Dos explicaciones sobre una misma realidad: el retroceso en la evaluación al Ayuntamiento de Puebla en materia de transparencia.
Como era de esperarse, la alcaldesa Claudia Rivera Vivanco consideró que el reporte del Instituto de Trasparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales del Estado de Puebla (Itaipue), se explica por el cambio de gobierno y por la migración de datos a una plataforma nacional.
La morenista se dijo comprometida con mejorar los indicadores que en el último año de la administración de su antecesor Luis Banck Serrato llegaron a 97.64 por ciento y con ella bajaron a 90.56 por ciento.
En contraste, Luz del Carmen Rosillo Martínez, regidora presidenta de la comisión de Gobierno Abierto y Comunicación tiene una lectura más aguda sobre el retroceso en la calificación: inexperiencia para hacer las cosas, falta de seriedad e incapacidad.
“Me parece que es un tema de inexperiencia y yo no sé si llamarlo falta de seriedad por parte de los funcionarios o como siempre, se deja el tema de transparencia al final” opinó la panista.
Iván Herrera Villagómez, también regidor, pero por Morena, estimó que la evaluación debe considerarse como un llamado de atención para no disminuir del parámetro alcanzado en la pasada administración.
Ambos regidores ven pertinente llamar a cuentas al coordinador General de Transparencia municipal, Rodrigo Santiesteban Maza, con el fin de que explique la situación, pero, sobre todo, que aporte una estrategia para contener la caída en materia de transparencia.
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Una taquería ambulante sirve para ilustrar el grado de anarquía e impunidad que existe alrededor de la Central de Autobuses de Pasajeros de la Ciudad de Puebla (CAPU). Los tacos “Dany”, ubicados a un costado de La Gran Bodega se han, como diría el pueblo bueno, volado la barda.
Se trata de un establecimiento de unos 15 metros de longitud que obstruye por completo el paso peatonal por la banqueta y afecta el carril de baja velocidad del Bulevar Norte. Lo que está claro es que por ahí no hacen camino los funcionarios de la Secretaría de Gobernación Municipal, a cargo de René Sánchez Galindo pues la taquería despacha como si tuviera permiso.
Incluso sus dueños no tienen pena de colocar una pequeña lona en la que dejan en claro que pertenecen o tienen la protección de la agrupación política Antorcha Campesina.
Delicado resulta que la autoridad municipal no haga nada por regular este tipo de negocios que aprovechan cualquier vacío de autoridad para hacer de las suyas pero más delicado sería que el ayuntamiento le hubiera otorgado el respectivo permiso a este negocio o a cualquiera de los otros 20 que acaparan parte de la vía pública en esa zona.
No vaya a ser la de malas que, frente al riesgo que representa para los peatones andar bajándose de la banqueta, ocurra un fatal accidente del que los funcionarios de Puebla Capital se puedan arrepentir.
