El gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta pronunció unas sentidas y reveladoras palabras en el informe de labores de la presidenta municipal de Huejotzingo, Angélica Alvarado Juárez, que seguramente serán recordadas por la clase política local y un sector importante de los ciudadanos en el futuro.
“Llegar al lugar donde estamos costó mucho trabajo”, manifestó Miguel Barbosa en su turno al micrófono.
“Para llegar a ser gobernador, yo hago alegorías de muchas cosas y digo: ‘fue el sitio de Puebla’, 19 meses nos tardamos para llegar al 2 de junio de 2019. Y la lucha fue a machetazos porque nos querían extinguir. No pudieron detenernos y con la ayuda de ustedes ganamos. Así fue como ganamos en muchas partes del estado, todos los que ganamos el primero de julio de 2018”, agregó.
Luego vino el remate, el punto más elevado de su discurso ante los habitantes de Huejotzingo:
“Porque yo gané, me la robaron (en 2018), pero los castigó Dios (en alusión a los Moreno Valle-Alonso). Angélica Alvarado (la presidenta municipal ahí presente) y yo ganamos. Y saben por qué: por Andrés Manuel López Obrador”.
El presunto fraude electoral de la elección de gobernador de 2018 sigue vigente en la atmósfera política del estado.
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El ayuntamiento de Puebla dotará de uniforme institucional a los lavacoches que ofrecen sus servicios en las calles del primer cuadro de la ciudad, con el fin de distinguir a aquellas personas conocidas como “viene, viene” que de menare indebida e irregular lucran con el aparcamiento en la vía pública.
Eso es lo que asegura el secretario de Gobernación del ayuntamiento de Puebla, René Sánchez Galindo, quien agrega que los apartadores de lugares para vehículos particulares en las calles del centro histórico han recibido constantes denuncias por parte de los ciudadanos afectados.
¿Es verdad lo que dice Sánchez Galindo?
“Lo que vamos a hacer es un monitoreo de los que no están regulados, sabemos que existen y vamos a actuar en consecuencia”, subrayó el funcionario municipal.
Según esta estrategia, al uniformar a los lavadores de autos, quienes sí gozan del permiso de la autoridad, los “viene, viene” serán identificados de inmediato y retirados del lugar.
Vuelve la pregunta: ¿es cierto eso?
De otra manera:
¿Cómo confiar en la palabra del secretario cuando este ayuntamiento ha sido especialmente laxo con los comerciantes informales que se han apoderado de las calles de la ciudad?
Esos apartadores de estacionamiento, que cobran una cantidad a veces fija a los propietarios de automóviles, son solo una variante de la informalidad, la misma que lleva casi un año tolerándose por convicción institucional.
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Cosa rara, el verdadero debate entre diputados locales y organizaciones de la sociedad civil acerca de la aprobación o el rechazo de los matrimonios igualitarios y la despenalización del aborto está dándose con mayor intensidad ahora que antes, después de que el Poder Legislativo ya dio su veredicto apoyado por una mayoría morenista.
Lo que queda es esperar que el presidente de la junta de gobierno y coordinación política cumpla su palabra y que, en un futuro, no dijo exactamente cuándo, esos dos temas se sometan a una consulta profunda, de manera que no se genere la polarización social que el mismo legislador ha previsto.
