“El problema es de otros, no es mío”.
Eso pareció afirmar la presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, al sentenciar que los vendedores ambulantes existen porque hay gente que les compra sus productos.
Sí, eso dijo.
Con estas palabras:
“El tema del ambulantaje es porque hay gente de la población que viene y les compra. Si no, no tendría una razón de ser. No es un tema de Gobierno. La sociedad está dispuesta a comprarles. Como ciudadanos, si sabemos que esas formas no las queremos, los ciudadanos tenemos que no comprarlo”.
¿No es un tema de Gobierno?
Claro que sí.
A las autoridades públicas les corresponde promover una sana convivencia entre los distintos sectores de la población, sobre todo, hacer valer la ley.
Para ello hay instrumentos y herramientas jurídicas que se encuentran en la competencia del Ayuntamiento de Puebla, en el caso concreto, de la capital, es decir, del Gobierno.
Que haya gente que acuda con los informales y les compre su mercancía no significa que el hecho esté bien, que sea lo correcto y que por eso deba tolerarse, como parece haber expresado la alcaldesa.
El pronunciamiento viene a sumarse a una larga cadena de manifestaciones que se han dado en el nuevo Gobierno Municipal en torno al problema del ambulantaje.
Si antes ya existía la percepción de que este gobierno será sumamente tolerante con el comercio informal, ahora no habrá dudas.
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A más de un año de distancia, el sismo del 19 de septiembre de 2017 sigue causando estragos en muchos templos católicos de la entidad.
Y es que en muchas iglesias que faltan por reconstruir, la lluvia se ha filtrado dañando seriamente pinturas, decorados e imágenes, que en algunos casos son tesoros históricos para las poblaciones donde están situados.
Aunado a ello, el abandono en el que se encuentran desde el temblor causó inicialmente que esas reliquias fueran dañadas por el polvo y otros elementos naturales.
La culpa es, dice el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, que por la falta de recursos paró las labores de reconstrucción.
Comunidades de Izúcar de Matamoros, Atlixco, Chiautla de Tapia y Chietla son algunos de los sitios donde persisten los inmuebles religiosos abandonados por el organismo federal.
A decir del líder católico, entre los habitantes de esos lugares cunde la desesperanza al ver que sus iglesias se siguen deteriorando y no se ve para cuándo sean remozadas.
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En San Andrés Cholula trabajadores del ayuntamiento encabezado por Karina Pérez Popoca ventanearon a la alcaldesa morenista, ya que no les pagó la quincena previa al Día de Muertos.
Ante la duda, aguardaron un aviso de la presidenta municipal en donde se les informara de la situación, pero no pasó nada.
Después de cierta espera, los empleados, tanto del sindicato como personal de confianza, acudieron a la oficina de Recursos Humanos, pero ahí tampoco recibieron respuesta alguna.
Analizando cifras, se dieron cuenta de que aproximadamente a la mitad de la plantilla de empleados afiliados al Sindicato del Ayuntamiento de San Andrés Cholula -alrededor de 130 personas- no le llegó su salario.
¿Tan temprano la administración de Pérez Popoca está en crisis económica o es que las deudas que dejó el anterior alcalde no dejan pagar la nómina?
Los trabajadores esperarán otra semana, a ver si les cae la quincena.
Mientras, ya no saben si el cambio de ayuntamiento será para mejorar o no.
Muchos trabajadores recibieron con júbilo el fin de la laaarga administración municipal de Leoncio Paisano Arias.
Pensaron que con la partida del ahora exedil y el PAN y con la llegada de Pérez Popoca y Morena, las condiciones mejorarían.
Ahora tienen serias dudas de que eso pase.
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