/ viernes 8 de febrero de 2019

En Punto

Bien que el gobernador Guillermo Pacheco Pulido esté cerca de concretar la creación de la Secretaría de Cultura. Mal, en caso de que así sea, que lo piense hacer con Anel Nochebuena Escobar.

Si el mandatario pide una investigación detallada acerca del trabajo de Nochebuena, desde que asumió la dirección del Instituto Municipal de Arte y Cultura, en el ayuntamiento de Puebla, hasta la fecha, que despacha como subsecretaria en el gobierno del estado, se encontrará algunas sorpresas desagradables.

Una tiene que ver con el incremento exponencial de la inversión que Anel Nochebuena hiciera en favor de su antigua editorial, una española llamada EDAF, en sus primeros dos años al frente del IMACP… ¡y con los impuestos de los poblanos!

Si Pacheco Pulido revisa, verá que con Nochebuena se multiplicó la impresión de estos libros, con ediciones absurdas que nadie había pedido y que terminaron retacando los basureros del centro o almacenados por montones en cajas olvidadas nunca repartidas.

A eso hay que agregar la realización compilaciones sin convocatoria ni claridad; varios ciclos de un programa de fotos de parejas al azar besándose en el centro; y el fracaso de una playa artificial, que apenas llegó a arenero, y que costó cuatro veces lo de todas las becas para creadores juntas.

En suma, como han dicho sus críticos, que los tiene y no son pagados, actuaría sin proyecto alguno, más que el de imponer su visión burguesa de la cultura, excluir a la clase trabajadora y beneficiar a sus amigos.


***

No hay más.

Los consejeros del Instituto Electoral del Estado que buscan por todos los medios posibles defenderse deberían poner sus barbas a remojar.

Si el Instituto Nacional Electoral decidió atraer la organización de los comicios extraordinarios de Puebla, donde destacan los de gobernador, y facultó a su consejo local a instalarse para comenzar los preparativos formales, eso solo significa una cosa: que no hay confianza en el desempeño del IEE y que, por lo tanto, su credibilidad está deteriorada ante los actores sociales del estado.

Cada una de las actuaciones del consejo general del IEE, que lleva a Jacinto Herrera Serrallonga como consejero presidente, durante el proceso electoral de 2018, confirmaron su tendencia sesgada en favor de los intereses del exgobernador Rafael Moreno Valle.

Eso fue evidente.

Aunque cuatro de siete magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación afirmaran, en aquel histórico fallo del 8 de diciembre, que no se presentaron pruebas contundentes de ello, en la opinión pública hay una condena generalizada a la actuación del IEE.

Así que, muy probablemente, tendrá que haber consecuencias que se traduzcan en la remoción de los actuales consejeros locales.


Bien que el gobernador Guillermo Pacheco Pulido esté cerca de concretar la creación de la Secretaría de Cultura. Mal, en caso de que así sea, que lo piense hacer con Anel Nochebuena Escobar.

Si el mandatario pide una investigación detallada acerca del trabajo de Nochebuena, desde que asumió la dirección del Instituto Municipal de Arte y Cultura, en el ayuntamiento de Puebla, hasta la fecha, que despacha como subsecretaria en el gobierno del estado, se encontrará algunas sorpresas desagradables.

Una tiene que ver con el incremento exponencial de la inversión que Anel Nochebuena hiciera en favor de su antigua editorial, una española llamada EDAF, en sus primeros dos años al frente del IMACP… ¡y con los impuestos de los poblanos!

Si Pacheco Pulido revisa, verá que con Nochebuena se multiplicó la impresión de estos libros, con ediciones absurdas que nadie había pedido y que terminaron retacando los basureros del centro o almacenados por montones en cajas olvidadas nunca repartidas.

A eso hay que agregar la realización compilaciones sin convocatoria ni claridad; varios ciclos de un programa de fotos de parejas al azar besándose en el centro; y el fracaso de una playa artificial, que apenas llegó a arenero, y que costó cuatro veces lo de todas las becas para creadores juntas.

En suma, como han dicho sus críticos, que los tiene y no son pagados, actuaría sin proyecto alguno, más que el de imponer su visión burguesa de la cultura, excluir a la clase trabajadora y beneficiar a sus amigos.


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No hay más.

Los consejeros del Instituto Electoral del Estado que buscan por todos los medios posibles defenderse deberían poner sus barbas a remojar.

Si el Instituto Nacional Electoral decidió atraer la organización de los comicios extraordinarios de Puebla, donde destacan los de gobernador, y facultó a su consejo local a instalarse para comenzar los preparativos formales, eso solo significa una cosa: que no hay confianza en el desempeño del IEE y que, por lo tanto, su credibilidad está deteriorada ante los actores sociales del estado.

Cada una de las actuaciones del consejo general del IEE, que lleva a Jacinto Herrera Serrallonga como consejero presidente, durante el proceso electoral de 2018, confirmaron su tendencia sesgada en favor de los intereses del exgobernador Rafael Moreno Valle.

Eso fue evidente.

Aunque cuatro de siete magistrados de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación afirmaran, en aquel histórico fallo del 8 de diciembre, que no se presentaron pruebas contundentes de ello, en la opinión pública hay una condena generalizada a la actuación del IEE.

Así que, muy probablemente, tendrá que haber consecuencias que se traduzcan en la remoción de los actuales consejeros locales.


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