En el contexto electoral que atraviesa la entidad poblana cobra singular importancia el papel que asumirán este día las fracciones del PAN y el PRI en el Congreso del estado, cuando les toque emitir una posición pública en torno al primer año de gobierno de Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien llegará al inmueble del centro histórico en punto de las 9:00 horas para rendir su informe.
PAN y PRI son cabeza del bloque opositor que enfrentará en las urnas a Morena y sus partidos aliados en la jornada electoral del 2 de junio del próximo año, y Céspedes Peregrina es representante y máximo líder de la 4T en el estado, por lo que las circunstancias obligan a esos dos institutos políticos a comportarse como lo que oficialmente son: opositores del régimen.
¿Lo harán?
Ayer por la tarde había consenso entre los nueve diputados que conforman la fracción parlamentaria del blanquiazul, bajo la coordinación de Rafael Micalco Méndez.
Todos ellos estaban de acuerdo en mostrarse críticos con el gobierno de Salomón.
Habían convenido reconocerle los logros, pero también señalar los pendientes y subrayar una que otra de las deficiencias que, consideran, existen en la actual administración, pero tenían claro que no podían mostrarse condescendientes con quien será parte trascendente del grupo político con el que van a competir.
La idea era mostrarse críticos, pero sin romper lazos de comunicación, sin ser estridentes ni irrespetuosos.
En el PRI la cosa era distinta.
Un grupo, ya imagina usted, comandado por Jorge Estefan Chidiac, se oponía rotundamente a mostrar cualquier indicio de agravio al gobernador, mientras que otro, encabezado por Néstor Camarillo Medina, pedía permitirse la crítica propositiva para mostrar al PRI congruente con el papel que desempeñará en los comicios que se avecinan.
La verdad es que al tricolor y a la coalición de la que formará parte les vendría pintar su raya política con Morena, de una vez.
Como argumenta la corriente que respalda a Camarillo, no hace falta romper con el gobernador para mostrar cierto nivel de crítica (y simular ante los electores).
Mal hará la fracción en ponerse más lisonjera y aduladora que, por ejemplo, los diputados de Morena y el PT.
Después de todo, el mandatario no lo necesita.
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Tres semanas atrás, el jueves 23 de noviembre, en esta columna se dio a conocer que la candidatura al senado en primera fórmula del bloque opositor se disputaba aún entre Jorge Estefan Chidiac y Blanca Alcalá Ruiz.
Esa vez se informó que, contrario a lo que se pensaba entre los integrantes de la clase política, el coordinador de los diputados locales del PRI no tenía la candidatura en la bolsa, y que ésta podía recaer en manos de la legisladora federal.
Hoy las condiciones son sólo medianamente parecidas a las de entonces.
Estefan sigue con pie y medio fuera de la postulación, pero Alcalá ha perdido todas las posibilidades de ser la beneficiada.
Un acontecimiento del pasado reciente sirve para saber por qué la expresidenta municipal de Puebla quedó fuera de ese escenario:
En el verano de 2022, cuando Alejandro Moreno Cárdenas enfrentó una crisis política que estuvo a punto de echarlo de la dirigencia y del partido, Alcalá se alió con Rubén Moreira Valdez en la intentona del coordinador de los diputados federales del PRI para quedarse con el CEN, una vez que se concretara la presunta inminente caída de “Alito”.
Como se sabe, Moreno Cárdenas sobrevivió a ese episodio y fue ratificado como presidente nacional del tricolor.
Allá en el inmueble de Insurgentes Norte cuentan que el dirigente suele recordar esos detalles y ponerlos sobre la mesa para tomar decisiones en acontecimientos importantes como el actual: la designación de candidaturas.
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Si Estefan y Alcalá no son postulados al senado en la posición que le corresponde al PRI, tendrá que haber una tercera vía. Aquí encaja el dato publicado el miércoles por el periodista Arturo Luna Silva en el portal pueblaonline.
Sin ellos dos en puja, la puerta se abre para el presidente del Comité Directivo Estatal del partido, Néstor Camarillo Medina.
Pero también se puede abrir para Nadia Navarro Acevedo.
No debe ser casual que, después de que el PSI anunció su adhesión a la alianza opositora, la legisladora federal, emanada de este partido político pero integrante de la bancada del PAN hasta el martes pasado, se trasladó ayer a la fracción del PRI, como ella misma dijo, para buscar la reelección a través del tricolor como candidata en primera fórmula.
Su papá, presidente de PSI, Carlos Navarro Corro, debió negociar esa candidatura a cambio de su firma en la coalición.