A Gilberto Higuera Bernal no le significa ningún problema que 22 de los 41 diputados que integran el Congreso del Estado se hayan puesto como meta particular evitar que se quede al frente de la Fiscalía General del Estado.
El encargado de despacho de esa institución, a donde llegó gracias a las buenas recomendaciones del desprestigiado Víctor Carrancá Bourget, no se encoje frente a los legisladores de la extinta coalición Juntos Haremos Historia, de Morena, PT y PES, que incluso han legislado ya para devolverle al Congreso la facultad de definir al nuevo fiscal en ausencia del titular.
Higuera Bernal dijo ayer algo que todos los involucrados en el tema de la procuración de justicia saben: que los recursos de los que dispone la Fiscalía no alcanzan para cumplir las tareas que se le tienen encomendadas.
Una verdad absoluta.
Luego entonces, anunció que pedirá mayor presupuesto para el año que viene.
Y a quiénes cree usted que se los va ir a pedir.
Pues a esos 22 diputados que tiene en contra y a otros 19 que podrían estar de su lado, entre los que hay que incluir a los morenovallistas.
El punto interesante es que el encargado de despacho advierte tener el valor para ir a donde no lo quieren, y más, pensando en que permanecerá al frente de la Fiscalía como titular formal.
Optimista el servidor público.
A ver qué le responden los muchachos de Morena, pero principalmente José Juan Espinosa y Gabriel Biestro.
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Por cierto, esos mismos diputados morenistas que el casi fiscal cree poder convencer para que le amplíen los recursos públicos le hicieron un vacío al legislador panista Oswaldo Jiménez López.
Resulta que la Comisión de Participación Ciudadana y Combate a la Corrupción, de la que el exregidor del ayuntamiento de Puebla es presidente, no pudo instalarse debido a la falta de quórum.
Solo tres de los siete integrantes llegaron a la cita, lo que imposibilitó que Jiménez López asumiera formalmente la comisión que se le asignó a la hora de las negociaciones.
Quiénes cree usted que le hicieron el feo.
Claro:
Ni más ni menos que José Juan Espinosa, Gabriel Biestro, Héctor Alonso y Nancy Jiménez, una diputada del PAN que sí justificó a tiempo su ausencia.
Molesto por las ausencias, el panista pidió modificar el reglamento para impedir que le repitan la dosis de descortesía:
“Los diputados solo no llegaron. Se tiene que revisar el tema (de las asistencias) porque no podemos ser omisos de nuestra responsabilidad. Si tenemos otras actividades o lo que sea, que no hagan compromiso de meterse en tantas comisiones porque seguramente van a quedar mal”.
Así continúa la grilla al interior del Poder Legislativo local.
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No fue precisamente en el contexto de una reunión de camaradería, pero el gobernador José Antonio Gali Fayad y la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, sostuvieron un primer acto público, juntos.
El escenario fue la pista verde del Centro Escolar Niños Héroes de Chapultepec, a donde ambos gobernantes, uno emanado del PAN y otra de Morena, acudieron para participar en la campaña de destrucción de juguetes bélicos que realiza la XXV Zona Militar y que lleva por nombre “Juguemos sin violencia”.
Este es el primer evento oficial que comparten ya con la excandidata de Morena como alcaldesa en funciones.
Gali y Rivera no fueron sentados juntos pero se saludaron y charlaron cordialmente, se mostraron respeto mutuo y tuvieron gestos de cortesía el uno para el otro.
Un detalle que no hay que dejar de señalar sobre todo en el contexto de la impugnación que ayer mismo refrendaron Luis Miguel Barbosa Huerta y los tres partidos que lo postularon en contra de la elección de gobernador.
