Demostrado está que un sector de la población de la capital del estado no está cumpliendo con las medidas colectivas que se requieren para afrontar la pandemia del coronavirus y muestra de ello es lo ocurrido con torneos de futbol como el de Amalucan, la permanencia de tianguis a pesar de las supuestas restricciones o las aglomeraciones afuera de bancos.
Y de esto parece estar consciente el gobernador Luis Miguel Barbosa que ha sostenido una y otra vez que se ha relajado la conducta de algunas personas, pero parece que se han agotado los decretos y no se ve la intención de que vayan a venir medidas más estrictas.
Si los funcionarios estatales no han podido controlar la instalación de tianguistas, cómo pretenden que de buenas a primeras la gente inconsciente comprenda que su irresponsabilidad nos tenga en la incertidumbre sobre los tiempos para el regreso.
A nivel federal, el doctor Hugo López-Gatell refirió que la curva para Puebla y Tlaxcala tenía un comportamiento inusual y que aún no se podía determinar la parte más alta de la curva epidemiológica pero lo que ya se adelantó a confirmar el gobernador de Puebla es que ni de chiste se piense que la normalidad llegue para el día 1 de junio, fecha en la que se tiene marcada la concusión de la Jornada Nacional de Sana Distancia.
Según los cálculos de Barbosa, la curva epidemiológica estaría comenzando a descender hacia la tercera semana de junio, lo que prácticamente tendría otro mes más en el encierro a quienes sí se están portando a la altura.
Lo lamentable es que mientras otros estados ya andan pensando en el regreso a la normalidad, aquí en Puebla capital y la zona conurbada estamos preparándonos para entrar a la etapa más crítica y ni las autoridades federales y estatales parecen estar en la sincronía para decirnos una estimación.
Por lo pronto algo que parece no tener regreso a las aulas es el ciclo escolar 2019-2020.
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El confinamiento es para algunas personas la oportunidad de estar en casa, pasar tiempo con la familia, encontrarse consigo mismo y hacer esas cosas que no pueden al tener la rutina de ir a la oficina.
La realidad para otro grupo poblacional es encerrarse con la persona que te agrede verbal y/o físicamente y ya no tener un respiro para alejarte de ese ambiente de violencia que te permite el acudir al trabajo, salir a visitar a familiares, caminar por el parque y demás actividades que se realizan fuera de casa. De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) del municipio de Puebla, esa horrorosa situación ha incrementado un 45 por ciento en la ciudad capital del estado durante el confinamiento derivado por la pandemia del Covid-19.
Esta lamentable situación parece ser invisible para la 4T, pues según Gabriel Biestro Medinilla, que como usted sabe es nada más y nada menos es el presidente de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso y coordinador de los diputados de Morena, es protagonismo pedir que se atienda la violencia contra las féminas. Esto lo dijo en referencia a una propuesta presentada por la diputada Rocío García Olmedo en donde pide atender con recursos los refugios para mujeres y protocolos de atención a personas con orientaciones sexuales diversas durante el confinamiento social.
Pero qué esperar del líder del Legislativo en el estado si su máximo jefe, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador, ha dicho que las agresiones contra este sector de la población no han aumentado en la cuarentena porque “en México tenemos una cultura de mucha fraternidad en la familia”.
A través de su cuenta de Twitter, la diputada priista lamentó “que se replique el mensaje del presidente”, así como las declaraciones del diputado Gabriel Biestro y aún más que no se reconozca la realidad que viven cientos de mujeres al decir que el tema ya se está atendiendo.
¿Qué es necesario hacer para que se tomen medidas urgentes para atender esta problemática que es uno de los ilícitos con mayor presencia en la Angelópolis? La única certeza aquí es que los “otros datos” de las autoridades no caminan a la par de la realidad.
