Los operativos en contra de taxis piratas en la zona del Periférico se han llevado a cabo de manera regular a partir de que EL SOL DE PUEBLA dio a conocer la expansión del fenómeno, que se ha desarrollado y ampliado en el sur de la zona metropolitana en complicidad con autoridades estatales y municipales.
Sin embargo, los operativos no han sido lo eficientes que se quisiera, ya sea por las propias complejidades del hecho o por la omisión de algunas autoridades a la hora de cumplir con su deber.
Lo que sucedió ayer es un claro ejemplo de ello.
La dirección de Vialidad Estatal emprendió un supuesto operativo para impedir que las unidades particulares, que prestan el servicio de transporte de manera ilegal, hicieran base en los sitios que han destinado para ello.
Y lo logró, pero eso fue insuficiente toda vez que los vehículos siguieron subiendo gente y cobrando por ello ante la falta de personal de la Subsecretaría de Transportes, que es la que tendría que impedir que se usurpe un servicio para el cual no se tiene autorización.
¿Resultado?
Los “taxis” no hicieron base, pero sí dieron el “servicio”.
Y todo sigue igual.
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Lorenzo Rivera Sosa es un priista optimista.
El aspirante a gobernador afirma que el PRI tiene posibilidades de ganar la elección extraordinaria que se avecina, y da sus argumentos.
Según el exfuncionario federal, la muerta de Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso Hidalgo, que fue una tragedia para los poblanos, acota, cambió el escenario político en el estado y abre una nueva oportunidad para todos los partidos, dejándoles la posibilidad de ganar la contienda siempre y cuando se hagan bien las cosas que se tienen que hacer.
El tricolor, apunta, debe reencontrarse con su militancia y sus liderazgos para ir a una elección que será de vida o muerte.
Aquí es donde el personaje abusa del optimismo porque en realidad el PRI no tiene más camino que ir a una nueva derrota electoral.
El PRI fue noqueado en la contienda de gobernador de 2010 y desde entonces no ha podido recuperarse.
No lo hizo en 2013, en 2016 ni en 2018 y no lo hará en la que viene.
Lo más que podrá hacer, sobre todo si en el PAN se siguen descomponiendo los escenarios, es aspirar a un decoroso segundo lugar, detrás de Morena.
Y nada más.
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La batalla político-preelectoral al interior de los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia sigue.
A la serie de encuestas que ubican a Luis Miguel Barbosa como el mejor aspirante de esa alianza tripartidista, Alejandro Armenta Mier revira con una conferencia de prensa en la que, como era de esperarse, desacredita los resultados.
Las encuestas favorecen a quien las paga, acusó, palabras más, palabras menos.
Mientras, un día antes reapareció Abraham Quiroz Palacios y Nancy de la Sierra Arámburo insiste en querer competir, aunque no se perciba convincente.
La guerra es de dos.
Otorgarle posibilidades al PAN, que se encuentra sumido en una crisis inesperada, o al PRI resulta ocioso, por alejado de la realidad.
De entre Barbosa y Armenta saldrá el futuro gobernador y los pronósticos favorecen, al día de hoy, al primero de ellos.
