/ miércoles 13 de febrero de 2019

En Punto

Nancy de la Sierra Arámburo le ha bajado el tono a su participación en la búsqueda de la candidatura a gobernadora de los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia, que aglutinó a Morena, PT y PES.

En medio de la guerra que protagonizan Luis Miguel Barbosa Huerta y Alejandro Armenta Mier, que quieren esa misma candidatura, de la Sierra Arámburo anuncia en entrevista con EL SOL DE PUEBLA que está a la espera del levantamiento de una encuesta solicitada por el PT, partido que la postuló como abanderada al senado de la república, para tomar una decisión concreta.

Si en esa medición aparece en primer lugar de intención de voto, advierte, seguirá en la lucha y reclamará ser la candidata, pero si no, se sumará a cualquiera de los otros dos aspirantes que encabece las preferencias.

Eso puede leerse entrelíneas como un intento anticipado de declinación y que no intentará generar problemas al seno de los tres institutos políticos que armaron la referida coalición electoral.

Esa es una buena señal.

Al menos ella parece estar consciente de la realidad política que se cocina en estos momentos en el estado, pero sobre todo en Morena.


***

Mientras de la Sierra expresaba lo anterior, las huestes de Barbosa y Armenta seguían realizando pronunciamientos y conferencias de prensa para desacreditar al adversario.

Vea usted.

Seis diputados locales, tres de Morena, dos del PT y uno más de Encuentro Social, presentaron una denuncia en la Fiscalía General del Estado en contra de dos funcionarios de la administración de Guillermo Pacheco Pulido.

Acusaron a Fernando Manzanilla Prieto y a Jorge Estefan Chidiac de amenazar a los presidentes municipales que apoyan las aspiraciones políticas de Armenta.

A la par de ello, en redes sociales surgió una versión que daba cuenta de la existencia de una denuncia formal en contras de Alejandro Armenta por actos anticipados de campaña, la cual habría llegado a la dirigencia nacional de Morena para impedir su eventual nominación como abanderado a gobernador.

Parece que la denuncia fue falsa, pero su difusión refleja el pensamiento de un sector del grupo barbosista, que considera que el senador incurrió en un delito al usar a sus compañeros de la Cámara Alta para pronunciarse en su favor.


***

“¿Dónde está el ‘súper delegado’ Rodrigo Abdala Dartigues?”

Eso es lo que se preguntan las representantes de las estancias infantiles de Puebla, que se encontraban bajo la supervisión de la extinta Secretaría de Desarrollo Social, ante el conflicto suscitado por el recorte del subsidio que les aporta el gobierno federal.

A nombre de las guarderías de la entidad, un grupo de señoras adelantó que pretenden emplear un recurso legal, como un amparo, para conseguir que la administración de Andrés Manuel López Obrador les devuelva el dinero que les quitó.

No obstante, a la par de eso acusaron la nula respuesta de Abdala ante el problema.

Lo han buscado y no lo han encontrado, por lo que le exigen dar la cara.”

“¿Dónde está?”, insisten en cuestionar.

Y siguen sin obtener respuesta, lo mismo que algunos otros sectores sociales y políticos del estado.

Nancy de la Sierra Arámburo le ha bajado el tono a su participación en la búsqueda de la candidatura a gobernadora de los partidos de la coalición Juntos Haremos Historia, que aglutinó a Morena, PT y PES.

En medio de la guerra que protagonizan Luis Miguel Barbosa Huerta y Alejandro Armenta Mier, que quieren esa misma candidatura, de la Sierra Arámburo anuncia en entrevista con EL SOL DE PUEBLA que está a la espera del levantamiento de una encuesta solicitada por el PT, partido que la postuló como abanderada al senado de la república, para tomar una decisión concreta.

Si en esa medición aparece en primer lugar de intención de voto, advierte, seguirá en la lucha y reclamará ser la candidata, pero si no, se sumará a cualquiera de los otros dos aspirantes que encabece las preferencias.

Eso puede leerse entrelíneas como un intento anticipado de declinación y que no intentará generar problemas al seno de los tres institutos políticos que armaron la referida coalición electoral.

Esa es una buena señal.

Al menos ella parece estar consciente de la realidad política que se cocina en estos momentos en el estado, pero sobre todo en Morena.


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Mientras de la Sierra expresaba lo anterior, las huestes de Barbosa y Armenta seguían realizando pronunciamientos y conferencias de prensa para desacreditar al adversario.

Vea usted.

Seis diputados locales, tres de Morena, dos del PT y uno más de Encuentro Social, presentaron una denuncia en la Fiscalía General del Estado en contra de dos funcionarios de la administración de Guillermo Pacheco Pulido.

Acusaron a Fernando Manzanilla Prieto y a Jorge Estefan Chidiac de amenazar a los presidentes municipales que apoyan las aspiraciones políticas de Armenta.

A la par de ello, en redes sociales surgió una versión que daba cuenta de la existencia de una denuncia formal en contras de Alejandro Armenta por actos anticipados de campaña, la cual habría llegado a la dirigencia nacional de Morena para impedir su eventual nominación como abanderado a gobernador.

Parece que la denuncia fue falsa, pero su difusión refleja el pensamiento de un sector del grupo barbosista, que considera que el senador incurrió en un delito al usar a sus compañeros de la Cámara Alta para pronunciarse en su favor.


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“¿Dónde está el ‘súper delegado’ Rodrigo Abdala Dartigues?”

Eso es lo que se preguntan las representantes de las estancias infantiles de Puebla, que se encontraban bajo la supervisión de la extinta Secretaría de Desarrollo Social, ante el conflicto suscitado por el recorte del subsidio que les aporta el gobierno federal.

A nombre de las guarderías de la entidad, un grupo de señoras adelantó que pretenden emplear un recurso legal, como un amparo, para conseguir que la administración de Andrés Manuel López Obrador les devuelva el dinero que les quitó.

No obstante, a la par de eso acusaron la nula respuesta de Abdala ante el problema.

Lo han buscado y no lo han encontrado, por lo que le exigen dar la cara.”

“¿Dónde está?”, insisten en cuestionar.

Y siguen sin obtener respuesta, lo mismo que algunos otros sectores sociales y políticos del estado.

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