/ viernes 19 de octubre de 2018

En Punto

Apenas comenzado el cuarto día de su gobierno, la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, se topó con el mayor de los problemas sociales que aquejan a los habitantes de la capital: la inseguridad.

Por supuesto, no es un tema generado por ella.

La alcaldesa ha heredado un conflicto que es en realidad de padecimiento nacional.

El país, el estado y por tanto el municipio enfrentan elevados niveles de delincuencia que han hecho del regreso a la paz y la tranquilidad una de las principales demandas de la gente, sino es que la principal.

En las primeras horas del jueves, al norte de la ciudad, en los alrededores de la Central de Abasto, un presunto delincuente fue aparentemente linchado por una turba anónima que habría optado por hacerse justicia con su propia mano antes que recurrir a las instancias gubernamentales en las no cree ni confía.

Rivera Vivanco no es culpable de ese clima de anarquía social que ha derivado de la impunidad, pero desde el lunes es corresponsable en el combate a la inseguridad y la delincuencia, y una servidora pública obligada, también en corresponsabilidad, a frenar la ola de homicidios erróneamente amparados en una inconformidad social que tiene muchos motivos para existir, pero que carece de argumentos para matar cada vez que se tope con un aparente ladrón, como parece que ocurrió en la madrugada del jueves.

Ahí está un enorme reto para la presidenta municipal y su secretaria de Seguridad Pública, María de Lourdes Rosales Martínez.


***

Oootro asunto que brotó ayer a las nuevas autoridades municipales es el del ambulantaje en el Centro Histórico.

Los ambulantes aprovecharon el cambio de administración para ignorar el acuerdo al que habían llegado en el pasado para mantenerse fuera de las calles los días jueves.

Como si ninguna previa negociación existiese, ayer que fue jueves se aparecieron en la vía pública del primer cuadro de la ciudad para ofertar los productos que venden de manera ilegal.

Los informales decidieron pues medir los niveles de tolerancia con que han llegado los nuevos funcionarios, entre ellos, por supuesto, la alcaldesa Rivera Vivanco.

La acción es un abuso, pero usted comprenderá que todo dentro de esa actividad lo es al representar un modo ilícito de ganarse la vida.

El hecho relevante es que los ambulantes han tomado la decisión de ir más allá de los límites en los que habían sido contenidos hasta el momento.

Y si pasó en el Centro Histórico, donde hay más control, o menos descontrol, según se prefiera, seguramente también ocurrirá en estos mismos días en las colonias de la periferia, así como en hospitales y en otros sitios concurridos.

¿Qué hará el primer gobierno municipal de Morena al respecto?

¿Les tolerará la actividad y en las calles que ellos decidan, sin restricciones sin limitaciones de ningún tipo?

El fenómeno es muy complejo porque obedece en gran medida al escaso crecimiento de la economía y la falta de empleo.

Pero habrá que atenderlo antes que se desborde.

¿O no?


***

¡Qué nervios!

Gabriel Biestro Medinilla promete “varias sorpresitas” para la semana próxima, a partir de los descubrimientos que los nuevos diputados locales de Morena, PT y PES han hecho en el Congreso del Estado desde que se instaló la nueva legislatura, el pasado 15 de septiembre.

Dio a entender que se trata de irregularidades graves y que del hallazgo de las mismas podrían generarse algunas denuncias penales.

“La próxima semana vamos a presentar qué se llevaron en el Congreso, las condiciones en las que están los dos edificios del Congreso, que son muy serias. En una semana va a haber sorpresas y desagradables. Claro que habrá denuncias”, expuso.

¿Qué será?

Apenas comenzado el cuarto día de su gobierno, la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, se topó con el mayor de los problemas sociales que aquejan a los habitantes de la capital: la inseguridad.

Por supuesto, no es un tema generado por ella.

La alcaldesa ha heredado un conflicto que es en realidad de padecimiento nacional.

El país, el estado y por tanto el municipio enfrentan elevados niveles de delincuencia que han hecho del regreso a la paz y la tranquilidad una de las principales demandas de la gente, sino es que la principal.

En las primeras horas del jueves, al norte de la ciudad, en los alrededores de la Central de Abasto, un presunto delincuente fue aparentemente linchado por una turba anónima que habría optado por hacerse justicia con su propia mano antes que recurrir a las instancias gubernamentales en las no cree ni confía.

Rivera Vivanco no es culpable de ese clima de anarquía social que ha derivado de la impunidad, pero desde el lunes es corresponsable en el combate a la inseguridad y la delincuencia, y una servidora pública obligada, también en corresponsabilidad, a frenar la ola de homicidios erróneamente amparados en una inconformidad social que tiene muchos motivos para existir, pero que carece de argumentos para matar cada vez que se tope con un aparente ladrón, como parece que ocurrió en la madrugada del jueves.

Ahí está un enorme reto para la presidenta municipal y su secretaria de Seguridad Pública, María de Lourdes Rosales Martínez.


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Oootro asunto que brotó ayer a las nuevas autoridades municipales es el del ambulantaje en el Centro Histórico.

Los ambulantes aprovecharon el cambio de administración para ignorar el acuerdo al que habían llegado en el pasado para mantenerse fuera de las calles los días jueves.

Como si ninguna previa negociación existiese, ayer que fue jueves se aparecieron en la vía pública del primer cuadro de la ciudad para ofertar los productos que venden de manera ilegal.

Los informales decidieron pues medir los niveles de tolerancia con que han llegado los nuevos funcionarios, entre ellos, por supuesto, la alcaldesa Rivera Vivanco.

La acción es un abuso, pero usted comprenderá que todo dentro de esa actividad lo es al representar un modo ilícito de ganarse la vida.

El hecho relevante es que los ambulantes han tomado la decisión de ir más allá de los límites en los que habían sido contenidos hasta el momento.

Y si pasó en el Centro Histórico, donde hay más control, o menos descontrol, según se prefiera, seguramente también ocurrirá en estos mismos días en las colonias de la periferia, así como en hospitales y en otros sitios concurridos.

¿Qué hará el primer gobierno municipal de Morena al respecto?

¿Les tolerará la actividad y en las calles que ellos decidan, sin restricciones sin limitaciones de ningún tipo?

El fenómeno es muy complejo porque obedece en gran medida al escaso crecimiento de la economía y la falta de empleo.

Pero habrá que atenderlo antes que se desborde.

¿O no?


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¡Qué nervios!

Gabriel Biestro Medinilla promete “varias sorpresitas” para la semana próxima, a partir de los descubrimientos que los nuevos diputados locales de Morena, PT y PES han hecho en el Congreso del Estado desde que se instaló la nueva legislatura, el pasado 15 de septiembre.

Dio a entender que se trata de irregularidades graves y que del hallazgo de las mismas podrían generarse algunas denuncias penales.

“La próxima semana vamos a presentar qué se llevaron en el Congreso, las condiciones en las que están los dos edificios del Congreso, que son muy serias. En una semana va a haber sorpresas y desagradables. Claro que habrá denuncias”, expuso.

¿Qué será?

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