Cardiaca, emocionante y rica en lecturas y conclusiones finales resultó la definición del precandidato a gobernador de Puebla en Morena o, como le llaman en ese partido político, del coordinador estatal de los comités de defensa de la 4T, que recayó en la persona del senador Alejandro Armenta Mier, el sábado pasado, cerca de las 4 de la mañana.
La más importante de ellas tiene que ver con el propio ganador.
Sin querer, el presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena callaron todas las especulaciones que aseguraban que la decisión iba a ser motivada más por los afectos personales del mandatario que por la competitividad.
Al final fue la competitividad la que se impuso, como demostró el hecho de que fuese Alejandro Armenta el ganador.
El senador de Morena fue siempre puntero en las encuestas y mediciones de intención de voto que se hicieron por distintas vías y a través de diferentes empresas durante todo el año, antes de llegar al día del anuncio oficial establecido por la Comisión Nacional de Elecciones de Morena.
La virtual postulación de Alejandro Armenta ratifica el deseo del partido en el poder de competir con sus mejores cuadros en la elección que se avecina.
Sin emplear más variables que las marcadas en las reglas de participación del partido, este eligió a su próximo candidato a gobernador y mostró los argumentos estadísticos en público, para que no quedara ninguna duda.
Si bien la paridad de género puso en duda por algunas horas del viernes la postulación de Armenta, dado que Claudia Rivera Vivaco aparecía como la mujer mejor posicionada entre las contendientes femeninas, el cruce final le favoreció, confirmando que Morena, como expone en el discurso oficial, apostaba por el favorito de los ciudadanos.
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Otra lectura relevante de lo ocurrido el fin de semana está directamente relacionada con la oposición, liderada por el PAN.
El autodenominado Frente Amplio por Puebla y su virtual candidato a gobernador, Eduardo Rivera Pérez, ya saben quién será el oponente al que enfrentarán y saben también que se trata del más fuerte de los que competían en Morena.
Tener clara la identidad del rival les permitirá delinear mejor sus estrategias y conocer por anticipado el nivel de la disputa que protagonizarán.
Armenta era el escenario más difícil y ese es el que finalmente habrá.
“¿Se mantendrá Eduardo Rivera como candidato a gobernador ante las complejidades que arroja tener enfrente al todavía senador o dirá que siempre no?”, es una pregunta que se hicieron los observadores durante el fin de semana.
No hay que especular tratando de adivinar lo que piensa el presidente municipal de Puebla.
Seguramente hoy responderá con sus propias palabras, una vez que los reporteros de la fuente municipal tengan la oportunidad de hacerle ese recurrente cuestionamiento.
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El gobernador Sergio Salomón Céspedes es uno de los personajes centrales en este proceso de sucesión, que tuvo en la madrugada del sábado uno de los episodios de mayor expectación y relevancia.
Una vez conocido el resultado de la encuesta de Morena, el mandatario le deseó al senador el mejor de los éxitos y pidió que bajo su liderazgo haya unidad.
“En las últimas horas, en un proceso abierto, democrático y transparente, el pueblo decidió que el senador Alejandro Armenta sea quien encabece los esfuerzos en nuestro estado para que la transformación continúe. Le deseo el mejor de los éxitos, estoy seguro que, bajo su liderazgo y la unidad de todas y todos los poblanos, seremos referentes nacionales para que nuestro movimiento se consolide y que la doctora Claudia Sheinbaum llegue a la Presidencia”, expuso en un mensaje público.
El viernes, en las horas previas a la definición del precandidato, difundió otro mensaje para llamar a la unidad a todos los militantes y participantes del proceso, especialmente a quienes no resultaran beneficiados con el resultado.
Salomón Céspedes ha sido hasta ahora un factor de unidad y cohesión política en el estado.