/ viernes 9 de noviembre de 2018

En Punto

La presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, ha dado en el clavo.

Ha dicho que no hay policías suficientes para realizar las tareas de prevención que requieren los habitantes de la ciudad para vivir en un contexto de mayor y mejor seguridad pública.

Eso no es novedad.

De alguna u otra forma, autoridades anteriores y de diferentes partidos políticos han expuesto la misma problemática: que no hay policías suficientes.

Solo que en el pasado se le ha atribuido la carencia de uniformados a los nuevas y estrictas reglas de control que se han dispuesto no solo para la contratación, sino también para la permanencia de los ya contratados.

Sin embargo, Rivera Vivanco metió un detalle que otras autoridades no han querido hacer, obvio pero quizá incómodo en esa apuesta gubernamental de decirle al pueblo lo que quiere ir para mantener vigentes sus buenas expectativas.

“Nos faltan policías y ‘tampoco vemos a gente formada que quiera ser policía’”, soltó.

La realidad es que ¡nadie quiere ser policía hoy en día!

Como para qué, en un contexto laboral económicamente malo y en el que todos los días se pone en juego la vida por culpa de un alarmante y creciente contexto de inseguridad, en el que imperan actos vandálicos y homicidios.

Ahí radica uno de los mayores problemas en el combate a la delincuencia.

No hay con qué y no hay manera, por lo menos no hasta ahora, de reclutar a la cantidad de elementos necesarios.


***

Por supuesto, en esto de la vida cotidiana de los policías, nadie mejor que ellos para describir sus condiciones de trabajo.

Son elocuentes y entienden el porqué de la inexistencia de gente formada para convertirse en vigilantes de la seguridad pública.

Así lo narra la reportera Paulina Gómez en la entrada de su nota:

“Enfrentando múltiples riesgos ante la creciente inseguridad, con un sueldo de 10 mil pesos al mes, mínimas prestaciones y sin el apoyo del área jurídica cuando algún elemento durante su labor, abate a un delincuente, es como actualmente trabajan los uniformados de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM), para quienes ser policía, ahora significa entregar todo por nada”.

Trabajan horarios de 24 por 24 horas y a veces más, con sueldos de 10 mil pesos mensuales, uniformes de mala calidad, el menosprecio de la sociedad a la que cuidan y sin estímulos económicos como el del Fortaseg, que en un inicio fue hasta de 30 mil pesos y que la última vez fue solo de tres mil.

“Todo eso ha hecho que ahora ya nadie se interese por ser policía o incluso de continuar en la corporación”, confiesa uno de los uniformados que aceptaron hablar con la reportera.

Compleja tarea la que tienen enfrente las autoridades públicas.

Y de los tres niveles de gobierno.

Porque si eso sucede en el municipio más importante del estado, seguro se replica en los 216 más.


***

En medio de los gritos y sombrerazos que a diario ocurren al interior del Congreso del Estado, principalmente entre los diputados de la extinta coalición Juntos Haremos Historia y los del PAN, un legislador presuntamente lopezobradorista pidió que les devuelva el privilegio de exención de pago de cuota en las carreteras estatales.

En efecto, Héctor Alonso Granados hizo eso, aprovechando que tenía en comparecencia al director general de Carreteras de Cuota de Puebla, Roberto Rivero Trewartha.

"Sé que me van a golpear en algunos medios por lo que voy a decir, pero los diputados teníamos una credencial para poder recorrer el estado en carreteras de cuota, como lo tienen los diputados federales, y no es por otra cosa, pero estamos en un esfuerzo de autoridad, no nos hemos incrementado los salarios y hay compañeros que vienen desde sus distritos en el interior del estado casi todos los días de la semana y necesitamos el apoyo de carreteras de cuota para contar con ese apoyo, por lo menos para los compañeros que vienen de fuera", expuso.

No lo pegaron los medios, como dijo, porque no hizo falta.

Ahí mismo sus compañeros se deslindaron de la petición y esta no fue ni debatida.

La presidenta municipal de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, ha dado en el clavo.

Ha dicho que no hay policías suficientes para realizar las tareas de prevención que requieren los habitantes de la ciudad para vivir en un contexto de mayor y mejor seguridad pública.

Eso no es novedad.

De alguna u otra forma, autoridades anteriores y de diferentes partidos políticos han expuesto la misma problemática: que no hay policías suficientes.

Solo que en el pasado se le ha atribuido la carencia de uniformados a los nuevas y estrictas reglas de control que se han dispuesto no solo para la contratación, sino también para la permanencia de los ya contratados.

Sin embargo, Rivera Vivanco metió un detalle que otras autoridades no han querido hacer, obvio pero quizá incómodo en esa apuesta gubernamental de decirle al pueblo lo que quiere ir para mantener vigentes sus buenas expectativas.

“Nos faltan policías y ‘tampoco vemos a gente formada que quiera ser policía’”, soltó.

La realidad es que ¡nadie quiere ser policía hoy en día!

Como para qué, en un contexto laboral económicamente malo y en el que todos los días se pone en juego la vida por culpa de un alarmante y creciente contexto de inseguridad, en el que imperan actos vandálicos y homicidios.

Ahí radica uno de los mayores problemas en el combate a la delincuencia.

No hay con qué y no hay manera, por lo menos no hasta ahora, de reclutar a la cantidad de elementos necesarios.


***

Por supuesto, en esto de la vida cotidiana de los policías, nadie mejor que ellos para describir sus condiciones de trabajo.

Son elocuentes y entienden el porqué de la inexistencia de gente formada para convertirse en vigilantes de la seguridad pública.

Así lo narra la reportera Paulina Gómez en la entrada de su nota:

“Enfrentando múltiples riesgos ante la creciente inseguridad, con un sueldo de 10 mil pesos al mes, mínimas prestaciones y sin el apoyo del área jurídica cuando algún elemento durante su labor, abate a un delincuente, es como actualmente trabajan los uniformados de la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal (SSPTM), para quienes ser policía, ahora significa entregar todo por nada”.

Trabajan horarios de 24 por 24 horas y a veces más, con sueldos de 10 mil pesos mensuales, uniformes de mala calidad, el menosprecio de la sociedad a la que cuidan y sin estímulos económicos como el del Fortaseg, que en un inicio fue hasta de 30 mil pesos y que la última vez fue solo de tres mil.

“Todo eso ha hecho que ahora ya nadie se interese por ser policía o incluso de continuar en la corporación”, confiesa uno de los uniformados que aceptaron hablar con la reportera.

Compleja tarea la que tienen enfrente las autoridades públicas.

Y de los tres niveles de gobierno.

Porque si eso sucede en el municipio más importante del estado, seguro se replica en los 216 más.


***

En medio de los gritos y sombrerazos que a diario ocurren al interior del Congreso del Estado, principalmente entre los diputados de la extinta coalición Juntos Haremos Historia y los del PAN, un legislador presuntamente lopezobradorista pidió que les devuelva el privilegio de exención de pago de cuota en las carreteras estatales.

En efecto, Héctor Alonso Granados hizo eso, aprovechando que tenía en comparecencia al director general de Carreteras de Cuota de Puebla, Roberto Rivero Trewartha.

"Sé que me van a golpear en algunos medios por lo que voy a decir, pero los diputados teníamos una credencial para poder recorrer el estado en carreteras de cuota, como lo tienen los diputados federales, y no es por otra cosa, pero estamos en un esfuerzo de autoridad, no nos hemos incrementado los salarios y hay compañeros que vienen desde sus distritos en el interior del estado casi todos los días de la semana y necesitamos el apoyo de carreteras de cuota para contar con ese apoyo, por lo menos para los compañeros que vienen de fuera", expuso.

No lo pegaron los medios, como dijo, porque no hizo falta.

Ahí mismo sus compañeros se deslindaron de la petición y esta no fue ni debatida.

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