, el gobernador Miguel Barbosa Huerta señaló que se trató de un conflicto de narcomenudistas, aunque las protestas continuaron ayer y tuvo que llegar el Ejército y el subsecretario de Gobernación, Ardelio Vargas, para evitar más confrontaciones.

Mi compañero Heriberto Hernández publicó ayer jueves en El Sol de Puebla:

“Una patrulla quemada, decenas de vidrios quebrados y demás disturbios en el edificio de la Presidencia Municipal de Pahuatlán fue el resultado de la reacción de habitantes indígenas de San Pablito y Xochimilco tras el asesinato de cuatro personas que ´hablaban de política´ la mañana de este miércoles 19 de mayo.

“Los hechos se registraron cuando un grupo de al menos cuatro personas dialogaban sobre política en un establecimiento de reparación de llantas, lugar al que arribaron otras personas, al parecer contrarios políticos, y tras iniciar una discusión, uno de los que acaban de llegar abrió fuego contra ellos, dejando a tres fallecidos en el lugar, mientras que el cuarto perdió la vida camino a un hospital de la Sierra Norte”.

No es un secreto que la comunidad otomí no acepta las imposiciones de las actuales autoridades que buscan mantenerse en el gobierno municipal de Pahuatlán. La polarización política es real, más allá si fue la causa de la agresión, los hechos ocurrieron en ese contexto.

Resulta que, tras el homicidio, un grupo de la junta auxiliar de San Pablito, de origen otomí, se amotinaron en el centro de Pahuatlán. Con piedras y palos vandalizaron la fachada de la presidencia.

“También volcaron una patrulla municipal y conforme fueron pasando los minutos la incendiaron, mientras hombres y mujeres se plantaron con pancartas en las afueras de la alcaldía exigiendo justicia para sus vecinos ultimados.

“Recriminaron a la presidenta municipal, Guadalupe Ramírez Aparicio, que no haya reaccionado enviando a la policía municipal al lugar del homicidio para asegurar al o los culpables, también llegaron tarde elementos de la Policía Estatal y después se incorporaron elementos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano.

“Los inconformes rechazaron un diálogo con autoridades policiacas y pidieron llamar a la Secretaría de Gobernación del estado y personal de la Secretaría de Gobernación federal con el fin de asegurar que se haga justicia”.

Ayer jueves, la comunidad se Pahuatlán se inconformó porque destruyeron sus comercios y negocios. El ambiente obligó a que llegaran más elementos del Ejército y que autoridades estatales intervengan, pero el conflicto político es real.

Los indígenas otomíes no aceptan más lo que consideran una imposición desde la presidencia municipal y por eso su rabia por el homicidio de sus compañeros y responsabilizan de los hechos a la presidenta y a su esposo, caciques de Pahuatlán desde los tiempos de Moreno Valle.

Las elecciones se siguen calentando y la sangre empieza a llegar al río.

De las anécdotas que se cuentan

Algo debe saber Claudia Rivera Vivanco, cuando afirma que no la intimidan con las amenazas de que, gane o pierda las elecciones del 6 de junio, pisará la cárcel.

Quienes no la conocen, no saben que con esas advertencias sólo la fortalecen y va con todo por lo que quiere: el poder.

Por su edad y ahora trayectoria desea ser presidenta municipal una vez más y después, en 2024, candidata a gobernadora o por lo menos senadora.

Por supuesto, todo por Morena y con AMLO, al tiempo.

fcrisanto00@yahoo.com.mx

Twitter @fercrisanto

Facebook: Fernando Alberto Crisanto