Al final no fueron 21, sino 27 los políticos, 17 hombres y 10 mujeres, que se registraron para definir eso que Morena llama “coordinador estatal de los comités de defensa de la cuarta transformación” en Puebla.
La gran mayoría de los supuestos aspirantes son de relleno y ellos mismos lo saben bien, toda vez que no tienen ninguna posibilidad de acceder a la posición que aseguran buscar y no hicieron ningún trabajo político previo para más o menos ser conocidos entre la población en general.
Lo bueno es que la dirigencia nacional de este partido decidió hacer una primera encuesta de reconocimiento, para quitar a los peores y dejar en la fase final solo a ocho, de los cuales, como se ha repetido hasta el cansancio, cuatro emanarán de la sesión del Consejo Estatal que se llevará a cabo el sábado.
Así es la democracia, expresarán los defensores del proceso, en donde cualquiera con deseos de participar para ser gobernador del estado puede registrarse y tener derecho a una primera ronda eliminatoria.
La realidad es que no se trata de ninguna democracia, sino de una simulación en la que muy posiblemente, a estas alturas de la contienda, ya se sepa quién ganará.
Por lo menos en Palacio Nacional.
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Hoy que se conmemora el Día de Acción Global por la Despenalización del Aborto y que varios grupos de mujeres activistas irán a la puerta de acceso principal al Congreso del estado para reclamar la omisión del Poder Legislativo para avanzar en este tema, es un buen momento para que los diputados reflexionen el papel histórico que les tocó vivir y al cual no han respondido como debían.
En la congeladora legislativa descansan al menos cinco propuestas de diputadas mujeres que desde 2018 a la fecha han intentado meter el tema en la discusión, pero no han podido conseguirlo.
Las activistas reprochan, y con razón, que las últimas dos legislaturas generaron expectativas importantes por estar dominadas por Morena, un partido político presuntamente progresista, que no ha estado a la altura de las circunstancias y ni siquiera ha sido congruente con sus presuntos principios ideológicos.
El llamado a la acción es para Eduardo Castillo López, el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política que, si tuviera voluntad y comprendiera la importancia histórica, le entraría al torno por los cuernos, sin temor a las reacciones.
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¿Qué le sucedió al presidente municipal Eduardo Rivera Pérez que no estuvo presente en la celebración del ayuntamiento de Puebla por el Día Mundial del Turismo?
Esa pregunta se la hicieron ayer varios de los empresarios asistentes al acto público, sorprendidos por la ausencia del edil.
La realidad es que no le ocurrió nada malo ni se trató de un desdén a los hombres y las mujeres de negocios que ahí estuvieron.
En representación de Rivera Pérez llegó el gerente de la ciudad Adán Domínguez Sánchez, lo que puede dar la explicación más cercana a la verdad.
Domínguez Sánchez lleva representando a su jefe en varios actos públicos, por lo que parece que su jefe el alcalde lo está preparando para la labor que realizará una vez que éste solicite licencia para competir por el gobierno del estado en la elección que se avecina.
No hay otro tipo de interpretaciones.
El gerente está en fase de fogueo para ser el presidente municipal interino mientras se resuelve el futuro político de Eduardo Rivera.
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Desde el Centro de Atención al Visitante, ubicado en el Portal Hidalgo, donde el gobierno municipal de Puebla conmemoró el día del turismo, ocurrió un predestape.
El secretario de Economía y Turismo del ayuntamiento, Alejandro Cañedo Priesca, dijo que no descarta la posibilidad de participar en el proceso electoral del 2024, aunque aclaró que no está listo para competir por la alcaldía.
Eso significa que Cañedo podría ser candidato a diputado local o federal en la elección que se avecina, lo cual es una buena noticia para el sector económico y empresarial de la ciudad de Puebla, que siempre ha visto en este servidor público un modelo de alta eficiencia en el trabajo y honradez, cualidades que, por desgracia, muy pocos funcionarios tienen.
