Parece que ahora sí se pusieron a trabajar en el PRI en un tema que llevaba varios años pendiente, al menos desde que muchos de los liderazgos y militantes de ese partido trabajaron en favor de la oposición en la campaña por la gubernatura de 2010.
Es decir, se tardaron 9 años, pero ya empezaron.
O eso parece.
El secretario Jurídico del Comité Directivo Estatal tricolor, Mario Conde, dio a conocer el inicio de cuatro procedimientos legales en contra de igual número de militantes, de quienes se pide la expulsión por haber traicionado al partido en el pasado proceso electoral.
Estos personajes contra quienes ya se ha iniciado el procedimiento de expulsión son Leobardo Soto Martínez, Maritza Marín Marcelo, Francisco Jiménez Huerta y Vanessa Barahona de la Rosa.
Lo más interesante es que, según Conde, lo mismo se hará contra otros 32 militantes del partido, quienes le han venido jugando las contras por así convenir a sus intereses personales.
Entre esos 32 priistas está Javier López Zavala, como confirmó el dirigente a pregunta expresa de los reporteros.
Del resto no dijo nada, pero se espera que en los próximos días trasciendan más nombres.
Muy tarde para empezar con el castigo a los traidores, dirán algunos, y con mucha razón, pero más vale eso que no hacer nada.
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Ya ha quedado claro que no todos los militantes o simpatizantes de Morena, auto-declarado como un partido de izquierda, están en favor de la despenalización del aborto, como lo expuso en días pasados la legisladora local de ese instituto político, Cristina Tello Rosas.
Ahora es el también diputado local Emilio Maurer Espinosa quien se pronuncia en contra de la iniciativa de reforma presentada por la priista Rocío García Olmedo.
Así lo dijo:
“Mi postura es, desde el principio: yo no voy con el aborto. Yo creo que el partido (Morena) tendrá su línea, pero respetando la línea que tienen los integrantes del partido, obviamente”.
Sin entrar al debate sobre la postura de Maurer, el hecho de que se manifiesta en contra de lo que apoya la mayoría de los integrantes de ese partido es una evidencia de diversidad.
Eso no sucede en el PAN, por ejemplo, donde desde las dirigencias estatal y municipal de Puebla se ha hablado en nombre de todos los panistas y se ha rechazado de antemano la iniciativa de García Olmedo.
El debate seguirá generando polémica, sin duda.
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La renuncia de Carlos Urzúa a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público puso de cabeza este martes al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que ya de por sí atraviesa por momentos difíciles ante la opinión pública, en medio de encuestas y sondeos de opinión que exhiben un descenso en la aprobación social del presidente.
Esta salida es una prueba de que el gobierno federal toma decisiones sin respaldo presupuestal y en ocasiones sin la planeación debida, expusieron los académicos Anselmo Chávez Capó y el politólogo Miguel Calderón Chelius, dos de tantos especialistas que opinaron acerca del hecho ocurrido, que sorprendió a todos y dejó secuelas negativas en materia económica para el país.
“Él (Urzúa) es una persona muy prudente y es reconocido en el ámbito económico, y al señalar que no se le hace caso, pierde confianza la administración federal, además si se sigue así se va afectar la agenda pública”, comentó Chávez Capó.
Mal momento el que atraviesa López Obrador.
