Puro bla, bla, bla.
El secretario de Gobernación del ayuntamiento de Puebla, René Sánchez Galindo, convocó a conferencia de prensa para anunciar el plan de reordenamiento del comercio informal en las calles del Centro Histórico.
Lo primero que llamó la atención fue que pretendiera presentar lo que en teoría su jefa, Claudia Rivera Vivanco, ya había expuesto en diciembre. Así, en los mismos términos.
Pero había que darle el beneficio de la duda e ir, porque en realidad la presidenta municipal de Puebla nunca puso en marcha lo que anunció a finales del año pasado.
La sorpresa, que a estas alturas del actual gobierno municipal ya no lo es tanto, fue que ¡otra vez no hubo ningún plan para reorganizar, mermar o quitar a los informales de la vía pública!
De entre las cosas dichas por Sánchez Galindo hay dos que destacan.
Una, la más importante, que el gobierno de Rivera Vivanco no va a erradicar al ambulantaje del primer cuadro de la ciudad, sino solo reorganizarlo, para que trabaje en orden y con ciertas reglas de urbanidad.
La segunda, que hasta dentro de dos meses hará la presentación del plan integral de reordenamiento, después de que haya consultado a líderes empresariales, académicos y a los mismos representantes de los informales.
Es decir, ¡no presentó ningún plan!
En otras circunstancias esto debía haber causado mucha sorpresa.
No así en el ayuntamiento actual, que se ha caracterizado por una parálisis sin igual en la administración pública.
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El camaleónico líder de la CTM, Leobardo Soto Martínez, ya mostró dónde estarán sus lealtades en el nuevo régimen político del estado.
Aunque sigue recibiendo los privilegios y beneficios que le dan el ser la cabeza de uno de los tres sectores del PRI, sus sentimientos y sus intereses (primordialmente económicos) están en otro lado.
Es decir, es priista para lucrara, pero no para operar.
En el pasado reciente, Soto Martínez fue aliado del ex gobernador Rafael Moreno Valle, no del partido tricolor.
Y ahora, por lo declarado ayer en torno a la contienda interna de Morena y el gobierno de Guillermo Pacheco Pulido, queda claro que desea prestar sus servicios al candidato Luis Miguel Barbosa Huerta.
Descalificó los señalamientos de Alejandro Armenta Mier y defendió a los objetivos del senador morenista, lo que en los hechos representa un guiño para la nueva clase gobernante en la entidad.
¿Extraña?
No.
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A propósito, quien se ha metido en más problemas internos después de impugnar la postulación de Barbosa es Armenta.
Representantes de las dirigencias estatal y nacional de Morena acusaron incongruencia por parte del senador y precandidato a la gubernatura, cuando previamente firmó un documento donde se comprometió a respetar los resultados, por lo que no descartaron la existencia de sanciones en su contra.
Mario Bracamonte, delegado en funciones de dirigente estatal, y Carlos Figueroa, comisionado de Derechos Humanos del CEN, reprendieron públicamente los actos del precandidato perdedor.
Parece que Armenta se dirige a un camino de no retorno en su lucha contra las fuerzas internas de ese partido, el del presidente Andrés Manuel López Obrador.
