Como anillo al dedo parece que cayó la resolución de la jueza Angélica del Carmen Orduño Suárez de liberar al exgobernador de Puebla Mario Marín Torres al discurso del presidente Andrés Manuel López Obrador para respaldar su Reforma Judicial.
La magistrada juzgó que el delito de tortura contra la periodista Lydia Cacho, por el que se investiga al poblano, no amerita prisión preventiva oficiosa.
Y, así es, el presidente habló del tema en su mañanera del día de ayer y arremetió contra el Poder Judicial haciendo referencia al “clásico sabadazo”, que en pasadas ocasiones ha ejemplificado como las decisiones que toman los magistrados la tarde o noche del viernes como presunta muestra de su práctica deshonesta.
Con este caso, Obrador sumó un ejemplo más al por qué busca hacer una limpia en dicho poder y que sea “el pueblo bueno y sabio” quien elija a los perfiles de jueces y magistrados.
Y así, con el “Gober Precioso” en su casa, ni cómo ayudar a los impartidores de justicia a cambiar la narrativa del presidente.
Por cierto… para no perder la costumbre, AMLO también usó el tema para embarrar a Felipe Calderón al referir que el expresidente protegió al exmandatario poblano porque ayudó al fraude electoral de 2006. Ya saben, Obrador no perdona y mucho menos olvida.
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El futuro político del gobernador Sergio Salomón Céspedes Peregrina parece estar asegurado una vez que concluya este atípico sexenio que le toca cerrar el próximo 14 de diciembre.
De la mano de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el morenista parece que tendrá un puesto asegurado en la próxima administración y que el cargo le esperaría una vez que concluya la administración estatal.
Aunque el gobierno de la primera presidenta de México iniciará el 1 de octubre, lo lógico es que la incorporación de Céspedes Peregrina espere cuando menos unos 75 días, que es lo correspondiente a que finalice el gobierno interino que tuvo como antecedente el fallecimiento de la gobernadora Martha Erika Alonso Hidalgo y del gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta.
La conjetura viene a colación porque la sucesora de Andrés Manuel López Obrador adelantó que los exgobernadores de Morena salientes, incluido el de Puebla, fueron invitados a participar en su gobierno y que más adelante dirá en qué cargos lo harán, en función de las pláticas que ha sostenido con cada uno de ellos.
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La ocurrencia de algún panista con iniciativa, de destapar al excandidato a la gubernatura de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, como un perfil para buscar la dirigencia nacional del Partido Acción Nacional, quedó descartada por el propio panista.
El también expresidente municipal de Puebla reapareció en un evento del alcalde Adán Domínguez Sánchez y en una entrevista banquetera aclaró que no es por falta de interés si no de tiempo que no está en condiciones de buscar la dirigencia nacional.
“Y no es que no quiera participar, no es que no me interese o no es que no tenga los atributos para ser un candidato en este proceso tan importante, sino una decisión de tal relevancia implica tomarla con tiempo”, justificó.
Donde sí mantiene su velita encendida, para disgusto de sus adversarios, es en la dirigencia estatal del PAN, pero será hasta después de noviembre, una vez que quede superada la renovación de la dirigencia nacional, cuando tome su decisión.
