Francisco José Romero Serrano se quedó finalmente con la titularidad de la Auditoría Superior del Estado. El expresidente del Colegio de Contadores Públicos del Estado de Puebla consiguió 27 de 41 votos posibles en el Congreso, con lo que cubrió ese requisito establecido en ley para asumir desde ya el puesto que como encargado de despacho ocupaba Alberto Segovia Blumenkron.
Romero Serrano apenas alcanzó las dos terceras partes de los votos, pero con eso, arañando el número necesario, cumplió el objetivo trazado con el apoyo de los diputados de Morena y de los partidos que en 2018 formaron la coalición Juntos Haremos Historia.
El nuevo auditor era el candidato de Gabriel Biestro Medinilla, presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política, por lo que se presume que también lo era del gobernador Luis Miguel Barbosa, a quien apoyó de manera abierta en las dos campañas constitucionales por la gubernatura del estado, primero en 2018 y después en 2019.
De ser así, lo que puede presumirse a partir del respaldo que le brindaron los legisladores morenistas al relevo de Segovia Blumenkron, se habrá entrado en una nueva etapa dentro del órgano fiscalizador que en realidad no será diferente a las anteriores en términos políticos.
Es decir, sin entrar a detalle de las capacidades de Romero Serrano para llevar por buen camino sus tareas fiscalizadoras, lo que se sabrá más adelante, se volvió a nombrar un auditor por elección unipersonal del mandatario en turno, lo cual, en principio, no representa el cambio ofrecido.
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En medio de una ola de especulaciones sobre la presunta venta del equipo de futbol Puebla a un grupo de empresarios de Mazatlán, que incluso ha tenido difusión en medios de la capital del país, el gobernador Barbosa advirtió desde ahora que la administración estatal no se involucrará aportándole recursos a la escuadra camotera.
El futbol es un negocio y no va a recibir dinero público en caso de que lo requiera para salir de la crisis deportiva en que se encuentra, expuso el mandatario.
Lo que sí puede hacer, agregó, es hablar con empresarios poblanos para motivarlos a que sean ellos quienes adquieran al equipo, pero con dinero privado.
“Hay mucha pobreza en los 217 municipios; yo no le meto un peso al deporte profesional, que es negocio (…) ya lo instruí ayer, ya empezamos a hablar de qué empresarios podrían ser y no que se vaya a Mazatlán”, expuso.
Pero si el equipo se vende y se va, abundó, seguramente habrá otros equipos que querrán venir a jugar en el Cuauhtémoc.
Todo es incertidumbre por ahora, alrededor de un equipo que en las últimas tres décadas ha navegado en la mediocridad.
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Años de trabajo por parte de la activista originaria de Huauchinango, Olimpia Coral Melo Cruz, rindieron por fin sus resultados, una vez que la Cámara de Diputados aprobó la Ley Olimpia, que tipifica y sanciona la violencia digital en contra de las mujeres en todas sus formas.
La iniciativa reforma la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, promulgada hace más de 10 años y que no contemplaba el derecho de las mujeres a vivir libres de acoso en medios digitales.
Este logro es ciento por ciento atribuible a la mujer de origen poblano, que luchó para ello después de que en 2013 fuera víctima de violencia digital en las redes sociales.
