El primero en denunciar de manera pública que las cosas al interior del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) no se hacían de manera aseada fue el ex rector de la UDLAP, Enrique Cárdenas Sánchez.
El académico, que ya tenía en la bolsa la candidatura al gobierno del estado bajo el nombre de ese instituto político, acusó cómo fue bajado de la contienda, por intereses inconfesables, para ser sustituido por el senador con licencia Luis Miguel Barbosa Huerta.
Guardadas las proporciones, algo similar ocurrió ayer, cuando la ex panista Violeta Lagunes Viveros rompió con el partido de Andrés Manuel López Obrador por falta de seriedad en los acuerdos tomados.
Lagunes Viveros fue registrada en la séptima posición en la planilla de candidatos a regidores que acompaña a Claudia Rivera Vivanco, aspirante de Morena a la presidencia municipal de Puebla, cuando le habían prometido que iría en el tercer lugar.
Por ese motivo salió rechazar la candidatura y a dar por terminada su relación con ese instituto.
Así lo dijo:
“Nos pidieron alzar la mano a Claudia Rivera y que confiáramos en que ella había ganado. Nos prometieron mostrarnos las encuestas que, además, por convocatoria se tenían que publicar en la página oficial de Morena. Todas las aspirantes sabíamos que si había alguien que no conocían ni en su casa se llamaba Claudia Rivera”.
Molesta la ex aspirante, por un nuevo acto de desaseo en ese partido.
Junto con Cárdenas y Lagunes, Paola Migoya también tiene cosas que contar.
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El Comité Directivo Estatal del PAN ha sacado del exilio a un antiguo militante para darle un importante cargo de representación partidista.
Jesús Giles Carmona, presidente del partido blanquiazul, presentó a quien será el vocero del panismo durante la contienda electoral.
Se trata, ni más ni menos, que de Francisco Fraile García, quien ya ocupó el cargo de dirigencia en el PAN estatal y compitió en 2004 por la gubernatura del estado, en contra del priista Mario Marín Torres.
Fraile destacó en sus mejores tiempos como un impetuoso político opositor, que en diversas y reiteradas ocasiones puso en jaque a los gobiernos emanados del PRI por su beligerancia para señalar presumibles actos de corrupción y conductas reprobables por parte de los grupos en el poder.
Eso podría augurarle éxito en su nueva encomienda.
Sin embargo, no hay que pasar por alto que no es lo mismo ser partido opositor que partido en el gobierno.
El otrora “pastor” del panismo tradicional no podrá criticar las acciones de gobierno porque su partido es ahora el que se encuentra al mando.
Habrá que ver qué dice y hace.
Y si no termina por decepcionar a quienes lo pusieron ahí para hacerlo parte del numeroso ejército electoral.
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¿Por qué será que todos en el PRI quieren candidaturas plurinominales, y por supuesto, ubicadas en las primeras posiciones?
Muy simple:
Porque pocos aspirantes a cargos de elección popular o prácticamente ninguno ve viable la victoria del partido en este proceso electoral.
Resulta que Lorenzo Rivera Nava ha levantado la mano.
El dirigente estatal de la Red de Jóvenes por México solicitó a las presidencias estatal y nacional del tricolor un lugar en la lista de candidatos a diputados locales por la vía plurinominal.
Pero no quiere cualquier posición, no, quiere la tercera, y eso pese a haber sido incluido en el quinto sitio dentro de la planilla de candidatos a regidores que presentó Guillermo Deloya Cobián ante el Instituto Electoral del Estado (IEE).
“Lo que queremos hoy es que al haber la coyuntura y la posibilidad de ser incluidos en la lista plurinominal se nos sea tomado en cuenta como es el deseo, no solamente en lo personal, sino de toda la organización que represento en los 217 municipios en los 26 distritos locales”, expuso.
¿En serio es un deseo de toda la organización?
Por lo pronto, el muchacho ya pidió su pluri.
