/ miércoles 5 de junio de 2019

En el PAN esperaban migajas y por eso no le entraron

Los primeros sorprendidos con los resultados electorales del pasado domingo fueron los propios “liderazgos” panistas, aquellos que le apostaban a la supervivencia política, pero nunca a dar verdaderamente la batalla electoral.

Si bien el Partido Acción Nacional (PAN) puede celebrar que fue el instituto político con mayor número de votos tras los comicios del pasado domingo, debe reflexionar sobre los factores que motivaron esta conducta electoral pues sería absurdo pensar que la marca por sí sola fue determinante para llegar a los 414 mil 356 votos, 23,551 más que Morena.

Tres elementos que jugaron en favor de los azules fue que tuvieron un candidato (Enrique Cárdenas Sánchez) que despertó confianza entre los pocos que decidieron salir a las urnas; que el ejercicio del poder a nivel nacional, con Andrés Manuel López Obrador, y en los municipios que gobierna Morena comienza a desgastar las expectativas hacia la llamada cuarta transformación; o que simplemente fue receptor de los sufragios de aquellos que no vieron en el candidato Luis Miguel Barbosa un prospecto aceptable para gobernar.

A la hora de hacer las evaluaciones, pocos son los que salen bien librados ante el Comité Ejecutivo Nacional panista. La simulación, dicen, fue la constante.

Al inicio del nuevo proceso electoral, la primera medición que hicieron le daba cuando mucho 15 puntos de preferencias al PAN. A más de uno se le escuchó decir que para qué le iban a entrar a la contienda si iban a perder. Mario Riestra Piña fue uno de ellos y a quien durante tres cuartas partes de la campaña se le vio alejado.

Jorge Aguilar Chedraui, que inició como coordinador panista de la campaña de Cárdenas y que apenas duró unos días en la encomienda por discrepancias con Gabriel Hinojosa, se alejó de la operación electoral, apostó por la idea del fracaso y aunque colocó algunas bardas, fue hasta el día domingo cuando comenzaron a fluir los buenos números en la capital poblana, le despertó el ánimo por salir a la calle a “impulsar” el triunfo.

Eduardo Rivera Pérez, expresidente municipal de Puebla, no es un caso distinto, también se mostró distante de la campaña e incluso hay panistas que lo vieron en un doble juego al mandar algunos coordinadores al PAN y a otros hacia el equipo de Enrique Cárdenas.

La sospecha es que el también excandidato a edil y líder yunquista pretende fortalecer a la asociación “Sumando por Puebla” de Gabriel Hinojosa en su intento de convertirse en partido político y desde ahí operar su proyecto político.

***

En el cuarto de guerra del PAN se estableció un acuerdo con todas las corrientes internas con el fin de distribuir las coordinaciones electorales y a falta de dineros para premiar a quienes dieran buenos resultados, con la venia de Marko Cortés y Hèctor Larios, se les prometió que serían candidatos a diputados federales, locales o a presidentes municipales, según fuera el caso de su asignación.

Bajo este supuesto, el diputado local Oswaldo Jiménez López estaría amarrando la posición para convertirse en el candidato a la alcaldía en el año 2021 mientras que en San Andrés Cholula el beneficiado sería David Cuautli y en San Pedro Cholula Jorge Gómez Carranco, tras las victorias, al menos numéricas, alcanzadas.

Así las cosas, en el PAN que busca aprovechar el respiro que le dieron los número que ni ellos mismos se esperaban.

Hasta la próxima.

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

Twitter: @elsalvadorrios

Los primeros sorprendidos con los resultados electorales del pasado domingo fueron los propios “liderazgos” panistas, aquellos que le apostaban a la supervivencia política, pero nunca a dar verdaderamente la batalla electoral.

Si bien el Partido Acción Nacional (PAN) puede celebrar que fue el instituto político con mayor número de votos tras los comicios del pasado domingo, debe reflexionar sobre los factores que motivaron esta conducta electoral pues sería absurdo pensar que la marca por sí sola fue determinante para llegar a los 414 mil 356 votos, 23,551 más que Morena.

Tres elementos que jugaron en favor de los azules fue que tuvieron un candidato (Enrique Cárdenas Sánchez) que despertó confianza entre los pocos que decidieron salir a las urnas; que el ejercicio del poder a nivel nacional, con Andrés Manuel López Obrador, y en los municipios que gobierna Morena comienza a desgastar las expectativas hacia la llamada cuarta transformación; o que simplemente fue receptor de los sufragios de aquellos que no vieron en el candidato Luis Miguel Barbosa un prospecto aceptable para gobernar.

A la hora de hacer las evaluaciones, pocos son los que salen bien librados ante el Comité Ejecutivo Nacional panista. La simulación, dicen, fue la constante.

Al inicio del nuevo proceso electoral, la primera medición que hicieron le daba cuando mucho 15 puntos de preferencias al PAN. A más de uno se le escuchó decir que para qué le iban a entrar a la contienda si iban a perder. Mario Riestra Piña fue uno de ellos y a quien durante tres cuartas partes de la campaña se le vio alejado.

Jorge Aguilar Chedraui, que inició como coordinador panista de la campaña de Cárdenas y que apenas duró unos días en la encomienda por discrepancias con Gabriel Hinojosa, se alejó de la operación electoral, apostó por la idea del fracaso y aunque colocó algunas bardas, fue hasta el día domingo cuando comenzaron a fluir los buenos números en la capital poblana, le despertó el ánimo por salir a la calle a “impulsar” el triunfo.

Eduardo Rivera Pérez, expresidente municipal de Puebla, no es un caso distinto, también se mostró distante de la campaña e incluso hay panistas que lo vieron en un doble juego al mandar algunos coordinadores al PAN y a otros hacia el equipo de Enrique Cárdenas.

La sospecha es que el también excandidato a edil y líder yunquista pretende fortalecer a la asociación “Sumando por Puebla” de Gabriel Hinojosa en su intento de convertirse en partido político y desde ahí operar su proyecto político.

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En el cuarto de guerra del PAN se estableció un acuerdo con todas las corrientes internas con el fin de distribuir las coordinaciones electorales y a falta de dineros para premiar a quienes dieran buenos resultados, con la venia de Marko Cortés y Hèctor Larios, se les prometió que serían candidatos a diputados federales, locales o a presidentes municipales, según fuera el caso de su asignación.

Bajo este supuesto, el diputado local Oswaldo Jiménez López estaría amarrando la posición para convertirse en el candidato a la alcaldía en el año 2021 mientras que en San Andrés Cholula el beneficiado sería David Cuautli y en San Pedro Cholula Jorge Gómez Carranco, tras las victorias, al menos numéricas, alcanzadas.

Así las cosas, en el PAN que busca aprovechar el respiro que le dieron los número que ni ellos mismos se esperaban.

Hasta la próxima.

salvador_rios@elsoldepuebla.com.mx

Twitter: @elsalvadorrios