Gracias a la intervención de ciudadanos interesados en la conservación del patrimonio histórico fue como se supo este fin de semana del presunto proceso de saqueo que algún particular realiza en el Antiguo Hospital de San Roque, una joya arquitectónica de la ciudad de Puebla que se localiza en la avenida Juan de Palafox y Mendoza número 607.
Fueron personas de la sociedad civil quienes el domingo denunciaron los hechos en redes sociales, alertando a las autoridades del gobierno del estado, pero principalmente al secretario de Turismo, Alejandro Cañedo Priesca.
En respuesta, un grupo de activistas y representantes del Instituto Nacional de Antropología clausuraron las obras que se hacían ahí, porque justo en ese inmueble se realizan remodelaciones y modificaciones para erigir el Museo de Cera y Tecnología.
Las obras están frenadas y el gobierno prometió investigar qué ha hecho el particular que tiene en comodato el inmueble.
Ese es el reclamo de los activistas y la demanda de los poblanos en general: que no quede en un mero “ya paramos los trabajos y los culpables prometieron no volverlo a hacer”.
¡No! Que se ponga un castigo ejemplar contra quienes saqueaban el edificio para mandar un mensaje a los responsables de esa práctica común en las casonas del Centro Histórico. A ver si es cierto.
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Una muy mala noticia para los poblanos tiene que ver con la armadora de origen alemán, Audi. Del total de fábricas ensambladoras que tiene esa empresa de automóviles en el mundo, solo la de México, que se encuentra en San José Chiapa, registró despido de empleados.
De 2017 a 2018, Audi disminuyó 8.5 por ciento el personal de la planta localizada en el estado, lo que significó el término de contrato para 529 trabajadores, según se desprende de un informe anual que dio a conocer la marca.
Eso podría no ser tan negativo si no fuera por una cosa: en el resto de los países donde tienen plantas armadoras no solo no hubo despidos, sino que el saldo de contrataciones fue al alza.
El documento no explica los motivos que llevaron a esta diferencia en nuestro país, pero dadas las actuales condiciones económico-laborales en los tres países de Norteamérica, México, Estados Unidos y Canadá, podría deberse a un replanteamiento de objetivos y expansión, obligado por las políticas proteccionistas del mandatario estadounidense Donald Trump.
Esperemos que no sea así, porque entonces esa medida sería apenas el principio de otras, también negativas.
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Los secretarios generales de las secciones 23 y 51 del SNTE, Alejandro Ariza Alonzo y Jaime García Roque, en ese orden, convocaron a los maestros a participar en el modelo de la nueva Reforma Educativa, que pretende analizar a profundidad las reformas constitucionales a los artículos 3, 31 y 73, así como las aplicaciones que se derivan de sus leyes secundarias.
Para hacerlo, tendrán que elaborar propuestas por escrito, sin exceder de tres cuartillas, que se presentarán en un foro previsto para realizarse el próximo viernes.
El foro se llama Legislación para el Fortalecimiento de la Educación y la Escuela Pública, y en la convocatoria se explica que está “encaminado a la defensa de los derechos de los trabajadores de la educación, en profundizar en la democracia, abrir espacios y fortalecer la interlocución”.
Como usted verá, ahora, en la 4T, la reforma tiene que ver con los derechos de los docentes, ya no con la calidad educativa.
