El director del Instituto de Ciencias Jurídicas, Germán Molina Carrillo, le ha recordado al gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta un ofrecimiento que hizo en campaña, y que tiene que ver con la próxima designación del nuevo titular de la Fiscalía General del Estado.
Molina Carrillo, que compitió en el proceso de selección de presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Estado, expuso que Barbosa prometió que, en su gobierno, la Fiscalía quedaría a cargo de un personaje poblano, lo cual no se cumpliría en caso de que se concrete la unción de Gilberto Higuera Bernal, quien lleva casi dos años como encargado de despacho y es originario de Sinaloa.
El académico alude a un evento de campaña que sostuvo Barbosa con representantes de 25 cámaras empresariales, donde textualmente habría dicho que “el próximo fiscal general del estado será un poblano o poblana, porque ya es tiempo de los poblanos”.
Para mala noticia de Molina Carrillo y de quienes esperaban que los poblanos ocupasen las primeras posiciones de responsabilidad en el gobierno del estado, habrá que ver que esa misma promesa la hizo para el gabinete, y tampoco la cumplió.
Así que no hay que darle vueltas al asunto.
El fiscal no será poblano.
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A propósito del nuevo fiscal, la diputada presidenta de la Comisión de Procuración y Administración de Justicia, del PT, María del Carmen Cabrera Camacho, asegura que el Congreso (serán más bien los legisladores de la coalición Juntos Haremos Historia) busca alcanzar la unanimidad de votos para impedir que la designación sea vista como una imposición.
Y de paso negó que estén los dados cargados en favor de Higuera Bernal.
Así lo dijo:
“Hoy vamos a tener la apertura de proponer que la comparecencia de los tres aspirantes sean postulantes sean públicas, que las conozcan todos, que las sigan y que cada uno de los diputados tenemos la oportunidad de revisar su recorrido, su capacidad y todo lo que interviene que vamos a conocer en la comparecencia para tomar una decisión que esperemos sea por unanimidad...Creo que esa votación va a ser con mayor libertad y va a permitir que en esa elección no se hable de una imposición sino de una elección unánime del Congreso”.
Ya se verá.
Tal vez no habrá imposición, pero habrá dedazo.
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Ni la caída drástica en producción que ha registrado en el primer mes del año ha llevado a la firma alemana Audi a prever el recorte de personal, lo cual, en caso de ser una realidad en los meses por venir, es una excelente noticia.
La fábrica asentada en San José Chiapa se quedará como está, al menos por ahora, con todo y que enero fue un mes en que se registró un desplome de 40 por ciento en la producción de unidades nuevas.
El encargado de transmitir el mensaje de confianza a los trabajadores de esa planta instalada en Puebla fue Alejandro Pliego, director de Recursos Humanos de Audi México.
“No tenemos ningún tipo de planeación para reducir la fuerza laboral”, dijo el ejecutivo, quien recordó que la firma de los 4 aros es prácticamente nueva.
El temor venía de los antecedentes ocurridos en Volkswagen, matriz de Audi, en la que el descenso de ventas y producción sí obligó a la armadora, también asentada en Puebla, a emprender una estrategia de retiro voluntario con beneficios económicos.
Eso no sucederá en Audi.
No por ahora.
